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sábado, octubre 20, 2018

IDEOLOGIA Y PODER



Cuando un gobernante se posesiona responde a un programa de gobierno, también a  una ideología, un fondo, corolario de ideas que lo definen, muchas veces refleja el ideario de un partido,  institución que pretenden acabar los técnicos quienes manejan el poder desde las oficinas de planeación, estos señores no quieren saber nada de política ni de ideas, la ideología para ellos se llama pragmatismo, lo que nunca explican es que intereses encubren y a favor de quien. El programa constituye el soporte sobre el cual hará el manejo de los recursos del estado, reflejado en un plan de gobierno que termina siendo ley, en un presupuesto que lo explica en gastos y lineamientos de inversión: Sociales, productivos, de seguridad, infraestructura, comercio, servicio de la deuda, inversión, educación etc, etc…….además desde el mismo deberá atender la mayoría de problemas estructurales y coyunturales que tenga el país, este  contiene en cierta forma el marco de soluciones desde la óptica del ejecutivo.
Hoy es muy difícil definir o saber, cuándo hablamos de una ideología de izquierda, de derecha o de centro, o lo que es peor, de centro izquierda o de centro derecha, la mayoría de veces en esta materia no sabemos de qué nos están hablando. Miremos a “Peter Glotz (1992), destacado dirigente socialista alemán, para ver si logramos descifrar el entuerto, este pensador contrapone las dos posiciones: la izquierda adopta un pensamiento racional y deductivo, habla de derechos humanos y de Estado de derecho, defiende normas universales y constituciones, es cosmopolita. La derecha, por el contrario, adopta un pensamiento vitalista, habla de instituciones llamadas a dar cobijo al hombre, defiende el espacio vital y el territorio nacional, opta por la polis. Habría bastante que matizar en el análisis de Glotz, pero sirve como punto de partida. La izquierda ve la sociedad como un mecanismo que se puede armar y desarmar a voluntad, como hacemos con las piezas de Lego. Esa plasticidad permite elaborar diseños sociales ideales; para llevarlos a la práctica cabe apostar por la vía pacífica —reformas— o por la revolución violenta. Para la derecha, la sociedad se parece más a un organismo. Por tanto, no es posible descomponerlo en sus elementos sin mutilarlo o sin matarlo. Esta condición impone límites bastante estrechos a la proyectabilidad social”[1]. Los dos partidos tradicionales en Colombia son una debacle, el partido liberal no existe en Colombia, hay que reconocerle ser históricamente el que introdujo en nuestra legislación la mayoría de derechos liberales, la función social del estado, hoy este partido es una empresa electoral, no hay ideología alguna que prevalezca sobre sus actos y sus posiciones políticas solo manejan ambiciones burocráticas y el usufructo del poder sin cortapisas, del más bajo pelambre; el partido conservador, maneja matices ideológicos más visibles, pues sienta posiciones claras, dogmatiza frente a ciertos temas relevando aspectos ideológicos propios, por ejemplo: Su negativa radical frente al aborto y la adopción por parte de parejas gay, la oposición el libre desarrollo de la personalidad en muchos temas, el desconocimiento a los derechos de la comunidad LGTB, comunidad que no está dispuesta a aceptar; aún así, el partido conservador termino igual a su opositor, otra industria electoral, usufructuaria del poder, ha estado en los último 20 años en todas las coaliciones con el ejecutivo de turno, pese a nunca haber tenido candidato propio. Esto para afirmar que pareciera que para nosotros, hoy no hay debates ideológicos serios.
La mirada puede ser otra. Es un hecho, en Colombia hay una derecha muy fuerte, nuestra nación es conservadora en extremo. Nunca ha pasado una reforma agraria seria, somos el único país en Latinoamérica que no la ha implementado;  todo líder de izquierda en los últimos 100 años que ha estado cercano al poder, es vilmente asesinado, es una constante; la iglesia sigue teniendo mucha incidencia en el poder, administra buen numero centros educativos, tira línea, que no siendo nunca reprobable dice mucho del talante de nuestro pueblo, rezandero y camandulero, de hecho la iglesia siempre se opone a las reformas liberales; Colombia mantiene grandes latifundios; hoy, continuamos matando líderes sociales; hay sectores importantes de la sociedad y el poder que nunca han reconocido que tenemos un conflicto armado o por lo menos lo tuvimos, 270000 muertes, 6.050.000 víctimas, 150 desplazados, 80.000 desaparecidos. Miremos algunos aspectos que nos ayuda a entender todo lo que nos pasa frente al tema ideológico despues de este espectro. “El hombre —como se sabe y acepta desde hace siglos— es un ser social: la persona no puede darse en singular. Al examinar la relación entre la persona y la sociedad se abren dos modalidades: o bien considerar que importa el conjunto social y que la persona debe quedar sometida al todo; o, por el contrario, dar la primacía a las personas y pensar que la sociedad está al servicio de ellas. La primera postura es de izquierda. Así, parece aceptable ver al hombre como determinado por el medio social. Para alumbrar una nueva humanidad bastaría con manipular adecuadamente las estructuras sociales. Se entiende por eso la importancia que la izquierda atribuye al sistema educativo y, en general, a la cultura como herramientas de transformación social. La derecha piensa más bien que el individuo debe asumir la gestión de su propia vida, en un ejercicio de libertad y de responsabilidad personales. El valor político supremo para la izquierda es la igualdad o, muy emparentada con ella, la solidaridad. De ahí que su principal enemigo, auténtica bestia negra, sea la élite, el elitismo”. Esta mirada tan tajante de Glotz, nos sirve para mirarnos al espejo. Hoy el presidente revisa todos los acuerdos de la Habana, pese a que están incorporados a nuestra legislación y crearon una bitácora administrativa, judicial, de reparación y no repetición, que es ley, fue un acuerdo que comprometió al estado, pero para el presidente Duque, no existen algunos de esos compromisos. El ministerio de defensa y el ministerio de gobierno todos los días ataca la implementación del acuerdo. Lo que está claro es que este gobierno y el anterior no le han cumplido a los reinsertados, hablo de la base, que es la que sufre la peor parte de todo este galimatias. En otros aspectos la actual administración ha dejado ver el tras-fondo ideologico de su estilo: La educación superior se trata como un componente de tercera y prevalece la inversión de defensa y armamento; Colciencias es un paquidérmico; se decide atacar a los consumidores de yerba o cualquier alucinógeno irrespetando los derechos al libre desarrollo de la personalidad, al consumo recreativo, mediante un decreto de dudosa constitucionalidad no solo para poder decomisarles la dosis sino judicializarlos; se fumigará de nuevo con Glifosfato extensas zonas del territorio nacional, pese a la prohibición de la corte y los daños a la salud comprobados en el mundo. El señor ex procurador, lo más anacrónico es el representante ante la ONU de este gobierno; El embajador de Colombia en los Estados Unidos, el doctor Francisco Santos es incapaz de des-narcotizar nuestras relaciones, es al único tema que se refiere, parece un funcionario americano.  Estamos definitivamente frente a un gobierno de derecha, no tengo duda. Esto quiere decir que muchas de las libertades están en peligro, que la agenda pública cambiará su óptica en muchos temas que asumíamos los Colombianos estaban superados y que vendrán políticas regresivas en contravía de todo el mundo. Para muchos, esto es lo que debería hacerse, para otros, es una vuelta a temas que creíamos superados, eso que llamamos políticas regresivas.



[1] Izquierda y Derecha: ¿una tipología válida para un mundo globalizado?. Alejandro Navas García.