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domingo, febrero 24, 2019

LA POSICIÓN DEL GOBIERNO COLOMBIANO FRENTE A LA CRISIS VENEZOLANA


Nadia podría estar en contra de la ayuda humanitaria para los hermanos Venezolanos. Hay muchas formas de hacerla efectiva sin entrar en intromisiones indebidas desde la perspectiva del derecho internacional y  la teoría del estado, principios a los que llegó la humanidad después de correr mucha sangre por su ausencia y el abuso inclemente de algunos hombres.  Cada país debe resolver sus problemas internos, es imposible que se impongan soluciones desde afuera, menos a través de la fuerza. Dictaduras en el mundo hay muchas y resulta curioso la actitud indebida de un grupo de países latinoamericanos y los Estados Unidos, que tiene un interés muy particular, alejado de cualquier altruismo lógicamente, para asumir esta cruzada contra Venezuela. Entendemos que nuestros hermanos están sufriendo por la escasez de alimentos, la falta de medicamentos y atención básica, además de una hiperinflación que hace cualquier economía inviable. Pero de ahí a destronar un gobierno a bases de discursos, embargos, y ahora, como si fuera poco, tratar de entrar ayuda humanitaria a la fuerza es un absurdo, una falta de sindéresis. Entrar camiones de esta manera se sale de todo contexto, menos poniendo de carne de cañón a población inerme. Es un hecho, nadie sabe a ciencia cierta que llevan estos carros, fuera de los alimentos y medicamentos, nadie del estado colombianos pidió alguna verificación a los señores de emigración o a lo sumo a cualquier autoridad del gobierno Venezolano de facto. Esta actitud  rompe con el principio de autodeterminación y autonomía de los estados tan fuerte e importante en estos tiempos.  Las dudas que surgen  frente a esta cruzada filantrópica son muchas,  el gobierno de Maduro supone que puedan contener algo más que alimento, razones no le faltan. Recordemos que fue transportada en aviones americanos, traída por el coloso del norte que no es una monja de la caridad, la figura del caballo de Troya cae como anillo al dedo para suponer las cosas que pueden pasar.  Con el pretexto de la dictadura y la situación caótica del país hermano, podrían invadir muchos países. Corea del norte es una dictadura de lo peor y el gobierno americano está firmando tratados y haciendo acuerdos.  Ni hablar de algunos estados Africanos, de la propia China, habría mucha tela por cortar en este sentido, se rompería el principio de soberanía y autodeterminación de los pueblos en buena parte del planeta. El presidente Duque ha decidido abanderar el golpe de estado contra maduro, se está prestando a un juego muy peligroso, partida que es indebida desde los principios elementales del derecho internacional, juego que podrá tener consecuencias graves para estos pueblos, más ahora con el cierre de la frontera y la posibilidad de una invasión, así han nacido muchas guerras, cargadas de una cuota de mentiras que pueden costar vidas humanas y tener consecuencias imprevisibles, los ejemplos históricos al respecto son suficientes y recientes. El momento que vivimos es delicado, es pertinente ser más inteligentes que las circunstancias, no hay otra manera, esperamos la ponderación prevalezca.

domingo, febrero 17, 2019

EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA



Hay una corriente política y de pensamiento, viene dando lora con el tema, niega que Colombia haya tenido algún tipo de conflicto armado y en cambio asegura que, el país ha padecido  un terrorismo camuflado con muchas formas de violencia, la delincuencia es uno de sus ejes, borrando de plumazo cincuenta o más años de nuestra historia política.
Carlos Miguel Ortiz Sarmiento en un trabajo realizado para una revista de la Universidad Nacional Expresa: “LA "VIOLENCIA" ES UN TÉRMINO que en el habla cotidiana de los colombianos, como sabemos, se fue convirtiendo en el nombre de una época extendida desde la mitad del decenio de los años 40 hasta la mitad de los 60, cuando se extinguieron las últimas organizaciones armadas vinculadas de alguna forma a los dos partidos contendores, liberal y conservador. En la memoria de los colombianos que, adultos o niños, vivieron esos años en la mayoría de las regiones, la etapa de "La Violencia" divide en dos tanto la historia del país y de sus terruños como la de sus propias familias y sus mismas vidas”. Nuestra violencia, el conflicto, es producto de gobiernos excluyentes, de  falta de equidad y de la concentración del poder por una elite miope. Añade el autor: “Sin embargo, con el ocaso de la confrontación cruenta entre las colectividades liberal y conservadora no cesó enteramente la modalidad de la violencia en el ejercicio de la política (siguió existiendo confrontación armada entre gobiernos y grupos armados planteados como "revolucionarios"). La historia de violencia o, mejor, la historia de "lo violento" se prolonga más allá de la época conocida como "La Violencia"”.
Una revista e la universidad Javeriana en una de sus publicaciones sobre el conflicto en su presentación aclara: “Ad portas de cumplir cuatro años de la expedición de la ley 975 de 2005 –Ley de Justicia y Paz−, que se creó como un instrumento jurídico −único en el mundo− encaminado a lograr la reconciliación nacional y a facilitar los procesos de paz, en el que se estipularon medidas para que miembros de grupos armados ilegales se desmovilizaran individual o colectivamente y lograran acceder a los beneficios de una pena alternativa, que oscila entre cinco y ocho años de privación efectiva de la libertad, sin desproteger los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, es necesario hacer un alto en el camino y evaluar los impactos que esta ley ha tenido en relación con las dinámicas que el conflicto colombiano afronta desde hace más de cuatro décadas”
Desde hace muchos años venimos estudiando y legislando sobre el conflicto. Existe en este gobierno la intención no solo de hacer trizas lo acuerdos de la Habana, sino de borrar el pasado; de volver, según ellos a escribir la historia, no buscando la verdad sino más bien tratando de hacer olvidar una historia que para bien de las generaciones que viene deberíamos conservar, contar y tratar de llegar a la verdad, con el único fin de no repetirla, suficiente son  más seis millones de víctimas, más de 250.000 personas muertas y 100.00 desaparecidos, para no hablar de las masacres y por su puesto los actos terroristas.
Quiero traer a colación de nuevo a nuestro autor con el ánimo de ser enfático en las perspectivas, en la óptica: “Con la intensificación del uso de la violencia en la resolución de conflictos de distinta índole y la proliferación de poderes armados en Colombia durante los decenios de 1980 y 1990, "lo violento" sigue siendo un tema acuciante, ya no necesariamente ligado con exclusividad al ejercicio de la política, al menos en el sentido clásico de Estado, sistema, partidos. La multiplicidad de actores sociales que recurren a lo violento ha llevado a los investigadores, sean historiadores o demás científicos sociales, a hablar, ya no de "La Violencia", sino de muchas violencias que se cruzan en muchas direcciones”.
Habría de nuevo que volver a estudiar, los más de mil libros que existen sobre nuestro conflicto, es un buen ejercicio, para evitar borrar con un solo decreto nuestra trágica historia.
                                                

