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jueves, noviembre 05, 2020

OSCAR ALARCON EL CASO DE UNA INJUSTICIA FLAGRANTE EN MEDELLÍN

 


Don Oscar Roldan, vive en el barrio “Bello Oriente" de Medellín, en una comuna, es un hombre de la tercera edad, trabajador, un patriarca, le da trabajo a más de 25 miembros de su familia, ha sufrido todos los males de este país y pese a ellos ha salido avante con su trabajo, ha padecido el estado de una manera inclemente. Hace treinta años salió de su región por la excesiva violencia y la ausencia del estado en toda la región donde trabajaba. De súbito, por la gracia de una violencia descarnada se convirtió en desplazado, tuvo que salir de sus tierras, engroso esa masa de colombianos sin ningún apoyo buscándole salidas a la vida y a suerte que las encontró. El secreto: Trabajo y perseverancia.

Nunca ha sido acompañado por el estado en ninguna vicisitud adversa, más bien ha tenido que padecer la persecución del mismo de manera injusta. Su historia es singular, porque, como buen colombiano con perseverancia, inteligencia y honestidad, mucho sentido común, montó un depósito y una ferretería con la que ha salido adelante, que no solo le dan mucho trabajo a la zona y particularmente a su familia, sino que ha servido de apoyo a la zona para un desarrollo. La gente de estas comunidades se enfrenta a todo. Primero al estado, quien les cobra a través de matrículas hechizas que no corresponden al principio de reciprocidad, además, sabiendo que estas son posesiones, en zonas vulnerables, por el peligro social, la violencia y la falta de presencia del estado, cada día es una batalla con infinidad de problemas: Falta de vías, ausencia de espacios de recreación y deporte y por su puesto violencia.

Fue sancionado mediante resolución No 2017500009306 de 27 de septiembre del 2017 mediante proceso iniciado por un inspector a una sanción urbanística, injusta desde todo punto de vista, pues el monto fue puesto como si se tratara una construcción de extracto. Algo paradójico, hay más de mil casas y poseedores que tienen una condición igual a la  del señor Oscar, son construcciones hechas a contra natura, producto de una condición particular producto del abandono del estado, en un país que siempre llega tarde. Curiosamente se ensañaron con don Oscar.

Aún así este señor, que fue embargado injustamente, a quien se le cobran intereses moratorios altísimos, ha estado pendiente de la administración para pagar el capital y a la fecha nadie le ha escuchado. Nadie lo atiende, nadie le resuelve, es tratado con total indiferencia.  El artículo 44 de la Ley 1437 de 2011 establece que las sanciones administrativas están sujetas al principio de proporcionalidad, de manera que la ley restringe la órbita de la discrecionalidad administrativa y constituye un límite general para cualquier ejercicio que suponga la limitación de los derechos fundamentales.  En concreto, esta Corporación ha sostenido que tratándose del inicio de un proceso por presunto desconocimiento régimen de obras urbanísticas (Ley 388 de 1997 “por la cual se modifica la Ley 9 de 1989, y la Ley 2 de 1991 y se dictan otras disposiciones”, modificada por la Ley 810 de 2003 “por medio de la cual se modifica la Ley 388 de 1997 en materia de sanciones urbanísticas y algunas actuaciones de los curadores urbanos y se dictan otras disposiciones”) que surten las Alcaldías Municipales o las Alcaldía Locales, existe el deber de la administración de acompañar al administrado, para que tenga una oportunidad de adecuar su actuación irregular a la legalidad, antes de imponerle una sanción  que seguramente no podrá cancelar debido a sus condiciones de vulnerabilidad y que ocasionará que incluso pierda su vivienda.

No hay ningún acompañamiento, existe sólo una persecución injusta e inexplicable, desde la perspectiva antropológica y sociológica, el trato no atiende a las graves singularidades del caso, el poder ascendente del estado es arrogante, injusto y viola el derecho de defensa de toda una familia. además el estado desconoce la forma en que crecieron estos barrios. Estamos ante una violación flagrante de los derechos humanos.