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domingo, octubre 02, 2011

LA POLITICA



Se hace necesario volver a los fundamentos clásicos de esta ciencia. Es preciso leer de nuevo a los clásicos, empezando por  "La política" de Aristóteles, los contractualitas y los análisis sobre la racionalidad de la misma tratados en detalle por Habermas en su texto "Facticidad y validez". De igual manera es pertinente estudiar los textos que la cuestionan.

Ahora que Europa y Estados Unidos viven una crisis financiera y económica absolutamente grave, quedó claro que las decisiones políticas que involucran la seguridad social de los pueblos han pasado a un segundo plano y cedieron inexplicablemente a una pléyade de tecnócratas que tienen al mundo en un caos, pues sometieron al mercado y la especulación aspectos fundamentales del desarrollo de los pueblos.

En mi país estamos en elecciones para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y diputados de las principales ciudades y departamentos. Colombia presencia los escándalos más grandes por corrupción donde está en cuestión el manejo del poder a favor de los intereses privados. Las campañas de la mayoría de candidatos son industrias electorales, donde se negocia con las aspiraciones y lo que es peor, se asumen unos gastos impresionantes que de antemano pone en duda el ejercicio de quienes resulten ganadores, todos estos hechos hablan de la crisis de la política.

Cuando la ley y el discurso que le sirve de sustrato a través de sus normas, no tiene validez práctica, cuando el soporte racional de la relación gobernante-gobernado pierde sentido, las sociedades entran en crisis. A esto se suma una delincuencia que cada vez obtiene más poder, remplaza al estado y somete  la sociedad a su arbitrio, en una actitud intimidadora: Controla territorios, cobra tributos, imparte justicia, realiza cobros, asesina y extorsiona. Esta es la situación de la mayoria de ciudades Colombianas

En un portal Peruano alguien escribía con mucha lucidez: "Pero ahora, donde se han perdido difusamente las fronteras entre lo público y lo privado, vale decir, entre la gama dual de lo político, entendido en su concepción clásica, como aquello que rige sobre los asuntos públicos, y lo social, como una institución de interrelaciones privadas; se ve la necesidad primigenia de la disección para entender los límites del sistema democrático y con esto lograr su movilidad, ya que la carencia de este elemento lo ha tolerado y fosilizado, a tal modo que se habla desde varios siglos atrás de su crisis".

Es preciso volver a los fundamentos del ejercicio de la política, del estado y la sociedad. Ahora que he vuelto por textos clásicos: Aristóteles, Rousseau, Locke, Hobbes, Carlos Marx, Max Weber, Aron, Foucault, Habermas, se comprende la importancia de la política en todo su contexto, para cualquier sociedad y para el desarrollo de los pueblos.

La ciencia política es una ciencia social que estudia la teoría y práctica de la política, los sistemas y comportamientos políticos. A partir de sus conceptos básicos, el interrogante a resolver, es cómo hemos llegado a un escepticismo tan intenso con la política en general. Vivimos una época donde, los intereses particulares están por encima del interés general, esta imposición del individualismo como regla general, acabó con todo proyecto colectivo: se murieron los sindicatos, el movimiento estudiantil, los partidos, (Sobra decir que estamos felices con lo que está pasando en Chile y Colombia con los estudiantes) y por su puesto la sociedad civil quedó al garete de las famosas redes sociales, que aun no sabemos cómo se desenvolverán en este galimatías.

Hay algo cierto: si seguimos educando con los presupuestos de una sociedad de consumo sin ningún contexto político ni responsabilidad, es difícil que comprendamos la importancia del ejercicio de la política, la importancia de la democracia, del sufragio, de la participación y de la dialéctica del poder. Es imprescindible volver a educar para ser ciudadanos en el sentido más amplio.

No es fácil el tema, pero ese es apenas un esbozo de un situación que no deja de ser grave para la sociedad en general. Citando de nuevo lo que pasa en mi país, el pesimismo es absoluto. No hay futuro, estamos en las mismas.