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domingo, enero 14, 2024

PROSPECTIVAS PARA EL 2024 DEL MUNDO Y COLOMBIA

 En el mundo y por resonancia en Colombia, la economía, no mejorará. El consumo seguirá estable, pero es un hecho que no es el más prometedor, la inflación galopante en muchos paises, Europa sobre todo, no permitirán que los bancos centrales bajen las tasas de interés. En los Estados Unidos no se ha producido dicha baja y en Colombia fue muy pequeña, no tiene incidencia relevante en la economía, los créditos seguirán siendo bajos y la inversión interna y externa para nada se incrementará. En Colombia el déficit fiscal no mejorará, ni el de cuenta corriente y menos el comercial, importamos más de lo que exportamos. Es cierto que la inflación en nuestro país ha tenido un manejo bueno, por debajo de los dos dígitos, pero aún no es garantía para bajar la escalada de precios en la canasta familiar.  

A este panorama incierto se le suman dos guerras que aun no parecen tener una solución pacífica. Ucrania y la guerra de Gaza han mostrado la impotencia de los paises occidentales, las naciones ricas, las que supuestamente manejan la geopolítica mundial y más bien develan cierto cinismo y falta total de humanismo frente a la muerte de civiles y niños. Los conflictos adquieren dimensiones muy graves y pueden terminar por cualquiera de los dos núcleos geopolíticos llamando a nuevos actores y paises. Es impresionante el número alto de mercenarios colombianos en Ucrania, exportamos hombres para la guerra.

El crimen organizado en Latinoamérica ha tomado dimensiones nunca vistas y afecta a la totalidad de la población de cada uno de los paises en que se desarrolla. Lo sucedido en Ecuador en las dos últimas semanas es una premonición de lo que puede pasar en Chile, Argentina y Colombia, para no citar a México, realmente nunca han controlado la escalda de la delincuencia comun y el narcotráfico. La paz total en Colombia aún no genera confianza y mas bien ha servido para la consolidación de las BACRIM.

En materia ambiental en el mundo no se ven resultados relevantes y claros. La deforestación del Amazonas es muy grave y nadie parece hacer nada, ni los paises en lo que se encuentra la selva y la cuenca del rio, ni el apoyo real, tanto en políticas como en dinero, de los paises ricos que generan el 80% de la contaminación y el calentamiento climático global.

Estamos ante un panorama lleno de incertidumbre en cada tema que analicemos. Conocer como se moverá el mercado en cada sector en relación con los factores macroeconómicos es de suma importancia para medir los pasos que tomaremos. Hay que tener una mirada milimétrica que nos permita actuar con sindéresis.  Amanecerá y veremos, esperamos actuar de acuerdo a las variables fácticas que tenemos. 



miércoles, enero 10, 2024

QUÉ LEER Y POR QUÉ ? (HAROLD BLOOM)

Este es el prefacio de este excelente libro del crítico americano que me parece importante leer, pertinente al comienzo del año donde uno  planifica sus lecturas  y lineamentos intelectuales, en mi caso, siempre alrededor de buenos textos. Lo transcribo por lo claro y ser una guía acertada. En otra entrada traeré el prologo cuyo contenido es relevante en medio del maremágnum de ofertas nuevas en materia de libros que, muchas veces nos confunden por lo excesivas. CESAR H BUSTAMANTE

No hay una sola manera de leer bien, aunque hay una razón primordial por la cual debemos leer. A la información tenemos acceso ilimitado; ¿dónde encontraremos la sabiduría? Si uno es afortunado se topará con un profesor particular que lo ayude; pero al cabo está solo y debe seguir adelante sin más mediaciones. Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos en mi experiencia, es el placer más curativo. Lo devuelve a uno a la otredad, sea la de uno mismo, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La lectura imaginativa es encuentro con lo otro, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer bastante gente, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la comprensión imperfecta y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional.

 Este libro enseña cómo leer y por qué, y avanza afianzándose en una multitud de ejemplos y muestras: poemas cortos y largos, cuentos y novelas. No debe pensarse que la selección es una lista exclusiva de qué leer, se trata más bien de una muestra de obras que mejor ilustran por qué leer. La mejor forma de ejercer la buena lectura es tomarla como una disciplina implícita; en última instancia no hay más método que el propio, cuando uno mismo se ha moldeado a fondo. Como yo he llegado a entenderla, la crítica literaria debería ser experiencial y pragmática antes que teórica. Los críticos que son mis maestros — en particular el Dr. Samuel Johnson y William Hazlitt — practican su arte a fin de hacer explícito, con cuidado y minuciosidad, lo que está implícito en un libro. En las páginas que siguen, ya trate con un poema de A. E. Housman o una pieza teatral de Oscar Wilde, con un cuento de Jorge Luis Borges o una novela de Marcel Proust, siempre me ocuparé sobre todo de modos de percibir y comprender lo que puede y debe hacerse explícito. Dado que para mí la cuestión de cómo leer nunca deja de llevar a los motivos y usos de la lectura, en ningún caso separaré el "cómo" y el "por qué". En "¿Cómo se debe leer un libro?", el breve ensayo final de su Lector Común (Volumen II), Virginia Woolf hace esta encantadora advertencia: "Por cierto, el único consejo que una persona puede darle a otra sobre la lectura es que no acepte consejos". Pero luego añade muchas disposiciones para el gozo de la libertad por parte del lector, y culmina con la gran pregunta "¿Por dónde empezar?" Para llegar a los placeres más hondos y amplios de leer, "es preciso no dilapidar ignorante y lastimosamente nuestros poderes". Parece pues que, mientras uno no llegue a ser plenamente uno mismo, recibir consejos puede serle útil y hasta esencial. Woolf, por su parte, había encontrado asesoramiento en Walter Pater (cuya hermana le había dado clases), y también en el Dr. Johnson y los críticos románticos Thomas de Quincey y William Hazlitt, sobre el cual hizo esta maravillosa observación: "Es uno de esos raros críticos que han pensado tanto que pueden prescindir de la lectura.

" Woolf pensaba incesantemente, y nunca dejaba de leer. Tenía buena cantidad de consejos para dar a otros lectores, y a lo largo de este libro yo los he adoptado muy contento. El mejor es recordar: "Siempre hay en nosotros un demonio que susurra 'amo esto, odio aquello' y es imposible callarlo." Yo no puedo callar a mi demonio, pero en fin, en este libro lo escucharé únicamente cuando susurre "amo", porque aquí no pretendo entablar polémicas; sólo quiero enseñar a leer