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miércoles, septiembre 17, 2014

LA AMENAZA VIRAL PARA EL MUNDO





En pleno siglo XXI, teniendo en cuenta los grandes avances de la medicina,  pensaría uno que están superados los problemas virales en el mundo. La verdad hoy es otra,  no solamente  estamos lejos de alcanzar esta meta sino que existe una verdadera epidemia que se les ha salido de las manos a los organismos de salud  del planeta.
El editorial del periódico “El tiempo” de Colombia advirtió sobre la gravedad del problema: “Desde la viruela, que cambió el curso de la historia e, incluso, marcó el declive de civilizaciones enteras, o la peste, que asoló a Europa en los siglos VII y XIV, no se tenía noticia de que una enfermedad amenazara con poner en jaque la estabilidad de una región y de las naciones que la conforman. Pero las cosas cambiaron dramáticamente en marzo pasado, cuando un brote en Conakri, capital de Guinea, y su posterior expansión a Liberia y Sierra Leona le dieron a entender a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que esta era una emergencia de salud pública internacional”.

Qué son los virus: “es un agente infeccioso microscópico acelular que solo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Los virus infectan todos los tipos de organismos, desde animales y plantas, hasta bacterias y arqueas. Los virus son demasiado pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que se dice que son submicroscópicos; aunque existen excepciones entre los Virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran tamaño, tales como el Megavirus chilensis, el cual se logra ver a través de microscopía óptica.  El primer virus conocido, el virus del mosaico del tabaco, fue descubierto por  Martinus Beijerinck en 1899, y actualmente se han descrito más de 5.000, si bien algunos autores opinan que podrían existir millones de tipos diferentes. Los virus se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra y son el tipo de entidad biológica más abundante.  El estudio de los virus recibe el nombre de virología, una rama de la microbiología. Los virus se diseminan de muchas maneras diferentes y cada tipo de virus tiene un método distinto de transmisión. Entre estos métodos se encuentran los vectores de transmisión, que son otros organismos que los transmiten entre portadores. Los virus vegetales se propagan frecuentemente por insectos que se alimentan de su savia, como los áfidos, mientras que los virus animales se suelen propagar por medio de insectos hematófagos. Por otro lado, otros virus no precisan de vectores: el virus de la gripe (rinovirus) se propaga por el aire a través de los estornudos y la tos y los norovirus son transmitidos por vía fecal-oral, o a través de las manos, alimentos y agua contaminados. Los rotavirus se extienden a menudo por contacto directo con niños infectados. El VIH es uno de los muchos virus que se transmiten por contacto sexual o por exposición con sangre infectada”.
La impotencia de las autoridades colombianas en su control es notoria y de hecho nuestro  subdesarrollo contribuye con su decidía a la propagación de estos virus. La costa atlántica y pacifica está llena de aguas estancadas que son nacederos de mosquitos, los cuales son los peores agentes propagadores, allí abrevan los insectos. Hasta la fecha no existe una política seria de salubridad para su erradicación. El caso de Cartagena realmente es alarmante.
El tema lo traigo a colación porque de alguna manera todos hemos sido atacados por algún virus, ya no es un problema sólo de los barrios marginales, ni de las zonas apartadas.  La batalla microscópica se está perdiendo por ausencia de políticas preventivas y patrocinio a la investigación para la creación de vacunas.  Quise escribirlo, primero para informar a cabalidad que es un virus, los métodos de propagación y de cierta manera para alertar sobre un tema que supero la justa media.  









sábado, septiembre 13, 2014

LA VIOLENCIA SOBRE LA MUJER VISION ANTROPOLOGICA


Esta entrevista publicada por el “Suplemento Ñ” del Clarín de Buenos Aires, explica y descifra la violencia sobre la mujer desde una óptica antropológica que supera la visión mediática de la prensa amarilla, parte de un apriori que supera los análisis criminalísticos sustentados en estadísticas. Espero que sea la punta del iceberg para entender este fenómeno inexplicable para estos tiempos.