domingo, febrero 10, 2019

BRÚJULA PARA EL MUNDO CONTEMPORÁNEO


Diana Uribe es una historiadora colombiana de muchos quilates, que ha hecho una tarea pedagógica y de divulgación a través de programas radiales, de libros y grabaciones, todas disponibles, abiertas al público, que estamos lejos de valorar, los cuales son un patrimonio cultural intangible que le ha enseñado al país la importancia de la historia para entender el atribulado presente. Diana lo ha expuesto todo, la Grecia antigua, Roma, la historia de las potencias, la historia de Latinoamérica, fenómenos como el de la globalización y sus efectos, el conflicto del medio oriente, las guerras, las crisis económicas que ha tenido el mundo,  de igual manera ha narrado  y expuesto la biografía de los grandes hombres, los forjadores, aquellas de suma importancia para la humanidad por lo que significaron sus vidas para el progreso del mundo, ningún evento se le ha escapado en una labor que lleva más de veinte años.
Acaba de publicar un texto llamado: “Brújula para el mundo contemporáneo” que trata de explicar los tiempos turbulentos que vivimos, que abarca la relación intrincada entre las grandes potencias, la crisis de la emigración masiva, el renacer de Rusia y China, la complejidad de los pueblos de oriente, el papel de los Estados Unidos y la crisis sin norte, abocada por un presidente por fuera de todo canon como es el señor Trump, texto que se acompaña de un audio de más de 14 horas, bocado de cardenal para los amante de la historia.
El libro inicia con un análisis genealógico de la crisis que parece dominar el mundo, del caos presente, cada uno de los problemas más visibles, hablemos del Brexit, la salida de Inglaterra de la comunidad Europea, para tocar tan solo  uno de tantos temas, siempre tratados desde la esclerótica de la historia en su articulación con el mundo y el efecto mariposa que produce, no solo a la comunidad Europea sino sus efectos globales, narra los intereses que se ocultan en cada decisión de estas, sus implicaciones y los peligros que genera.
Miremos el caso de Europa, expresa la historiadora en el prólogo: “La Europa actual está conmocionada por elecciones en donde cada vez se abre espacio a posturas xenófobas, anti-unión Europea, y en algunos casos como Polonia y Hungría antidemocráticas. La historia Europea es fundamental para entender el mundo contemporáneo, por qué fue allí, en esa pequeña península de la masa euroasiática, desde donde hace un par de siglos se forjaron las ideas que varios países como Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda expandieron, muchas veces a las malas, por el resto del globo.  Algunos conceptos que hoy en día en la mayoría del planeta se consideran estándares de organización y visión de la realidad se originaron en Europa.  Las formas modernas de democracia, los derechos humanos, el estado nación, el socialismo y el capitalismo hacen parte de estos conceptos que duraron en pugna durante dos siglos. Durante varias centurias Europa creo una forma de ver el mundo y la aplico en su expansión planetaria desde el siglo XV en particular durante el XIX. Asi, la manera en que muchos de nosotros vemos el mundo tiene una influencia europea,  porque se nos ha enseñado la historia del dominio de Europa y, más recientemente, de Estados Unidos. La suma de estos lugares se ha identificado como mundo occidental, y la historia que ha pasado allí desde el siglo XIX muchas veces se denomina modernidad”.
Este es el tono y la forma como la historiadora nos va adentrando en un debate que hoy no solo es necesario, sino que nos afecta a todos, pues los efectos políticos y culturales de los grandes conflictos y decisiones de las grandes potencias, están conectados de una manera que nadie escapa a sus efectos, que son casi inmediatos.
La historia, que tuvo un auge en los años cincuenta de mano de los grandes historiadores, de las revisiones hechas que hoy deberíamos releer, está a la mano con Diana, en un mundo cuyo ritmo caótico, no nos permite entender muchas de las cosas que pasan y por ende nos afectan gravemente. Este libro es una buena herramienta para entender cada uno de los problemas más álgidos, siempre articulados, responden a lo global, sin dejar de lado el pasado, que debemos conocer y entender. Bien por Diana Uribe, gracias y esperamos siga en loable labor.