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domingo, octubre 28, 2018

“SEGUIMOS DESENTERRANDO LA BARBARIE DE LA GUERRA EN COLOMBIA”


Colombia vive un momento extraño, así lo dice este estudioso de nuestra realidad, quien fue director por mucho tiempo del centro nacional de memoria histórica, siento a la fecha, que no hay una voluntad firme de cumplir con los acuerdos de la Habana,  de corregirlos, lo que es peor, de continuar buscando la paz, volvieron ciertos discursos de corte fascista, nuestro país pareciera incapaz de salir de la violencia como mecanismo de resolución de nuestras diferencias. Seguimos matando líderes sociales, hay extensas zonas abandonadas por el estado y permeadas por el narcotráfico en sus mil formas. Hay más territorio que estado. Esta entrevista publicada en el periódico “El país” de España me parece pertinente, vivimos tiempos muy confusos y alguien debe comenzar a mirar nuestro presente y futuro con alguna lucidez.   CESAR HERNANDO BUSTAMANTE



El director del Centro Nacional de Memoria Histórica, próximo a dejar su cargo, afirma que sus investigaciones han contribuido a sacudir a la sociedad.
Gonzalo Sánchez (Líbano, Tolima, 1945), autor de libros clásicos de las ciencias sociales en Colombia, forma parte de la camada de investigadores que se llegó a conocer como los “violentólogos”. Abogado y filósofo de la Universidad Nacional, con un máster de la universidad de Essex y un doctorado en sociología política de la Escuela de Altos Estudios de París, dirige desde el año 2007 el Grupo de Memoria Histórica, que pasó a ser el Centro Nacional de Memoria Histórica, la entidad encargada de documentar el conflicto armado. En decenas de informes, el CNMH, surgido de la ley de víctimas de 2011, ha reconstruido las masacres más emblemáticas de guerrillas y paramilitares, así como las dimensiones de la guerra que ha asolado a Colombia por más de medio siglo.

Sánchez ya ha anunciado su retiro del cargo. “La memoria se convirtió en un patrimonio público, de los colombianos pero también de la humanidad”, dice a EL PAÍS en su estudio, en el tradicional barrio bogotano de Teusaquillo, al repasar su labor. El nombramiento de su sucesor ha despertado intensos debates en un momento delicado para la implementación del acuerdo de paz con las FARC bajo el gobierno de Iván Duque, un crítico de la negociación que el pasado 7 de agosto relevó a Juan Manuel Santos. Advierte que “lo que estamos viendo en relación con la tareas del centro es la puesta en marcha, en vivo, en escena, del relato como un nuevo campo de batalla”.

Pregunta. ¿Cómo definiría el momento que atraviesa Colombia?

Respuesta. Es un momento muy extraño. Es un cruce de algo que se vivió en los últimos cuatro o cinco años, que era un horizonte de esperanza, con el cambio generado por las elecciones, que se traduce en un momento de incertidumbre. Parecería haber todavía alientos para la esperanza, pero eso se ve más desde afuera que desde adentro. La gente que está mirando desde fuera, con la experiencia de análisis de los conflictos armados, hace una invitación permanente a la paciencia, a que a los cambios sobrevinientes a un proceso de negociaciones hay que darles unos tiempos.

MÁS INFORMACIÓN
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La resurrección de El Salado
Hay signos muy complejos. Un proceso de paz exige muchísima definición, compromiso, decisión sobre lo que hay que apoyar. Los mensajes que se mandan desde toda la institucionalidad suenan todavía ambiguos. Los signos sobre la consolidación de lo que supuestamente debía estar en marcha no son tan alentadores. No hay unas líneas claras que permitan mantener muy firmemente el optimismo. A todo esto se agrega un contexto internacional muy poco favorable, por lo menos en el vecindario. El proceso va a sobrevivir por la inercia de lo que es, pero vamos a estar en aguas procelosas un largo rato.

P. En su momento, en Colombia se usó mucho la expresión de que los astros estaban alineados para alcanzar el acuerdo con las FARC.

R. Los astros se desalinearon demasiado rápido. Si se hubieran desalineado con cuatro o cinco años del proceso andando en forma, el barco resiste bien, pero es que aquí la tempestad le madrugó al embarque. Estamos en una situación difícil.

P. Parecería que Colombia no quiso ver la barbarie de la guerra mientras ocurría. ¿Los informes del CNMH le han abierto los ojos?

