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martes, marzo 15, 2016

EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA 4

El proceso de la Habana pasa por un momento delicado, previsible además, se  están definiendo aspectos prácticos del mismo, nada menos que la bitácora de implementación de los puntos sustanciales producto de los acuerdos firmados hasta la fecha. Hablo de la forma, fundamental para las partes, debe recordarse que esta negociación  es bilateral y no un sometimiento como muchos pretenden, lo que significa que es un acuerdo sobre el acuerdo. Se está discutiendo: La entrega de armas, donde se ubicaran los guerrilleros, cuáles  son sus derechos políticos; cómo será su situación jurídica, de la A hasta la Z,  dentro del marco de la justicia transaccional; que pasos lleva la re-inserción como tal; en fin, aquellas cosas que tienen que ver con la experticia del proceso, que debe ser absolutamente  clara, responder a un cronograma exacto y a unos protocolos predeterminados.
Varias cosas me quedan en el tintero, dudas diría. El presidente tiene facultades expresas para liderar el proceso y para decidir a fondo sobre el mismo, muchas leyes así lo facultan. Pareciera que le pide permiso a ciertos sectores para tomarlas, cuando no necesita consensos para esto, contrario a esta actitud, el momento le exige actuar con carácter y talante, ser líder, está en juego la paz a la que le ha apostado en los últimos seis años con un costo político muy alto.
El senado no debió agregarle condiciones al plebiscito que no hubiesen sido acordadas en la mesa de negociación. Para eso está la mesa.  El congreso cuando aprobó las leyes para llevar a cabo el acuerdo entregó facultades legales previendo gran parte de los protocolos requeridos.
En todo caso, cincuenta años de conflicto, el que más ha producido víctimas en el mundo después de la segunda guerra mundial, con masacres oprobiosas e inenarrables, crueles y bárbaras; asesinatos a granel de toda índole; extinción de un partido completo de izquierda ( Mas de cinco mil militantes); desplazamiento y pobreza a lo largo de la geografía nacional; la muerte de muchos candidatos a la presidencia, requiere todo el esfuerzo de los Colombianos. Era previsible que hubiese muchos debates alrededor del acuerdo con la insurgencia, no se  entendía de otra manera, lo que no  se dimensionó es la posición recalcitrante de ciertos sectores, su capacidad de distorsión,  estos solo ven la guerra como salida al conflicto, su desmesura y despropósito no  tiene límites.

Quería dejar el tema de lado esperando la publicación en firme de ciertos documentos de la mesa de negociación, pero es necesario salirle al paso a tantos rumores maledicentes, con la esperanza que se cierre este ciclo rápido, pues no se debe quemar una posibilidad tan grande y oportuna para el país por culpa de los enemigos ocultos de la paz, recordando la afirmación de Otto Morales. El viaje de Enrique Santos puede reorientar ciertos malentendidos, espero así sea.