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lunes, agosto 21, 2006

EL PROCESO DE PAZ
El proceso de paz está convaleciente y amerita cambios, que de no hacerse, le costaran al país mucho dolor, perdida de tiempo y retroceso en materia de orden publico. No basta habernos tragado sapos del tamaño de un orangután, para que ahora sigan apareciendo, hechos que no tienen ningún sentido y demuestran la absoluta improvisación del ejecutivo. El presidente en esta materia tiene graves problemas. No es fácil defender el proceso, frente a la condena continua de las cortes internacionales por masacres, que en nuestra adorada Colombia continúan impunes. De igual manera resulta totalmente oprobioso el espectáculo de los líderes de las AUC, quienes andan, como pedros por su casa en los centros comerciales, acompañados de guardaespaldas, gastando a granel, en carros blindados, en una muestra de poder, que para nada favorece al proceso y que genera resentimiento de las victimas, que no han recibido ningún reparo. Esta claro que el proceso no ha tenido ningún norte, la negociación se hizo después de la ley que la respalda, convierto el texto de la misma en un verdadero obstáculo y deja sin integración legal al proceso; la corte cercenó parte sustancial del soporte legal lo que le quita piso a muchos de los acuerdos logrados; de manera sorprendente, todos los días aparecen nuevos lideres con frentes dudosos, como si se negociara la extradición y no la paz y como si fuera poco, el gobierno no sabe como tener coherencia ante compromisos tan dispares entre sus interlocutores y los ojos fiscalizadores de la comunidad internacional. Como puede verse, la cosa no está fácil, menos cuando el Doctor ternura, mantiene en vilo al país con su mutismo e histeria. Por el bien de esta atribulada nación esperamos que se corrijan los errores y como en el ajedrez, el gobierno piensa de manera integral en el proceso y evite tanta improvisación.