R. Sí. Cuando lanzamos el primer informe sobre la masacre de Trujillo con mucha fuerza, en 2008, el impacto fue tremendo. Y seguimos desenterrando esa barbarie: las masacres de El Salado, de La Rochela, de El Tigre, de Bahía Portete (…). Y seguimos año tras año mostrando los múltiples rostros de la masacre, las enormes cifras de la tragedia que el país había vivido, cuando comenzamos a mirar procesos ya no locales o regionales sino temas globales como el despojo de tierras, la desaparición forzada, el secuestro, el reclutamiento forzado. Las cifras escandalizan al país, pero por momentos. La toma de consciencia del impacto de la guerra es de grandes relámpagos. Es una lucha de la memoria y de la verdad permanente por ser reconocida, de lo que se ha ido mostrando paso a paso. Parecería como si se necesitara otra vez que se prendiera la guerra para que la sociedad volviera a descubrir qué tanto se había ganado con la paz.

P. Hay cifras difíciles de entender, como la de 4.000 masacres o más de 80.000 desaparecidos. ¿Alguno de los informes lo impactó particularmente?

R. El de la desaparición forzada, que vimos crecer como fenómeno en el proceso investigativo. Cuando empezamos, las cifras que se manejaban eran de cinco, siete mil desaparecidos en el país. Esas cifras se nos van creciendo gradualmente, y ahora llegamos por el proceso mismo de esclarecimiento a esta cifra escandalosa de más de 80.000 desapariciones en la democracia colombiana. Las dimensiones fueron superiores a todas las dictaduras sumadas del Cono Sur, y no habíamos visto eso.

P. ¿Algún otro?

R. Todos los informes fueron terribles, esto fue un proceso de conmoción repetida. Cuando se descubre Trujillo, con esas formas de la violencia asociadas a la motosierra, eso sacudió al país. Escuchar la violencia de El Salado, ejercida sobre una población inerme recogida en una pequeña plaza, y cómo comenzaron en un acto ceremonial, ritual, a ejercer las formas más perversas de tortura a los ojos de todos los que quedan vivos, de niños y mujeres, hasta llegar a liquidar a esa población… Sí, yo creo que el centro ha contribuido enormemente a través de este trabajo a sacudir a la sociedad colombiana.

P. ¿Qué le diría a su sucesor o sucesora en el cargo?

R. Que la confianza que se ha construido con las comunidades hay que protegerla, guardarla y proyectarla. Segundo, que debe tener una mirada muy abierta, muy integral del conflicto, para que el centro siga manteniendo su legitimidad, el reconocimiento de todas las víctimas, de todos los actores, de todos los responsables y de todos los territorios. Es decir, esa vocación globalizante del conflicto es la que le da la legitimidad que se está defendiendo ahora. Y el tercer punto, el trabajo del centro se convirtió en un referente político muy importante en el país, y hay que continuar abriendo los actores que entran a la conversación de la memoria. Nosotros la iniciamos y quisiéramos que se protegiera, no solamente para las víctimas, para la sociedad.

P. Algunas organizaciones han hecho un llamado a defender la visión amplía y pluralista del CNMH. ¿Siente que su legado en este momento de cambio de gobierno está bajo riesgo?

R. Los mensajes no han sido muy claros. Yo confiaría en que después de esta movilización que ha puesto en el centro del debate público la importancia de la memoria, de los archivos, de la apertura a escuchar las diferentes voces que han vivido la guerra en el país, la nueva dirección que sea dé cuenta de esa diversidad enorme que es la diversidad del conflicto. El peor mensaje que se le puede mandar a la sociedad es que el centro se va a convertir en vocero de un sector del conflicto en Colombia, o de una sola línea de víctimas.





