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sábado, agosto 18, 2007

HACIA DONDE VA LA LITERATURA LATINOAMERICANA


Las editoriales que dominan el espectro del mundo literario latinoamericana han decidido desde hace un tiempo, por aquellas vicisitudes del mercado, publicar a muchos autores solo en sus países de origen y a muy pocos a nivel hispanoamericano, decisión que limita el conocimiento de la nueva producción literaria y desconoce el intercambio natural e impacto de determinadas obras, que paradójicamente se produjo en otras épocas y sin los alcances de la era de la información y el conocimiento de hoy. Eventos como “hay Festival” y el que se realizará en Bogotá con creadores menores de 39 años, que según los organizadores, representan lo mejor de la creación literaria y de ficción después del boom de los 60-70, son una oportunidad para que el público no especializado se entere de los autores con más proyección en el momento.
El encuentro es el resultado de una amplia convocatoria a nivel latinoamericano en la que los lectores, las editoriales, los agentes literarios y los escritores mismos han propuesto a sus escritores candidatos menores de 39 años y, por supuesto, una ocasión para leer y dialogar con la narrativa latinomericana actual.
Santiago Mazarían, de Brasil, Alvaro Bisama de Chile, Carlos Winter Melo, José Pérez Reyes, Claudia Amengual, Daniel Alarcon del Peru, Juan Gabriel Vásquez de Colombia, son algunos de los autores invitados y que de antemano le garantizan un éxito al evento.
Se harán conversatorios, evitando cualquier charla magistral y se hablará de lo humano y lo divino: Por que escribimos, sobre que escribimos. La participación masiva del público, como se demostró en Cartagena y como se dio en Medellín con el festival de poesía, está descontada.
En la pagina Web del evento, me encontré con un enlace denominado “el boomerang”, de excelente factura, que me sirve de pretexto para comentar sobre la crisis de lectura, enfermedad grave por estos tiempos digitalizados y de dominio visual, allí el autor cita a Gabo, quien en alguna parte de “yo era feliz e indocumentado decía: "Cuando era feliz e indocumentado, leía en todas partes y en cuanta circunstancia me lo permitiese. Si encontraba la forma de leer durante clase –por supuesto hablo de leer textos de ficción, y hasta historietas, no de libros de estudio-, lo hacía a escondidas de la mirada de la maestra." Las cosas, hoy, en donde el tiempo está tan comprimido, son de otro talante y los lectores, frente a un mundo sobreinformado y a la vez confundió por la saturación de los medios, son pocos, la batalla para ganar nuevos lectores no es fácil. Eventos como el que se realizará en Bogotá, son buenos para la literatura, para la cultura, para la ciudad y para el país, ojala se continúen haciendo.