POR María Lujan Picabea


Una de las características de los genocidios, dice la antropóloga india Veena Das, es que la represión se concreta como una combinación de la violencia en sí y el silenciamiento de los testigos de esa violencia, que son intimidados para no hablar al respecto. Ello determina una doble violación de la víctima, “porque nadie cree en su relato, nadie toma en serio su testimonio” y para validarlo socialmente debe ajustarlo a lo “decible”, a lo judicialmente enunciable. Así, el dolor de la víctima se estandariza, se generaliza y pasa a ser casi una fórmula. Las heridas,así, nunca cierran y los tejidos sociales difícilmente pueden ser recompuestos. Das dictó recientemente en Buenos Aires dos conferencias magistrales: “Políticas de la vida cotidiana: memoria y presente” y “Eticas de la Salud y el Cuerpo: entre lo local y lo global” en el marco del Programa de Estudios Sur Global de la Universidad Nacional de San Martín. En ocasión de su visita conversó con Ñsobre las huellas del sufrimiento en los cuerpos, en el lenguaje de las víctimas y la memoria social, así como sobre lo que ella denomina “el centro de la maldad humana”. Esto es la capacidad de las personas de ejercer violencia sobre otras, justificando su accionar en un supuesto “bien superior”, lo que ejemplifica en casos como el secuestro en curso de las niñas nigerianas a manos de grupos islámicos o la apropiación de niños durante la última dictadura militar en nuestro país, pero también los casos de sacrificios de mujeres a manos de sus familiares.
–En su artículo “La antropología del dolor”, usted se refiere al proceso de partición India / Pakistán y señala que el cuerpo de la mujer funciona como espacio para el diálogo violento entre los hombres. Entiendo que es una metodología que se repite en muchos enfrentamientos, de hecho actualmente grupos islámicos mantienen a mujeres de otras tradiciones o creencias cautivas. ¿Podrían leerse estas acciones en los mismos términos?

–Hay una larga historia en esta noción de capturar las mujeres de los enemigos como una forma de cambiar el futuro reproductivo de una comunidad. Lo que pasó durante la partición de India y Pakistán –que tiene muy larga genealogía– fue que al capturar a las mujeres del grupo opositor lo que se intentaba era exponer a los hombres del otro grupo como incapaces de crear una Nación y esto está basado en la noción del hombre como soberano en el hogar. Bajo ese concepto resulta casi insultante que los hombres de uno u otro grupo no puedan, justamente, mantener esta soberanía. Ciertamente hay muchos hechos de violencia contra las mujeres entre grupos que se enfrentan, pero también existen infinidad de abusos contra las del propio grupo, muchas veces justificados de manera protectora. Es el caso de los hombres que matan a sus hermanas para que no sean atacadas por los enemigos. Eso revela en este tipo de contextos un perfil mucho más conflictivo y oscuro de lo que se puede pensar en una primera mirada. Yo creo que lo verdaderamente importante aquí es atender a la capacidad de ser cruel o de actuar con absoluta crueldad, con el supuesto objetivo de “salvar” a la víctima, de convertirla en una mejor persona. Yo creo que ese es el centro de la crueldad humana. He estado escuchando en estos días que he pasado en la Argentina sobre la cantidad de casos de niños apropiados durante la última dictadura militar: el objetivo era poner a esos niños en otra situación, en un contexto en el que, supuestamente, los formaran como mejores personas, como, de acuerdo a su concepción hegemónica, “debían ser”.
– ¿Qué otros casos recuerda que la hayan impactado de modo similar?
–Como estos, hay miles de ejemplos. Ha habido casos en Australia en los que los misioneros separaban a los niños aborígenes de los padres para criarlos de acuerdo a la fe cristina. Asimismo, los casos de estas niñas secuestradas por grupos islámicos, que en definitiva, en lo que apoyan su discurso es en que son niñas que han sido privadas, hasta ahí, de una educación islámica, que es la educación adecuada para las niñas. Esto muestra el aspecto más oscuro de la ideología que piensa que puede sacar las relaciones humanas de su ámbito concreto, que se puede excluir o extirpar cierta semilla, se puede separar a los niños de sus orígenes. Ese es para mí el centro de la crueldad humana. Yo creo que lo que insufla ese tipo de pensamiento es la incapacidad de habitar lo ordinario, la vida cotidiana que está marcada por la no certeza, por la constante reconstrucción de las cosas, cuya clave es aprender a vivir con esa incertidumbre, con ese constante no saber qué es lo mejor. Estos grupos constituyen su poder sobre la noción de tener un conocimiento acabado de qué es lo mejor. En momentos de gran violencia, este tipo de actitud que puede verse en otros contextos de manera morigerada, se exacerba y da lugar a una forma de ceguera. Lo que se necesita para tratar de pensar estos procesos es una teoría reproductiva centrada en situaciones de violencia.