sábado, octubre 20, 2018

IDEOLOGIA Y PODER



Cuando un gobernante se posesiona responde a un programa de gobierno, también a  una ideología, un fondo, corolario de ideas que lo definen, muchas veces refleja el ideario de un partido,  institución que pretenden acabar los técnicos quienes manejan el poder desde las oficinas de planeación, estos señores no quieren saber nada de política ni de ideas, la ideología para ellos se llama pragmatismo, lo que nunca explican es que intereses encubren y a favor de quien. El programa constituye el soporte sobre el cual hará el manejo de los recursos del estado, reflejado en un plan de gobierno que termina siendo ley, en un presupuesto que lo explica en gastos y lineamientos de inversión: Sociales, productivos, de seguridad, infraestructura, comercio, servicio de la deuda, inversión, educación etc, etc…….además desde el mismo deberá atender la mayoría de problemas estructurales y coyunturales que tenga el país, este  contiene en cierta forma el marco de soluciones desde la óptica del ejecutivo.
Hoy es muy difícil definir o saber, cuándo hablamos de una ideología de izquierda, de derecha o de centro, o lo que es peor, de centro izquierda o de centro derecha, la mayoría de veces en esta materia no sabemos de qué nos están hablando. Miremos a “Peter Glotz (1992), destacado dirigente socialista alemán, para ver si logramos descifrar el entuerto, este pensador contrapone las dos posiciones: la izquierda adopta un pensamiento racional y deductivo, habla de derechos humanos y de Estado de derecho, defiende normas universales y constituciones, es cosmopolita. La derecha, por el contrario, adopta un pensamiento vitalista, habla de instituciones llamadas a dar cobijo al hombre, defiende el espacio vital y el territorio nacional, opta por la polis. Habría bastante que matizar en el análisis de Glotz, pero sirve como punto de partida. La izquierda ve la sociedad como un mecanismo que se puede armar y desarmar a voluntad, como hacemos con las piezas de Lego. Esa plasticidad permite elaborar diseños sociales ideales; para llevarlos a la práctica cabe apostar por la vía pacífica —reformas— o por la revolución violenta. Para la derecha, la sociedad se parece más a un organismo. Por tanto, no es posible descomponerlo en sus elementos sin mutilarlo o sin matarlo. Esta condición impone límites bastante estrechos a la proyectabilidad social”[1]. Los dos partidos tradicionales en Colombia son una debacle, el partido liberal no existe en Colombia, hay que reconocerle ser históricamente el que introdujo en nuestra legislación la mayoría de derechos liberales, la función social del estado, hoy este partido es una empresa electoral, no hay ideología alguna que prevalezca sobre sus actos y sus posiciones políticas solo manejan ambiciones burocráticas y el usufructo del poder sin cortapisas, del más bajo pelambre; el partido conservador, maneja matices ideológicos más visibles, pues sienta posiciones claras, dogmatiza frente a ciertos temas relevando aspectos ideológicos propios, por ejemplo: Su negativa radical frente al aborto y la adopción por parte de parejas gay, la oposición el libre desarrollo de la personalidad en muchos temas, el desconocimiento a los derechos de la comunidad LGTB, comunidad que no está dispuesta a aceptar; aún así, el partido conservador termino igual a su opositor, otra industria electoral, usufructuaria del poder, ha estado en los último 20 años en todas las coaliciones con el ejecutivo de turno, pese a nunca haber tenido candidato propio. Esto para afirmar que pareciera que para nosotros, hoy no hay debates ideológicos serios.
La mirada puede ser otra. Es un hecho, en Colombia hay una derecha muy fuerte, nuestra nación es conservadora en extremo. Nunca ha pasado una reforma agraria seria, somos el único país en Latinoamérica que no la ha implementado;  todo líder de izquierda en los últimos 100 años que ha estado cercano al poder, es vilmente asesinado, es una constante; la iglesia sigue teniendo mucha incidencia en el poder, administra buen numero centros educativos, tira línea, que no siendo nunca reprobable dice mucho del talante de nuestro pueblo, rezandero y camandulero, de hecho la iglesia siempre se opone a las reformas liberales; Colombia mantiene grandes latifundios; hoy, continuamos matando líderes sociales; hay sectores importantes de la sociedad y el poder que nunca han reconocido que tenemos un conflicto armado o por lo menos lo tuvimos, 270000 muertes, 6.050.000 víctimas, 150 desplazados, 80.000 desaparecidos. Miremos algunos aspectos que nos ayuda a entender todo lo que nos pasa frente al tema ideológico despues de este espectro. “El hombre —como se sabe y acepta desde hace siglos— es un ser social: la persona no puede darse en singular. Al examinar la relación entre la persona y la sociedad se abren dos modalidades: o bien considerar que importa el conjunto social y que la persona debe quedar sometida al todo; o, por el contrario, dar la primacía a las personas y pensar que la sociedad está al servicio de ellas. La primera postura es de izquierda. Así, parece aceptable ver al hombre como determinado por el medio social. Para alumbrar una nueva humanidad bastaría con manipular adecuadamente las estructuras sociales. Se entiende por eso la importancia que la izquierda atribuye al sistema educativo y, en general, a la cultura como herramientas de transformación social. La derecha piensa más bien que el individuo debe asumir la gestión de su propia vida, en un ejercicio de libertad y de responsabilidad personales. El valor político supremo para la izquierda es la igualdad o, muy emparentada con ella, la solidaridad. De ahí que su principal enemigo, auténtica bestia negra, sea la élite, el elitismo”. Esta mirada tan tajante de Glotz, nos sirve para mirarnos al espejo. Hoy el presidente revisa todos los acuerdos de la Habana, pese a que están incorporados a nuestra legislación y crearon una bitácora administrativa, judicial, de reparación y no repetición, que es ley, fue un acuerdo que comprometió al estado, pero para el presidente Duque, no existen algunos de esos compromisos. El ministerio de defensa y el ministerio de gobierno todos los días ataca la implementación del acuerdo. Lo que está claro es que este gobierno y el anterior no le han cumplido a los reinsertados, hablo de la base, que es la que sufre la peor parte de todo este galimatias. En otros aspectos la actual administración ha dejado ver el tras-fondo ideologico de su estilo: La educación superior se trata como un componente de tercera y prevalece la inversión de defensa y armamento; Colciencias es un paquidérmico; se decide atacar a los consumidores de yerba o cualquier alucinógeno irrespetando los derechos al libre desarrollo de la personalidad, al consumo recreativo, mediante un decreto de dudosa constitucionalidad no solo para poder decomisarles la dosis sino judicializarlos; se fumigará de nuevo con Glifosfato extensas zonas del territorio nacional, pese a la prohibición de la corte y los daños a la salud comprobados en el mundo. El señor ex procurador, lo más anacrónico es el representante ante la ONU de este gobierno; El embajador de Colombia en los Estados Unidos, el doctor Francisco Santos es incapaz de des-narcotizar nuestras relaciones, es al único tema que se refiere, parece un funcionario americano.  Estamos definitivamente frente a un gobierno de derecha, no tengo duda. Esto quiere decir que muchas de las libertades están en peligro, que la agenda pública cambiará su óptica en muchos temas que asumíamos los Colombianos estaban superados y que vendrán políticas regresivas en contravía de todo el mundo. Para muchos, esto es lo que debería hacerse, para otros, es una vuelta a temas que creíamos superados, eso que llamamos políticas regresivas.



