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lunes, agosto 18, 2008

EL TEMA DE LA REELECCION EN COLOMBIA

Lo primero que se debe hacer para tratar el tema es evitar ser visceral, eludir confrontaciones pasionales entre los adoratrices y la oposición radical. Intentaré por ello, asumirlo desde una perspectiva académica, pues el tema despierta muchas susceptibilidades y definitivamente cuando se toca, nos podemos perder entre los sofismas que lo encubren, pues el mismo presidente no ha querido asumir alguna posición definitiva. En principio hay que dejar claro que su incorporación afectará el equilibrio de la estructura del estado diseñado por el constituyente del 91, que entre otras ya está grave con la aprobación del articulito que permitió el segundo periodo del presidente Uribe. Miremos lo más sustancial: La junta del banco de la república perderá su autonomía, la comisión de televisión de igual manera, la corte constitucional terminará siendo en su mayoría un brazo del ejecutivo, pues será difícil asumir con independencia el ejercicio del cargo, habiendo sido postulados por la casa de Nariño, algunos organismos de control ya no serán tan independientes, para citar solo algunos de los cargos que con sus nombramientos elimanan los contrapesos estructurados en la carta constitucional y que definitivamente no funcionarían. La reelección vista así, si se aprueba, deja al estado sin los contrapesos y los equilibrios con la que está configurado, para evitar excesos. Hay otros peligros de carácter ideológico: Caudillismo, centralización de las decisiones en cabeza del ejecutivo, nepotismo, clientelismo y una unilateralidad y unidimensionalidad absolutamente perjudicial para el ejercicio de la política y la consolidación de la democracia en el país, en otras palabra habrá mucho Uribe, ni si quiera Uribismio, volvemos a la teoría de las dictaduras constitucionales. Las posiciones que se enfrentan a este cuadro, respetables además, están sustentadas en varias premisas. La primera, sí el pueblo en su inmensa sabiduría se expresa a favor de la segunda reelección, deberá respetársele al constituyente primario los poderes que le permiten a través de los canales legales y constitucionales ejercer su poder soberano. Segunda, los hombres cercanos al poder e incluso algunos analistas muy importantes, establecen que el proyecto Uribe ya ha dado resultados muy concretos en favor del país y que es definitivo darle otro periodo para culminar una tarea que le permita a Colombia volver por los canales de la paz y un desarrollo sostenible, mejor dicho, aun no está acabado su proyecto de seguridad democrática, ni de desarrollo comunitario, por lo que el presidente Uribe requiere otro periodo que permita terminarlo. Según ellos, la crisis del país era de tal magnitud, que el trato de excepción en cabeza del doctor Uribe, fue y sigue siendo necesario y todas las medidas a favor del mismo son bienvenidas. El ideólogo de palacio, el Doctor José Obdulio que asumimos es el vocero del presidente a dicho que se somete a las decisiones del constituyente primario. El presidente ha guardado un silencio dañino al respecto, aunque no es difícil explicarlo, al respecto el editorial del periódico “El Tiempo “ señalaba: “La actividad política nacional y la propia dinámica económica del país girarán en torno de este proceso y dependerán en buena medida de su desenlace. Que sigue marcado por el gran interrogante aún no resuelto: si Uribe quiere o no quiere. Y aquí hay que entender que el silencio presidencial sobre el tema no es gratuito. Tiene una lógica política elemental. Si no se ha referido al referendo, ni a las cinco millones de firmas que se acaban de entregar, es porque sabe que una definición pública en estos momentos podría afectar su gobernabilidad. Cualquier jefe de Estado en situación similar (con comparable popularidad, por supuesto) estaría interesado en mantener hasta lo último una amplia capacidad de maniobra”. El manejo del poder es un arte y desde Maquiavelo están dados los presupuestos para entenderlos por encima de la bisutería coloquial propia de la política local, no será fácil predecir como se desenvolverá este galimatías, pero sobra decir, que su resultado compromete el futuro del país, no importa si se quedan las ideas y la política de Uribe a través de un tercero o si lo hace el propio presidente. Amanecerá y veremos.