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viernes, mayo 11, 2012

SOCIOLOGIA DE LA PROSTITUCION


No es casual cuando se define a la prostitución como la profesión más antigua de la humanidad. Siempre ha existido una especie de maniqueísmo sobre este  tema, pues suele asumirse desde ópticas moralistas que desvían la discusión de los aspectos esenciales que encubre este oficio tan complejo.  Colombia, desde hace más de un mes vive un escándalo por un suceso desafortunado entre unas prostitutas criollas y el cuerpo de seguridad del presidente Obama, que ha servido para que sirios y troyanos especulen alrededor del hecho, le saquen todo el jugo posible, sobre todo la prensa de farándula y se estigmatice  a las prostitutas  como víctimas de la sociedad.

Por encima de las organizaciones criminales, del trato de blancas, de la prostitución infantil, que es un oprobio, existen mujeres que ejercen el oficio por voluntad propia y esperan que se les  respete su decisión y nunca muestran objeción por que el estado las regule en aquellos aspectos necesarios: Salubridad, convivencia, seguridad..Etc, etc.

Muchas personas venden la fuerza bruta, su capacidad creativa, su inteligencia, para empresas que nos llenarían de pena. Hay científicos trabajando en armamento, médicos en actividades lucrativas en contra de los principios mínimos de su profesión, ingenieros militares solo pensando en crear instrumentos de muerte y también caballeros,  mujeres que venden su fuerza erótica, su capacidad de seducción, sus artes amatorias. El paralelo nos permite develar la opacidad con que se trata el tema la mayoría de las veces.

Francia fue el primer  país en legislar seriamente sobre el oficio. La mayoría de los países sustentaron su regulación en la presunción de que la prostitución es un fenómeno imposible de eliminar e incluso útil para satisfacer las tensiones sexuales, sobre todo las masculinas, mecanismo para poner freno al libertinaje más evidente y un dique a la difusión de las enfermedades venéreas. Otros, como Holanda han aceptado el fenómeno desde un perspectiva más amplia, ósea aceptando con absoluta convicción, que es un oficio legitimo y por lo tanto, como todos los trabajos, exige un marco legal.

La corte constitucional  Colombiana tiene sentencias memorables sobre el tema. Un juez  de la ciudad de Pereira, considero legítimas unas cuentas presentadas por una prostituta de un cliente que no pago sus servicios. Consideró que debería pagársele por los servicios prestados.

Existe de igual manera esa otra realidad: “La prostitución es un proceso de dominación y explotación,  es una empresa económica y social, y cuando se convierten una empresa criminal, la explotación adquiere connotaciones muy peligrosas e inhumanas. Sobra decir que también es un fenómeno de comercio sexual históricamente organizado, creado, reprimido y explotado por la delincuencia organizada". Es una realidad cruel, pero para nada niega, que también es un oficio legítimo, hay quienes la aceptan, viven de la misma y se sienten bien en lo que hacen.

La historia de la sexualidad debe mirarse sin los encubrimientos que la someten los poderes instaurados nos dice Foucault. “No es posible realizar un acercamiento comprensivo de fenómenos sumamente complejos como la prostitución,  sin tomar en cuenta la complejidad de los fenómenos sociales, en especial de la misma sexualidad. Pero es preciso distinguirlas desde el comienzo para no condenarlas de igual manera como atentados al bien social y moral.” La sociedad excesivamente patriarcal, ha sido un factor determinante, los problemas de género y aquellos matices fundamentales del rol femenino en las sociedades, que es otra historia trágica y de sometimientos.

El tema da para largo, pero el escándalo que viven los cuerpos de seguridad del presidente Obama, el trato moralista de la sociedad fundamentalista americana y la ausencia de una óptica contextual, en este hecho demuestra hasta donde llega el desconocimiento sobre el tema.




2 comentarios:

Finghot dijo...

Artículo de gran interés por su sinceridad. Una presentación panorámica de un tema que siempre ha sido candente en la sociedad occidental por el tiente pecaminoso que la religión judeo-cristiana le ha asestado en su tradición escrita y práctica. Hoy el tema es más complejo pues el tema del pecado, la doble moral y ser fuente de enfermedades (un problema de salud pública), puede relativizarse a tal punto que es muy poco probable de llegar a un acuerdo.

La prostitución como necesidad, negocio o gusto es algo que en muchas ocasiones se conjugan a tal punto que es indisoluble, pero a eso se le suma una sociedad machista y un mercado dispuesto a explotar un negocio tan rentable como lo es el cuerpo.

¿Hoy quien está en la contienda? ¿San Agustín, el marqués de Sade o la dignidad de la mujer?

Cliente X dijo...

parece q son las propias prostitutas y las personas de su entorno las q están tratando de combatir ese desconocimiento... pero encuentran dificultades en q la gente les escuche