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domingo, julio 25, 2021

EL ASESINATO DEL PRESIDENTE HAITIANO

Preocupa de sobremanera y además es muy diciente que los colombianos además de haber exportado negocios criminales como, el préstamo gota a gota, llevado a ciudad de México, Santiago, Lima y Buenos Aires por organizaciones criminales, el sicariato, la extorsión, ahora nos veamos enfrentados a la triste realidad de la participacion de mercenarios en el asesinato de un presidente en ejercicio, hecho que conmovió al mundo. 

Lo sucedido en Haití donde están implicados 23 militares colombianos en retiro, nos deja internacionalmente muy mal, hasta el punto que fuera de ser recibidos cada vez que ingresamos a otro país con el santo y seña del narcotráfico, ahora se siembra la duda de ser criminales o pertenecer a organizaciones ilegales. Son muchos los correctivos al interior de las fuerzas armadas que debe implementar el gobierno central, después de conocer este suceso, ademas de enterarse la opinión pública que los militares colombianos en retiro son contratados con avidez por particulares y países por su profesionalismo y experiencia en el arte de la guerra y la seguridad.

Ahora, a esto hechos se suma la reverberación y el escandalo suscitado por estos días por efecto de las declaraciones en la JEP de algunos oficiales acusados por los falsos positivos, de tan triste recordación.  Algo está pasando en las fuerzas militares pues no existe en su formación el mínimo rescoldo de moralidad y ética con respecto a lo que significa su actividad y ejercicio profesional. Más de cincuenta años de conflicto, la matriz de acabar con el enemigo a como dé lugar, los ha vuelto expertos en esquilmar todo fundamento moral que les impida actuar por fuera de principios con el pretexto de acabar con el enemigo en cumplimiento de objetivos no santos, en medio de una guerra fratricida donde hemos visto de todo como en botica: masacres, secuestros, asesinatos y desapariciones.

Es necesario reconocer que algo grave está pasando al interior de las fuerzas armadas. Así como aceptamos que los grupos guerrilleros en su última década secuestraron con una crueldad antes no vista, asesinaron, extorsionaron y terminaron convirtiéndose en un cartel más, en esa lógica de ganar la guerra; también se debe aceptar que son muchos los oficiales implicados en hechos oprobiosos dentro de esta misma lógica perversa.


Colombia nunca atiende estos cortes y alarmas, una vez pasan sucesos de esta índole, siempre, como es la costumbre, se abren las investigaciones exhaustivas que nunca llegan a nada y, después continuamos como si nada pasara, lo que además de generar casi siempre impunidad, nos ha impedido salir de este callejón sin salida donde todo es posible y nunca hacemos la pausa para evaluar que nos sucede.


Los estamentos militares no tienen ni idea de las contrataciones de militares en retiro por ejércitos y gobiernos extranjeros, para no hablar de otros contratos que de seguro existen. Es pertinente por lo menos que este servicio tenga un registro y de alguna manera un control.   


martes, julio 13, 2021

PANDEMIA Y ECONOMIA

 

Muchas son las perspectivas desde donde se podrá analizar la crisis derivada de la pandemia a nivel global, con sus simetrías y asimetrías. Se parte del hecho contundente e inaplazable que, después de una larga fase de parálisis económica, donde fueron prevalentes las normas de bioseguridad frente a la falta de control de un virus que se propagó exponencialmente y que generó una fase absolutamente inercial de la economía que estamos lejos de superar, se hace neseario la apertura gradual. El problema de salud igualmente está lejos de superarse, los gurúes y gobiernos entre la dicotomía economía o salud, apostaron por la apertura y crearon políticas de prevención basadas en la autodisciplina a partir de unos protocolos específicos teniendo en cuenta las condiciones de cada país para la implementación de políticas públicas en este sentido.

“El impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, que, según las previsiones del Banco Mundial, se reducirá un 5,2 % este año”.  A esta crisis los países se enfrentaron con medidas sociales de contención y auxilios a costos inimaginables. Está claro que nunca antes habían existido tantas distorsiones entre la demanda y la oferta, muchas empresas independientes y los negocios más vulnerables no superaron esta fase inercial, pese a los créditos blandos y a agendas públicas de auxilios. Cada país enfrentó la crisis de diferentes maneras y los países ricos con más herramientas que aquellos más pobres y vulnerables en razón de sus precariedades macroeconómicas.

La crisis sacó a la luz las vulnerabilidades de los países más pobres y las asimetrías de la economía mundial, dejará consecuencias en algunos países que solo se superaran después de muchos años. La constante será una total incertidumbre y de hecho el mundo tomará más de dos años a partir de este momento para tratar de recomponer la economía desde el ancla de la reactivación, políticas de respeto, créditos para salir de la misma, sobre todo a los países emergentes y aquellas economías realmente pobres.

Es un hecho que “la recesión ocasionada por la COVID-19 es singular en varios aspectos, y es probable que sea la más profunda para las economías avanzadas desde la Segunda Guerra Mundial y la primera contracción del producto en las economías emergentes y en desarrollo al menos en los últimos seis decenios”. La decisión de realizar aperturas en casi todas las economías pese a la letalidad del virus es una decisión sustentada en la necesidad de generar flujo de caja, ingresos que permitan la sostenibilidad de la economía y suplir los déficits acumulados, además de mitigar el desempleo que ha sido una de los problemas más graves.

Es un hecho que muchas cosas llegaron para quedarse, el aumento de conectividad, el trabajo en casa y la potenciación de la virtualidad y el fortalecimiento de las tecnologías de la información y el conocimiento.

