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lunes, octubre 04, 2021

EFEMERIDES DE LA DIVINA COMEDIA

 


 

En muy pocas obras se puede vislumbrar el amplio y variado espectro de la naturaleza humana, con sus esperanzas, angustias, pasiones, ansiedades por el poder y el intrincado y tenso mundo subjetivo que subyace en todos sus actos. “Las Ilíada”, “La odisea”, las tragedias griegas, “La divina comedia”, “Las mil y una noche”, “El Quijote”, para solo citar algunas.

Italia celebra los 700 años de la primera edición de “La divina comedia”. Esta magna obra la leí muy joven en prosa y después en verso, hace un año vengo estudiante con más juicio todas las connotaciones históricas, literarias, las referencia al mundo cristiano y medieval y el infinito mundo alegórico detrás de este excelente poema épico. Los estudios son muchos, serios y rigurosos. Aquí solo revelaré algunos aspectos desde la condición de lector anodino y sin ninguna pretensión.

Es preciso entender el mundo de la edad media, el entorno en que se desenvolvió Dante y las tensas relaciones del mismo con la iglesia y el poder de las grandes familias en las ciudades italianas y sus tensas relaciones con el papado.

Dante nació en Florencia 1265. Su madre murió cuando era muy pequeño y su padre a la edad en que cumplió los 18. En 1274 conoce a Beatriz, suceso muy importante y trascendente para entender esta obra, pues ella es exaltada como símbolo supremo en la misma.

“Dante Alighieri conoció a su amada Beatriz cuando tenía nueve años, pero ya entonces sintió por ella algo más que una atracción juvenil; fue una fuerza violenta que lo poseyó y que se acrecentó cuando nueve años después volvió a verla. Este sentimiento que experimentó intensamente a lo largo de su vida no lo dio a conocer hasta dos años después de la muerte de Beatriz en un libro de carácter autobiográfico, “Vita Nuova” (Vida Nueva), escrito hacia 1292, en el que Dante recoge desde sus poemas de los años juveniles hasta aquellos en los que comienza a expresar su dolor por la muerte de la amada”.

A los 35 años (a mitad del camino de la vida) Dante inicia en 1307, desde su exilio en Rávena, la composición de la “Comedia”, un largo poema en primera persona en el que el autor sigue buscando a Beatriz, ahora en el otro mundo, a lo largo de un viaje imaginario a los tres reinos de ultratumba. El poeta Virgilio (que simboliza la razón) lo acompaña en el infierno; Beatriz (la gracia) lo guía por el purgatorio hasta el paraíso, y San Bernardo (la gloria) lo lleva hasta la contemplación de Dios.

Cada una de las secciones incluye 33 cantos, excepto la primera que tiene uno más debido a su introducción. Este es el viaje de Dante, viaje sin regreso, que termina en la contemplación del misterio divino. El infierno es la finitud, el purgatorio la esperanza y el paraíso la contemplación de la divinidad, la exaltación de la eternidad y el misterio. Se escribía en latín y se hablaba en lenguas vernáculas, en este caso el italiano, lengua romance, igual que el español y el Frances. Dante decide no escribir la obra en latín, sino en el idioma con que se hablaba, lo que terminó por ser la obra que no solo enalteció el italiano, sino que lo enriqueció y trasformó. Esta labor ya la había emprendido Alfonso el sabio en España, cuando decidió convertir el castellano en el idioma oficial por encima del latín y propuso las grandes traducciones.

Está obra con pretensiones de hablar de la totalidad, escrita en el exilio, pues parte del mundo trágico de Dante los constituye este fenómeno y el hecho de escribirla en un periplo de angustia y desesperanza, casi como una venganza contra los poderes y Florencia su ciudad natal, que tanto le afectaron.  Se puede decir que esta obra es un catálogo del mundo religioso, científico y político de la época.

 

Uno de los simbolismos más presentes en la obra es el trinitario. El número tres, y su múltiplo el nueve, protagonizan este simbolismo de manera matemática. Así, la obra, escrita en tercetos, está dividida en tres partes que representan la Trinidad, y cada una de ellas se compone de nueve círculos (el Infierno), nueve partes (el Purgatorio) y nueve cielos (el Paraíso), que se desarrollan a la vista del lector durante los siete días que dura el viaje, una cifra que es también una alegoría que representa los siete días de la Creación, las siete virtudes teológicas y los siete pecados capitales.

Leerla sin contexto, ir al texto sin prevenciones constituye un buen ejercicio, enriquecedor y que, de alguna manera, nos obliga después a estudiar la edad media tan mal interpretada.