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miércoles, mayo 18, 2022

LA MENTIRA COMO ARTIFICIO DE LA POLITICA EN COLOMBIA

 Hay un texto de Foucault que me sirve de referencia: "Miento, Hablo", que comienza con esta frase contundente: La verdad griega se estremeció, antiguamente, ante esta sola afirmación: “miento”. “Hablo” pone a prueba toda la ficción moderna.

Adelante agrega: "La proposición–objeto y aquella que la enuncia se comunican sin ningún obstáculo ni reticencia, no sólo por el lado de la palabra de que se trata, sino también por el lado del sujeto que articula esta palabra. Es por tanto verdad, irrefutablemente verdad, que hablo cuando digo que hablo". El texto central se denomina "El pensamiento del afuera" y es una elucidación sobre la verdad y el lenguaje, la relación del habla en el marco de un texto literario. El tema del conocimiento y la verdad ha sido siempre el caballo de batalla de la filosofía. Ahora, la democracia, la política y el estado cono persona jurídica, como construcción histórica y cultura, al igual que el tema ideológico están corriendo mucho peligro, en cuanto han sido tratados de manera irresponsable por gobernantes, actores políticos, gracias a una demagogia que desdibuja los propósitos de la política en el más alto sentido aristotélico (El arte de gobernar los pueblos). 

Colombia esta en pleno debate electoral gracias a la elección de presidente, solo faltan dos semanas para la primera vuelta. No hay debate serio entre los candidatos, el discurso está dominado por la mentira, asumida como verdad, sostenida sólo desde la envestidura de quien la pronuncia, sin soportes ni cifras y lleno de descalificaciones y acusaciones irresponsables, el país está lejos del marco de discusiones esenciales en este proceso, que son necesarias y  pertinentes para estas instancias. Se trabaja con el miedo y las decisiones de la gente de a pie, de la mayoría para ser mas claro, acudiendo a los presupuestos psicoanalíticos más simples, es más emocional que nunca, pues no conocen los programas, están alejados y no tienen ni idea de los grandes temas, pues estos no son el centro de la discusión electoral y por lo tanto las elecciones están viciadas desde el mismo discurso de los candidatos, por no atender los presupuestos que serán la base de su gobierno, para el caso de quien gane.

El periodismo no ayuda por su falta de rigor y por caer muy fácil en estos juegos. Los problemas de orden público se han incrementado exponencialmente, la inflación y el precio alto y escalonado de los alimentos no cesan, la restitución de tierras marcha con una lentitud que deja muchas dudas y el presidente, curiosamente, asume que esta es el mejor cuatrienio de los últimos cincuenta años, en un optimismo delirante  y mentiroso. Muchos son los micos legislativos que ha liderado como el peor de los leguleyos, poniéndole trampas a la ley y a la propia constitución. Realmente preocupa el momento que vivimos y esperamos estas elecciones produzcan un verdadero cambio en favor de las gentes más desfavorecidas de este país y por supuesto se salve la poca democracia que nos queda.