–En relación con esto, ¿cuál considera que es el rol de la comunidad internacional, para no caer en un mecanismo idéntico al de ese fundamentalismo que considera que sabe exactamente qué es lo mejor para el otro?

–En mi opinión hay mucha hipocresía en el discurso de lo que puede o no puede hacer la comunidad internacional porque en retrospectiva las cosas siempre son claras. Lo que la comunidad internacional debería hacer, no lo va hacer simplemente porque va en contra de la economía. Todos somos conscientes de que muchos genocidios, matanzas y guerras tienen lugar por el inmenso comercio de armas y la proliferación de armas pequeñas, responsables de la mayoría de las muertes violentas. Si la circulación y proliferación de armas no es controlada, cualquier acción de la comunidad internacional llega tarde y mal. Yo soy bastante pesimista en temas de intervención de los organismos internacionales a menos que hubiera un acuerdo real en torno del capitalismo internacional. Como sea no soy una experta en relaciones internacionales.
–Usted afirma que la voz de la víctima es una voz que las sociedades intentan permanentemente acallar, ¿cómo opera este mecanismo social en casos de genocidios?
–Este es uno de los conceptos más difícil de tratar porque claramente en casos de genocidio, la represión se concreta como una combinación de violencia y silenciamiento. De ello resulta que nadie cree en los relatos de la víctima, nadie toma su testimonio en serio, lo que la empuja a cuestionarse la propia realidad. La víctima se encuentra ante la certeza de lo que sucedió pero también ante el auto-cuestionamiento frente al propio discurso, que tiene que reiterar una y otra vez, volver a enunciar. Ese mecanismo se ve reforzado por un sistema judicial en el cual lo que puede ser dicho y cómo puede ser dicho está restringido a un cierto tipo de vocabulario, ciertas palabras, y una determinada forma dentro de la cual debe amoldarse para ser tomado como testimonio legal. Eso limita a la víctima, que debe ajustarse a cierto canon, y no puede simplemente contar, sino que tiene que enunciar –con ciertas palabras– ajustándose a modelos judiciales preconcebidos.
–¿Con qué elementos se cuentan estas historias?
–En ocasiones es muy difícil volver a hacer presentes esas historias, relatarlas, de una manera que no simplemente den un relato sobre cuán horribles pueden ser los procesos, sino también cerrar un proceso de narración que contribuya a reinstalar a la víctima en su contexto social. A veces las historias se vuelven muy complejas porque se socializan a través de lenguajes estandarizados. Es lo que pasa con las comisiones de la verdad que establecen un tipo de relato y no permiten, en definitiva, la reinstalación de una vida social armónica. En los largos períodos de genocidio o enfrentamientos se crean nuevos sentidos y las relaciones, hasta las familiares, se vuelven frágiles, porque empiezan a darse situaciones de traición o de posible traición. Esto complejiza mucho las relaciones. He trabajado con mujeres que han sido víctimas de violencia y al tiempo testigos, pero además estaban en una situación en la que debían proteger a sus familiares, sus hijos, etcétera. Todos estos detalles, en general, se escapan cuando el relato es encasillado simplemente desde el rol de víctima o testigo. Es complejo trabajar estos temas porque hay que lograr que el discurso fluya pero sin fijar compartimientos dentro de los cuales deben caber unas y otros.