[1] Izquierda y Derecha: ¿una tipología válida para un mundo globalizado?. Alejandro Navas García.

lunes, octubre 15, 2018

EL BOGOTAZO Y LA TRÁGICA MUERTE DE GAITÁN.


Este texto lo escribió mi hija Isabella Bustamante Ruiz de tan solo 14 años, conmovida por una clase sociales en su colegio. He querido publicarlo en este blog por dos razones. Nuestra violencia tiene buena parte de su origen en este hecho puntual sumado a otras causas, Colombia vive inmerso en esta tragedia, la de matarnos desde hace cincuenta años. El hecho que los jóvenes se enteren de nuestra historia constituye una esperanza a no repetirnos incansablemente. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE.

En 1948, exactamente el 9 de abril a la 1 de la tarde ocurrió uno de los sucesos más trágicos en la historia de Colombia, Jorge Eliecer Gaitán fue asesinado, el caudillo y político más popular de la época, una alternativa de poder real. Recibió tres disparos, justo antes de ir para un almuerzo. El supuesto asesino fue brutalmente golpeado,  arrastrado por las calles de Bogotá y brutalmente asesinado. Las calles fueron completamente destruidas después de que la radio anunciara la muerte de este ídolo nacional, los locutores incitaron a las personas bogotanas a que salieran a cobrar venganza. El centro de Bogotá  fue totalmente quemado, miles de hombres apaleados, muertos, muchas mujeres y niños sufrieron en este día. Llegue a este suceso de manera casual. En clase de sociales, cuando estábamos tratando el  bogotazo, al principio no le preste mucha atención, pero empecé a interesarme cuando vi la escena final de la película roa, allí narran todo lo que pasó en este día aciago, la escena que acabe de contar, en el salón no pudimos verla por problemas de tiempo, me tome la tarea de buscarla, la verdad no tenía muchas expectativas ya que nuestro profesor nos contó todo y no creía que una película colombiana tuviera un material de tanta calidad, lamentablemente nuestro cine, sin desconocer que tiene potencial, solo hace cine de entretenimiento, poco le importa el cine de calidad, pero esta película con tan solo una escena me dejó gratamente sorprendida, pude sentir que pasó de verdad, que todo lo que había oído y visto en uno que otro documental fue cierto, además que en esta película se muestran imágenes de la vida real. Quede impactada con la similitud entre ficción y realidad. Actores increíblemente talentosos que hacen que se te ponga la piel de gallina, y además, que veas como las personas se ponen completamente locas por tomar venganza por su ídolo. A los jóvenes Colombianos les sugiero que vean esta película y que profundicen más en este tema, mucho de lo que vivimos nace en este día.






domingo, octubre 07, 2018

ESCRITURA Y LEGADO

Este es un justo homenaje a Johann Sebastián Suarez, un estudiante de literatura  de la ciudad de Medellín, interlocutor joven, acucioso e inmerso en el universo literario de tantas gratitudes. Espero en el trasegar inconmensurable nunca desfallezca.  