De llegarse a prolongarse la crisis se hace inexorablemente necesario medidas de carácter fiscal, generar soluciones alternativas que reduzcan sobre todo el déficit en las economías emergentes, recurrir a mecanismos multilaterales eficientes de crédito y generar políticas de reactivación que permitan de nuevo la circularidad de la economía.

El informe de prospectiva mundial para américa latina y el caribe en junio estableció: “La fuerte caída de los precios mundiales de los productos básicos ha afectado a gran parte de la región, en especial, a los productores de petróleo y gas. Las condiciones financieras se han deteriorado en un contexto donde las grandes economías han experimentado importantes salidas de capitales, con primas de riesgo en los mercados de bonos soberanos de toda la región más elevadas que al inicio de 2020. La abrupta desaceleración económica en Estados Unidos y China ha alterado las cadenas de suministro de México y Brasil y provocado una fuerte caída en las exportaciones de economías productoras de productos básicos, como Chile y Perú. La grave contracción de la economía estadounidense afecta de manera negativa a América Central a través de los canales de comercio y de las remesas. El derrumbe del turismo, del que dependen en gran medida los países del Caribe y México, también ha tenido un impacto negativo”. El camno no es facil y de la agilidad y lectura de la realidad de los gobiernos depende una salida inteligente a los problemas economicos fruto de la pandemia. 




 


martes, julio 06, 2021

TREINTA AÑOS DE LA CONSTITUCION COLOMBIANA

 

Hace treinta años Colombia puso en vigencia una nueva constitución, la que actualmente nos rige, después de ser aprobada por una constituyente de origen popular, en un procedimiento especial, acudiendo al poder emanado del constituyente primario y que permitió, después de sendas discusiones que tomaron 149 días, crear un corpus normativo de la cual emanan las normas rectoras del estado, cuyos ejes fueron la inclusión, la prelación de los derechos y un revolcón jurídico y político que trasformó un anquilosado sistema que había regido al país por más de cien años.

Es una constitución garantista, estableció el derecho de tutela   que ha constituido una verdadera revolución en términos de proteger sumariamente y prevalentemente los derechos fundamentales; se creó la corte constitucional; la defensoría del pueblo; la fiscalía, los derechos de participación y la revocatoria directa. Es la primera constitución nacida del consenso, pluralista, reconoce a los indígenas en todos sus derechos y establece la paz como derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. “Sin duda alguna, la labor de la Asamblea Nacional Constituyente fue titánica: estructurar de la forma más clara y sencilla, pero completa posible, el inicio y fi­n de la República de Colombia; una lectura de lo que es para la época actual y sus ­fines esenciales que sustentan la existencia misma de la Nación para el desarrollo de los individuos que en ella habitan”.

Las fuerzas y movimientos políticos que participaron en la asamblea reflejan el país pluralista que participó de manera directa: Partido liberal, alianza democrática-M19, movimiento de salvación nacional, partido social conservador, movimiento de unión cristiana, unión patriótica y movimientos indígenas.  A estos movimientos se les une en las discusi0ones y documentos de base, la academia, las ONG y grupos de intelectuales diversos.

La constitución nació de la famosa séptima papeleta[1], con la anuencia del presidente Virgilio Barco y durante el periodo del presidente Cesar Gaviria. El movimiento estudiantil, que reflejaba al país, se levantó contra la imposición del crimen, la ilegalidad, la falta de legitimidad de las instituciones desde un consenso que convocó a las fuerzas vivas en un propósito político de cambio que, incluyó a la iglesia, a los partidos políticos tradicionales, a los indígenas y a exguerrilleros, para no hablar de otros movimientos y a la academia que fue fundamental en este proceso.

Sobra decir que han sido muchos los embates de la clase política tradicional y de los gobiernos de turno para cortarle las alas a muchos derechos, entre ellos el de tutela.  Al poder no le gustan los contrapesos y los evita hasta el exceso.  Hasta ahora lleva 55 reformas. El último acto oprobioso en esta materia fue realizado por el actual presidente, consitió en expedir un decreto con fuerza de ley en el cual establece que las tutelas contra el ejecutivo sólo serían revisadas por el consejo de estado, lo que constituye un exabrupto. 

No ha sido tarea fácil cuidar de la constitución y de hecho se han aprobado normas en contra de la voluntad del constituyente primario, algunas muy regresivas. Estamos muy lejos de conseguir la paz y de hecho falta mucho camino por recorrer. Nuestro deber, cuidar una constitución que es referente en el mundo en materia de derechos y garantías. Como siempre en nuestro atribulado país, hacer cumplir la ley es muy difícil, pues muchas normas se quedan en el papel. Tenemos una excelente carta de navegación y de nosotros depende su estricto cumplimiento.

 



[1] Luego de este fracaso constitucional y ante el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán el 18 de agosto de 1989 se conformó el  movimiento estudiantil “Todavía podemos salvar a Colombia”,  Luego de sendos fracasos para reformar la constitución, todos antes del gobierno de Virgilio Barco, el país manifestaría la urgencia de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constitución. Un movimiento estudiantil propuso la incorporación de una “séptima papeleta” en las elecciones del 11 de marzo de 1990, que consistía en una especie de consulta popular informal, donde se consultaría si se estaba de acuerdo en convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objetivo de cambiar la Constitución vigente. Nunca fueron escrutadas dichas papeletas porque no había mandato legal para hacerlo, pero ante el apoyo de la propuesta, el gobierno de Barco decidió promulgar el Decreto 927 al amparo de las potestades del estado de sitio. En dicho decreto se convocó a la Asamblea Nacional Constituyente con base en la decisión adoptada en la “séptima papeleta” y en la situación de violencia y


narcoterrorismo que vivía el país.