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viernes, enero 31, 2020

PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL 2020



Es factible que este año definitivamente el mundo pueda superar por fin los coletazos de la crisis del 2008 que aún no han permitido un despegue total de la economía mundial. Al ciudadano de a pie, cada día le aparecen más pagos y definitivamente sus ingresos son insuficientes para cumplirlos.  Para el FMI, estas son las prospectivas: “Se proyecta que el crecimiento mundial, que según estimaciones fue de 2,9% en 2019, aumente a 3,3% en 2020 y a 3,4% en 2021; es decir, una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales para 2019 y 2020 y de 0,2 para 2021, en comparación con las cifras presentadas en la edición de octubre de Perspectivas de le economía mundial (informe WEO). La revisión a la baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de crecimiento correspondientes a los próximos dos años. En unos pocos casos, esta revaluación también tiene en cuenta el impacto del mayor malestar social”. La inequidad sigue siendo el factor preponderante en el mundo, cada vez los grandes emporios empresariales son más ricos y la población en general, eso que llaman clase media, pese al mejoramiento de vida, solo vive para pagar facturas, una servidumbre que se perpetua inexplicablemente. Es un hecho que la tecnología y la automatización empiezan a generar consecuencias graves, el desempleo en adelante será la variable a vencer. Curiosamente, pese a que Colombia registró un crecimiento superior al 3 %, y es el país más estable de américa latina, las protestas continúan porque la gente se siente vulnerada, el dinero no les alcanza en medio de una corrupción galopante y una violencia que no para.
El FMI, estableció al final: “ El lado positivo, la actitud de los mercados se ha visto estimulada por indicios de que la actividad manufacturera y el comercio internacional están llegando a un punto de inflexión, por una reorientación general hacia una política monetaria acomodaticia, por noticias intermitentemente favorables acerca de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, y por menores temores de que se produzca un Brexit sin acuerdo, gracias a lo cual se ha observado un cierto repliegue del contexto de disminución de la exposición al riesgo que prevalecía en la fecha de publicación del informe WEO de octubre. No obstante, los datos macroeconómicos mundiales aún no arrojan señales visibles de que se esté llegando a puntos de inflexión”.
Para el ciudadano común estas cifras y estos análisis no significan nada, pues la vida no le cambia. Las presiones y el alza de precios en variables como la educación, los alimentos y la vivienda, lo dejan por fuera del rin. El mundo, según la reunión de Davos continuará en crisis, este encuentro es la más importante en materia de prospectivas para la humanidad, pues asisten más de 60 presidentes, los dueños de las grandes multinacionales, los grandes pensadores, científicos de todo orden, escritores y los directores de los organismos económicos más importantes del sistema económico, se reúnen a discutir hacia dónde deberá ir el mundo, se plantean cuáles son los problemas a vencer y cómo superarlos.
El FMI propone al final frente a su propio informe: “Para afianzar la actividad económica y prevenir los riesgos a la baja es indispensable lograr una cooperación multilateral más sólida y una combinación más equilibrada de políticas a nivel de los países, teniendo en cuenta el espacio monetario y fiscal disponibles. Los objetivos principales siguen siendo desarrollar la resiliencia financiera, afianzar el crecimiento potencial y fomentar la exclusividad”.
La economía sobre la cual gira toda nuestra vida es el tema principal en materia política. Resolver el problema de inequidad constituye la necesidad más palpable, insistir en la variable desarrollo sostenible y generar las propuestas concretas para mitigar el daño ambiental, constituyen las mayores preocupaciones establecidas en Davos. Lo curioso es que allí se reúnen los que con voluntad podrían arreglar estos problemas, por qué no lo hacen, es la pregunta.