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martes, noviembre 27, 2012

EL IMPERIO DE LAS INCERTIDUMBRES




“La sociedad de riesgo, que es la forma actual asumida por la modernidad, nace de un sistema regido por la tradición y avanza hacia la creación de un mundo de incertidumbres”. Nada es seguro, vivimos en entornos frágiles, llenos de miedos: A los “riesgos ecológicos, financieros, sociales, políticos; con la sensación permanente de vivir sobre el filo de la navaja sin ningún grado de certeza real.

Anthony Giddens, escribió un ensayo sobre la sociedad de riesgo en el contexto de la política Británica.  “Se pregunta al principio: “¿ Que tiene en común EBE, los problemas en Lloyd’s; el asunto Nick Nelson, el calentamiento global; el hecho de que el vino sea tan bueno para la salud y el número decreciente de espermatozoides?. Todas reflejan la gran oleada de cambio que estamos viviendo hoy en día. Gran parte de este cambio está ligado al efecto de la ciencia y la tecnología en nuestras actividades cotidianas y en el entorno mundial”.

Cita a de Karl Popper para desacreditar la verdad de la ciencia: “ Esta no produce pruebas y no puede más que acercarse a la verdad.” Este carácter “escéptico de la ciencia” recrudece la sensación de fragilidad. Creo que el contexto de este excelente artículo puede  aplicarse a todo lo que nos rodea,  a la subjetividad humana en grado sumo.

La economía que parecía ser la única realidad con algún grado de certeza, termino gracias  a las TIC, al capitalismo voraz y a los entramados del mercadeo, diluida entre virtualidades, sin ningún piso real y solo veraz en la medida del infinito de esclavitudes incorporadas al sujeto a través del consumo desbordado.  Somos una sociedad deseante, alucinada siempre por la sensación de vacío, de impotencia, no importa cuánto compremos, nunca estaremos satisfechos del todo.

Otro aspecto que acaba con lo que solíamos llamar tradición, es aquella que rompe la vida como destino. Antes se asumía sin ninguna duda que “el destino de una mujer era  dedicarse a lo domestico toda la vida y se preparaba desde muy pequeña para el cumplimiento de este.  El destino de los hombres salir a trabajar”. Hoy nadie sabe a ciencia cierta a que se dedicará o lo que es peor, sí se dedicará a alguna cosa.

El autor  diferencia el riesgo en que vivimos con el concepto de peligro, distinción necesaria para entender aspectos fundamentales de las sociedades modernas.  “El riesgo como tal, no es lo mismo que el peligro”.  Al principio fumar fue un signo de distinción en la sociedad, después una manera de relajación, hoy es un  peligro para la salud. Los deportes extremos son la sensación hoy en día y parece que muy pocos ven los riesgos que los mismos implican, ni menos los peligros, aquí toda distinción se diluye en la moda que implica el acto, aún así la misma existe y es fundamental tenerla en cuenta. Muchas de las cosas en la vida se manejan entre estos extremos.

Las fragilidades de la subjetividad son extremas. Foucault trató el tema desde la perspectiva del poder, con mucha lucidez. Es preciso retoma los escritos sobre la subjetividad de Foucault para entender la fragilidad extrema en que vive el ciudadano de a pie en el mundo moderno. Este este responde a construcciones predeterminadas y está marcado por  poderes y saberes que el sujeto no controla, pero padece. No es sino mirar la condición de las personas en la Europa actual para entender esta realidad. Visto así, las incertidumbres se multiplican y el hombre parece flotar solo entre estados inciertos. Nada fácil en medio de una sociedad de arribistas e imposiciones del mercado voraz impuesto por el capitalismo.