Powered By Blogger

viernes, octubre 25, 2019

EL CASO EMBLEMATICO DE AIDA MERLANO A PROPOSITO DE LAS ELECCIONES EN COLOMBIA



En estas elecciones, la corrupción es el tema principal de los candidatos a gobernaciones, alcaldía, concejos y asamblea, lo real, de acuerdo a las denuncias es otra y la política que es el eje, parece no cambiar en este país atribulado de violencia y malas prácticas. Pensar en Aida Merlano sea hace necesario para entender la manera en que hacemos proselitismo.
La biografía política de esta senadora de provincia trasluce al país en toda su perversidad, a la clase política esencialmente y a un periodismo mediático, que se acostumbró a escándalos, hay muy poco contexto para cierto tipo de noticias, al final, no informan, des-informan.
Aida Merlano es una víctima de una clase política corrupta que ha manejado la ciudad de Barranquilla desde hace más de 20 años, eso no quiere decir que esté exenta de responsabilidades. Los que hemos vivido en la costa sabemos cómo se hace la política (El interior maneja otras prácticas igual de corruptas). El control de la clientela, del elector es absoluto, me refiero a la mayoría electoral decisoria, de acuerdo a unas prácticas complejas y funcionales. Las campañas amarran el voto con muchos meses de anterioridad, existe un organigrama perfecto que se encarga de esta tarea, son especialistas, conocen los barrios y se encargan al detalle, sosteniendo la clientela en sus puestos, generando una escala perfecta que depende de la cabeza. El día de las elecciones, controlan todo: El transporte, la comida, amarres, llámese puestos, dinero, ladrillos, cemento…en fin. La ciudad está inmersa en relaciones de poder de este tipo, manejada por líderes ancestrales, quienes saben cómo es la cosa, realmente la ciudadanía poco cuestiona esta realidad, hace parte del folclor, con la diferencia de una juventud preparada, en ciernes, dispuesta a forjar el cambio y que lucha contra estas costumbres delictivas.
Aida creció en medio de gamonales en un barrio popular. Ser líder era escalar desde abajo, primero el liderazgo barrial hasta llegar a los órganos del poder nacional, en cada barrio hay jefes, representantes de los gamonales; siendo joven, conoció estas prácticas, que nadie cuestiona, simplemente fueron su realidad. Ella hizo lo pertinente, con mucho juicio y esfuerzo: Primero fue la líder de la cuadra, después del barrio y más tarde de la zona y la ciudad. Estudió hasta graduarse, nadie le regalo nada, aprendió a liderar proyectos comunitarios, se hizo concejal, diputada y, por último, llego al congreso. Realmente ayudo a mucha gente, como se hace en una ciudad clientelista, casi todas lo son en Colombia, con puestos, consiguiendo cemento, ladrillos, rogando por becas, siempre de la mano de una de la familia fuerte, en Barranquilla para el caso de Aida, los Gerlein, quienes al final son los que dan la plata, patrocinan la clientela, se encargan absolutamente que todo funcione, son verdaderas empresas electorales, siempre hablan desde el poder, Todo lo arreglan con una llamada, llevan más de treinta años de experiencia en estas lides.
A la senadora le tendieron una trampa. Nadie la está exculpando por lo que hizo, pero es el pan de cada día en la región. Estamos a tres días de elecciones y esta realidad siga tal y cual como está descrita.  Lo que está pasando en Cartagena es típico. Este país, que es hipócrita, se asombró de lo que vio en la casa de campaña de Aida, es lo corriente, las circunstancias se repiten y de pronto el país la convirtió en chivo expiatorio, los señores Gerlein de hecho, siguen campantes.