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domingo, febrero 12, 2017

ETICA Y GESTION PÚBLICA


Los escándalos de corrupción vuelven a poner sobre la palestra un tema desatendido del todo: El de la ética y la gestión pública, sólo se trata cuando se producen estos tsunamis, en estos días Obredecht empresa de ingeniería Brasilera genera noticias escabrosas por lo corruptas, además develan procedimientos como si fueran excepcionales, son realmente lo común en la administración pública. La corrupción es el problema más grave de latinoamérica, de eso no hay duda. 

“En la década de los 90, la OCDE introduce un conjunto de recomendaciones en esta dirección, proponiendo los siguientes principios para el manejo de la ética en el servicio público (OECD, 1998): claridad en los estándares éticos; reflejo de los estándares éticos en los marcos legales; disponibilidad de una guía ética para el servidor público; conocimiento por parte de los servidores públicos de sus derechos y obligaciones; establecimiento de comités políticos que refuercen la conducta ética del servidor público; transparencia y apertura al escrutinio público de los procesos de tomas de decisión; guías claras para la interacción entre los sectores público-privado; demostración por parte de los funcionarios de conductas éticas; promoción de una conducta ética en las prácticas, procesos y políticas de gestión; incorporación de mecanismos adecuados de accountability en el servicio público y, establecimiento de procedimientos y sanciones”[1]. Colombia tiene una legislación muy extensa, de igual manera en todos los países de América Latina, el hecho es que termina siendo letra muerta. La ética que es un valor, su eficacia como tal, no depende de los controles disciplinarios, del talante coercitivo de la misma, es una suma de acciones complejas, que empiezan con la educación en toda su extensión y desde edades tempranas, mecanismos  de formación en toda nuestras actividades, de tipo axiologico, de lo simple a lo complejo, siempre referido a la conducta humana. En un artículo titulado: Reflexiones sobre las éticas en la gestión pública de Freddy Mariñez Navarro, hay varios conceptos que deseo traer a colación, divide el tema en tres tendencias, yo quiero hablar concretamente de la tercera: “Se relaciona con la gestión pública basada en la creación de valor público, que se caracteriza porque toma los mandatos como puntos de partida, y no como fines por sí mismos. Este tipo de gestión también se enfoca en los resultados operativos (su productividad, efectividad y eficiencia), pero desde la importancia y pertinencia del impacto, de tal manera que amplía la forma en la que se mide el desempeño del gobierno y guía las decisiones sobre políticas públicas. En esta tendencia de gestión pública, se ubica una ética pública basada en la conjunción de la libertad individual y civil con la autoridad legítima del Estado que exige participación democrática, donde la rendición de cuentas y la participación ciudadana son elementos clave. Para darle una ubicación a las visiones de la ética de la gestión pública, nos basaremos en el esquema de Kelly y Muers”. Se busca que los funcionarios hayan interiorizado los valores y posean una conducta íntegra pues son éstos servidores públicos quienes marcan las directrices y operan las instituciones, ellos en últimas son las portadores del valor, la norma existe, pero de no ser vista o traspasada con argucias, la convierte en una norma ineficaz, el elemento humano falla, de antemano la letra es muerta, pero peor aún, la crisis de la sociedad es flagrante y latente, cuando la conducta humana se desvía de su matriz axiológica.
Cuando nos vemos abocados a tomar medidas, pues los escándalos traspasan la justa media, siempre aparecen normas de tipo coercitivo, penales y no políticas públicas que fomenten valores y asuman el problema desde una perspectiva más real, con carácter pedagógico, sembrando, creando conciencia con niveles de eficacia por fuera de la sanción. Sabemos de antemano que la solución requiere años, pero algún día debemos empezar.  “Hans Kung, el fin de la ética en política es el de “rescatar la dignidad humana”. Al respecto escribió: “El hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Es bueno para el hombre lo que preserva, fomenta y realiza: su humanidad. El hombre ha de explotar su potencial humano, en aras de una sociedad humana y un ecosistema intacto, cambiando básicamente su rumbo de actuación. Su humanidad en potencia es muy superior a su humanidad en acto. En este sentido, el realismo del principio de responsabilidad y la “utopía” del principio de esperanza se reclaman mutuamente.” (Kung, 1991, 49). En suma, lo mínimo que se pretende alcanzando un espíritu ético en quienes ocupan cargos públicos es la adquisición de la responsabilidad para así obtener resultados más efectivos”[2].
Sobre este tema hay mucho que cortar, desde la gobernanza, desde la ética como tal, desde la filosofía y por su puesto desde el derecho, para no quitarle los dientes. Foucault trató el tema con mucho acierto, habría que hablar de nuevo de Saber y poder, volver a leer a Max Weber, la literatura de la sociología Francesa y americana al respecto, la importancia de lo que sucede lo amerita 



[1] file:///C:/Users/ANA%20ISABEL/Documents/FILOSOFIA/Reflexiones%20La%20Eticas%20En%20La%20Gestion%20Publica.pdf
ética y política: valores para un buen gobierno. Oscar Diego Bautista.