Todo hombre es la suma de un gran legado, desde lo físico, lo cultural y lo cosmológico. Borges citando a Stevenson y Witman, expresó que un hombre es todos los hombres. Cuando estudiamos el ADN nos damos cuenta que nosotros somos la síntesis de muchos años de evolución, el milagro de la vida corresponde a una azarosa estructuración que se inicia con el nacimiento del cosmos.  Estamos hechos de materia cósmica dice Carl Sagan. El lenguaje es el resultado de igual trasformación desde tiempos inmemoriales, la cultura igualmente es producto de un trasegar harto complejo, es difícil descifrar todas las contribuciones que nos han moldeado. Con la escritura pasa algo similar y con la literatura más.
Expresa Fernando Báez en un aniversario de Borges: “Conviene decir lo siguiente: En el inicio de todas las literaturas del mundo, y seguramente en el final, estuvo (o estará) el pensamiento. En el origen del pensamiento, y en su fin, estuvo (y estará) la literatura. En parte, porque toda creación nace de un anhelo secreto que busca introducir arquetipos esenciales; en parte, porque todo pensamiento define su expresión como una necesidad de creación y de unidad preestablecida. La escritura que tiene en el lenguaje el vehículo de expresión, las palabras constituyen la herramienta esencial. En la conferencia sobre el libro Borges nos dice: En Cesar y Cleopatra de Swaw, cuando habla de la biblioteca de Alejandría se dice que es la memoria de la humanidad. Eso es el libro y el algo más también, la imaginación. Porque ¿Qué es nuestro pasado sino una serie de sueños ¿Qué diferencia puede haber entre recordar sueños y recordar el pasado? Esa es la función que realiza el libro”. En introducción a los sueños de Freud, descubrimos que el conocimiento es anterior al lenguaje.
“El lenguaje ( Derivado de lengua, a través del bajo latín linguagium ) entienden en puridad los diccionarios el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que siente y dice, así como, desde luego, la facultad de expresarse por medio de esos sonidos”[1]. Alberto Manguel en una historia de la lectura dice “Que el culto al libro (Pergamino o papel) es uno de los dogmas de una sociedad que lee y escribe”.
Cualquier poema o novela, ensayo, libro fantástico es la síntesis de todas las literaturas, de muchos autores, condensados por un autor, que ahora los plasma desde su propia óptica. Uno puede leer “Crónica de una muerte anunciada” con simple carácter hedónico. Pero sí quiere, puede indagar más allá del propio relato. Sería imposible construir esta obra sin la tragedia Griega, los idus de marzo, sin Roma y Julio Cesar, sin algunos relatos del sur de los Estados Unidos. Así pasa con los grandes temas de la literatura: El amor, la soledad, el desamor, la traición, la guerra entre naciones, el espionaje, todos dramas humanos han sido escritos desde la imaginación de un autor, sería difícil comprender al hombre, sin la literatura que lo ha descifrado de una manera magistral. La escritura, que es la memoria de la humanidad encontró en la literatura su mejor instrumento. Hay miles de poemas para decir una misma cosa y en todo caso todos son distintos y hermosos. Baez con gran magisterio nos dice: “Entre los griegos, por ejemplo, vemos que el primer gran momento de diálogo entre lo poético y lo filosófico tuvo su origen en el concepto maravilloso que tenía este pueblo de la verdad. La hermosa palabra griega para verdad, "alétheia", traducida por cualquier diccionario como "descubrimiento", procedía del adjetivo "alethés", y éste, a la vez, derivaba de "léthos" o "láthos", cuyo significado era "olvido". De ahí que la partícula privativa "a" al principio de la palabra nos diga que "alétheia" era "algo sin olvido", "algo develado". El poeta podía, por tanto, y con el mismo rigor del filósofo, indagar la verdad de las cosas porque lo que hacía era recordar algo que no tardaba en transformarse en memoria colectiva, si la verdad postulada era, más que verificable, sustantiva. Esto pasa con la escritura.
Cuando leo las crónicas de la conquista y de pronto las comparo con algunas de las mejores novelas del siglo XX de nuestra literatura, hablo de Colombia, los temas se repiten, pese a que el drama se da en tiempos muy diferentes: El poder, la ambición, la conquista y la muerte.
Cuando leemos recordamos esa memoria de la humanidad legada en la escritura. Un poema es la expresión de todos los hombres y de muchos poemas. Pasa igual con la novela. Cuando leemos trasegamos sobre la historia de la humanidad sin darnos cuenta.










[1] Espinosa Germá. La aventura del lenguaje. Editorial EAFIT, obras completas.