– ¿La mujer encarna el cuerpo de la víctima con más frecuencia que el hombre?

–Creo que hombres y mujeres son susceptibles de abusos y violencia pero el impacto de la misma puede ser distinto en cada uno de los casos caso. Se ha vuelto casi obvio referirse a la violencia sexual contra las mujeres, pero nunca se menciona la violencia sexual contra los hombres, lo que no quiere decir que no suceda. No es fácil para los hombres encontrar palabras, un lenguaje con el que expresar la frustración y la desesperanza.Trabajé mayormente casos con mujeres porque, sencillamente, con los hombres es casi imposible, ya que no logran poner en palabras no el dolor, sino su angustia, su sufrimiento. He trabajado mucho, además, con niños, que no es tan frecuente que sean víctimas de la violencia física, pero sí es demoledor el impacto que la violencia tiene sobre ellos (el trabajo de campo lo desarrolla en la India). No repito la teoría que afirma que los niños que ven violencia en sus contextos más cercanos repetirán en el futuro esquemas de violencia, pero es un hecho que para los niños es muy difícil volver a confiar en la vida después de haber pasado por situaciones de violencia extrema, como ver a sus padres colgados de un árbol, porque aunque puedan narrarlo, expresarlo, no quiere decir que terminen de comprender completamente qué es lo que un hecho como ese significa. Durante un tiempo muy largo la violencia sexual y la violencia reproductiva no fueron reconocidas como tales, se las tomaban como naturales, por eso es muy importante expresar una y otra vez que sin duda son formas de violencia. Pese a que esto ha sido muy trabajado en los últimos años yo siento que aún no se ha empezado a comprender cómo es que este tipo de violencia afecta a los hombres. Como sea, hay que empezar a entender que si bien las mujeres son con mayor frecuencia víctimas de ataques sexuales y reproductivos, no es un tema que sea sólo de las mujeres, hay que entender de qué modo lo viven los hombres. Además, en escenarios de guerra, en los que surgen ciertos tipos de solidaridades masculinas, es importante enfocarse en entender no sólo cómo los hombres padecen este tipo de violencia sino cómo aprenden a ejercerla, que es otro proceso que hasta ahora está vedado.



