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miércoles, agosto 10, 2011

MATTHIEU PIGASSE

Una mezcla de gentleman, financiero exitoso, banquero, hombre de izquierda y contestatario en ocasiones, con una pasión desmedida por el rock, hacen de este hombre exitoso un producto diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver. Estamos en la época, en que la única salida es ser iguales para ser diferentes. Es grato reconocer que aun existe gente que escapa a estos estándares.

Tiene sólo 43 años, estilo de dandy –jean y camisa blanca impecables–, y es el nuevo hombre fuerte de los medios franceses. En 2009, Matthieu Pigasse compró la revista semanal Les Inrockuptibles y, el año pasado, nada menos que el más prestigioso diario galo: Le Monde . En ese momento, el periódico estaba al borde del default. El actual director del banco de negocios Lazard trabajó en la reestructuración de la deuda argentina con el equipo del ex ministro de Economía Roberto Lavagna. En Lazard hizo su fortuna y se especializó en reestructuración de deudas de países emergentes y en fusiones y adquisiciones de empresas.

Con  la crisis fianciera en plena efervescencia, que confirma una vez más como persisten los economistas en sus equivocaiones, sobre todos aquellos que creen ciegamente en la mano invisible del mercado y  que nunca asumen una crítica al modelo de desarrollo, ni reconocen las injusticias de los gurues en el manejo de las finanzas en el mundo, la visión de un hombre que pese al estilo de vida burgués que tiene en todo lo que hace, de izquierda ideologicamente hablando, absolutamente iconoclasta y quien habla de justicia social, de cambio de reglas, representa de alguna manera una esperanza al caos en que nos estamos moviendo.

Pigasse tuvo en su adolescencia vinculada al rock: en su juventud llegó a tener su propia banda punk y hoy reconoce que le gustan The Clash y Sex Pistols, dos grupos íconos del género. El 10 de mayo pasado, organizó un gran recital en la plaza de la Bastilla, en París, como celebración del trigésimo aniversario de la elección de François Mitterrand como primer presidente de socialista en Francia.

En este momento está en Argentina donde lanzará su revista de rock. Pese, a ser un experto negociando y reorientando deuda externa de los países emergentes y haber contribuido a un renegociación de la deuda externa Argentina, es un crítico al culto al mercado. Hubo respuestas que lo definen en este campo.

– ¿Qué tan en crisis está el capitalismo?

Hay una crisis profunda del sistema capitalista. Es el resultado esencialmente de una transformación generada por el culto al mercado: de industrial pasó a financiero. En el industrial hay innovación, se generan cosas, se generan empleos, la empresa produce. Por el contrario, en el financiero lo único que importa es incrementar el beneficio, lo máximo y más rápido posible. No importa nada, ni cómo se hace, ni quién lo hace, ni los empleados, ni los recursos, ni el proceso, sino los resultados, lo que se va a ganar.

–¿Considera viable la continuidad de este sistema?


–No puede haber democracia sin mercado, ni mercado sin democracia. Lo que pasó en Europa del Este hace algunos años no me gusta. Pero la crisis ha mostrado que la mano invisible que regula la economía no existe. Si dejamos que los mercados se autorregulen, se autodestruyen. Hay que redistribuir los beneficios generados por el mercado, darles a todos el mismo acceso a la educación, salud, seguridad. Y un sistema fiscal justo. No hay que dejar de crecer: hace falta generar riqueza para poder redistribuirla.
¿La crisis económica genera xenofobia?

–Muchos dirigentes políticos europeos tienen responsabilidad en la actitud de encierro que se generó en la sociedad. Es muy triste que Francia, el país de los derechos humanos, responda cerrando sus fronteras a los inmigrantes sin papeles ante lo que pasó en Túnez. Es inquietante, es un reflejo de la crisis económica. Es el miedo al mañana, a los otros. Necesitamos abrirnos al mundo y lograr una alegría colectiva. La cultura es una manera de hacerlo.

Es bueno que haya hombres exitosos, que piensen de manera diferente y que nos brinden una visión por encima de los estándares.