viernes, septiembre 05, 2014

LA FILOSOFIA POR ESTOS TIEMPOS



La pregunta esencial en términos coloquiales sería, en qué anda la filosofía actualmente, está indagación la hago desde la condición de profano, de pensador impenitente, asumo en todo caso que es vital y pertinente hacerla pues estamos en medio de contradicciones vigentes y entrópicas del sistema, recaen sobre nosotros implacablemente, esta relación difícil, fue  asumida de manera anticipada por pensadores del siglo XX, quienes mantienen su pensamiento fresco muy a pesar de estar abandonados, pues sus textos no salen del cuarto de San Alejo, me refiero a filósofos de la talla de: Nietzsche, Husserl, Heidegger, Arendt, Marcuse, Russel, Wittgenstein, Sartre, Camus, Foucault, Derrida, Deleuze, Cioran, Merleau Ponty, para citar los pensadores más importantes.
Cuando inicie el artículo recordé un relato de  Bertrán Russell, en uno de sus últimos libros, escrito a los ochenta años, texto de ficción que no fueron ajenos a su producción intelectual. El personaje principal en un recorrido de rutina se encontró con una nueva placa en  una casa que decía: “Aquí se fabrican horrores”. El rotulo parece definir lo que le produce el sistema al ciudadano de a pie en esta época, quien vive avasallado en todo sentido, le fabrican horrores todos los días.  La filosofía abrió el siglo XX, pensando la crisis general del hombre, de la razón, la pregunta por el ser volvió a matizarse como amplia apertura interrogativa, hecha primero por Nietzsche y después por Heidegger, conscientes de los peligros del totalitarismos y la libertad, buscaban el desciframiento de los poderes imperantes.  Nada ha cambiado, estamos peor y lo más grave, las contradicciones continúan vigentes y más fuertes, estamos en lo mismo, pero: Más sometidos, censurados, conectados a todo y en el fondo a nada, el  pensamiento está absolutamente condicionado, aun así el ciudadano vive sobre-informado; lleno de adminículos electrónicos; como borrego; entregado a los poderes impuestos; lo asume con indiferencia y aceptación, sin norte.
En teoría de la crisis Habermas se preguntaba: ““La segunda generación" de la Escuela de Frankfurt plantea sobre el concepto de crisis, el análisis del capitalismo post-industrial o neocapitalismo. Frente a la visión optimista neoliberal de la existencia de un mercado autónoma, los frankfurtianos consideran que en su fase actual, el capitalismo ha necesitado introducir la regulación estatal para continuar su pervivencia. El capitalismo tardío, entonces, es el que organiza el mercado utilizando al Estado como un mecanismo más. De manera que, según esto, los beneficios son adjudicados al mercado y las pérdidas son asumidas por el Estado. Por tanto, el Estado deviene en un mecanismo de equilibrio económico y social. Pero, las fluctuaciones y oscilaciones de la economía especulativa supondrán la existencia de una permanente y continua crisis. Crisis que es estudiada pormenorizadamente por este filósofo en su obra “Problemas de legitimación en el capitalismo tardío y por Claus Offe en Contradicciones en el Estado del Bienestar”, resulta ser un abre-bocas, para interrogar en  que está la filosofía hoy. El problema, nadie cree que la filosofía sea necesaria”[1].
El análisis se hace desde la óptica del sujeto y de la subjetividad, ciertos pensadores han tratado de descifrar estos entramados, desarticularlos, para decirlo más claramente, buscan entender: cómo funcionan los órganos de control; como nació el sistema penitenciario; el panóptico; la censura; como aparecen los objetos de saber; el saber cómo mecanismo de poder y como se expresa en el sujeto; hablamos de las maneras sutiles de someter. Desde Arendt el tema mantiene los interrogantes abiertos y la libertad está en el centro, quiero decir está lejos de resolverse.
Rawls se pregunta: ¿ cómo se construye una sociedad justa?. “A grandes rasgos la teoría de Rawls considera que los principios de justicia que son objeto de un acuerdo entre personas racionales, libres e iguales en una situación contractual justa, pueden contar con una validez universal e incondicional. Parte del utilitarismo, de la distribución justa del ingreso.
Realmente la inequidad continua imperando, el consumo desbordado el cual es un motor del sistema, resulta ser el gran depredador de la naturaleza.
Hace tiempo escribí a propósito de un texto, que nos cae como anillo al dedo a propósito del tema: Ramin Jahanbegloo pública un artículo en el periódico el “País” de España titulado: “Como ser filosofo hoy en día”. Intenta resolver en principio  que hacen los filósofos en estos tiempos de un pragmatismo exacerbado. En su acápite se pregunta: “Entre las principales preocupaciones de la filosofía ha figurado el desafío planteado por el concepto de libertad y su plasmación social y política. ¿Por qué a los filósofos les ha preocupado el problema de la libertad? ¿Por qué la libertad es la cuestión más importante que debe tratar un filósofo? La mejor manera de responder con claridad a esas preguntas es examinar las consecuencias que comporta dejar de lado el tema de la libertad”[2].
La libertad, los espacios, la oportunidad y los contrapesos al poder, la ética como marco general constituyen el eje sobre los cuales deberá seguir girando el pensamiento filosófico.
Hoy más que nunca los filósofos tienen mucho que hacer, crearé un blog para divulgar el pensamiento filosófico.