Estefania fantauzzi refiriéndose a Hannah Arendt, expresaba con mucha razón que "la tendencia de los filósofos a acercarse al mundo partiendo de la abstracción les ha llevado a refugiarse en un mundo aparte, en el que el pensamiento se limita a constatar lo que ocurre, sin plantearse el hecho de intervenir. Arendt, en cambio, está convencida de que es necesario hacerse cargo del mundo: se trata de responder no sólo a lo que cada uno hace para preservar la condición humana, sino también de responder de lo que transmitiremos a las futuras generaciones". El libro que releo con mucho juicio para entender la crisis de la democracia en estos tiempos y por lo tanto de la condición humana y la sociedad en lo que tiene que ver no solo con las prespectivas históriccas que la conformaron, sino con los marcos teoricos y conceptuales que la soportan.
Confrontar los conceptos tradicionales de la política entendida como ciencia a partir del pensamiento original de Platon y Aristoteles como los primeros intentos filosoficos para definir la política como ciencia, osea realizar una genealogía para descifrar los genes "de los conceptos tradicionales" de la política, para desde esta retospectiva histórica del mismo, hastas llegar al pensamiento de Hegel y Marx al respecto, que busca entender nuestro presente, desde la crisis que vive y su ruptura con los mismos conceptos tradicionales, constituye la primera preocupación de Arendt en este libro.
Son ocho ejecicios teoricos muy rigurosos, lúcidos que tacitamente, sin ser citados, nos obligan a leer a los contractualistas, las ideas que contribuyeron a la creación del estado moderno, a ver por qué se estructuró como lo conocemos hoy, al concepto de soberania, de división de poderes, a escrutar a fondo, la relación entre gobernantes y gobernados y cual es la posición de la filosofía política hoy frente a las rupturas de la política o su impotencia, el hombre actual, no parece entender la incapacidad de estas estructuras para superar los problemas más graves de la sociedad y del mundo actual que, de alguna manera han prefigurado la vuelta al autoritarismo y las dictaduras disfrasadas de democracia.
Enfatizar en la "ruptura moderna en la tradición y el concepto de historia y política de la época moderna, así como del estado en todos sus aspectos, donde se remplazó en la historia, los conceptos de la metafisica tradicional" es el primer ejercicio que Arendt acomete como a priori.
Esta claro que para Marx, la filosofía no es contemplación abstracta, sino una herramienta crítica y transformadora de la sociedad; debe develar cómo las ideas (ideología) legitiman el poder de la clase dominante, enfocarse en la base material de la historia (economía), y servir como praxis revolucionaria para que la clase obrera tome conciencia de su opresión y cambie las condiciones materiales que la producen, buscando superar el capitalismo hacia el comunismo, una sociedad sin clases.
Es preciso advertir que la principal influencia de Hegel en el joven Marx fue la dialéctica y una visión de la historia como un proceso evolutivo; Marx adoptó la estructura dialéctica hegeliana (tesis-antítesis-síntesis) para su análisis materialista, invirtiendo el idealismo de Hegel para fundamentar el cambio en la materia y la economía, no en el Espíritu, criticando la abstracción hegeliana y buscando la emancipación a través de la praxis revolucionaria de las masas, no del estado ideal.
Arendt dice: "La filosofía política necesariamente implica la aactitud del filósofo ante la política; su tradición comenzó cuando el filosofo se apartó de la política y después regresó a ella para imponer sus normads a los asuntos humanos".Adelante expresa: el principio y el fin de la tradición tienen algo en comun: los problemas elementales de la política nunca llegan tan claramente a la luz en su urgencia inmediata y simple, como cuando se formulan por primera vez y cuando enfrentan su desafio final".
Descifrar primero la crisis de la política a través de la contraposición entre conceptos tradicionales con las marcos teoricos del presente que tratan de definir la misma es un ejercicio válido. Recordé que Habermas decía que la crisis política actual, enmarcada en el capitalismo tardío, se origina en una crisis de legitimidad y racionalidad, donde la burocracia y la lógica del mercado despolitizan la sociedad, generando un déficit de participación ciudadana y una pérdida de confianza en las instituciones, con sus efectos en la desmotivación social, la fragmentación ideológica y la dificultad del sistema para resolver problemas complejos como los ecológicos, todo ello manifestándose en una debilidad del espacio público y una creciente irracionalidad en la toma de decisiones.
El espacio publico fue vital en la democracia griega. Volver a pensar en el mismo es muy importante y además acertado. Debatiendo sobre el texto con un agente de polícia colombiano, inteligente y agudo, su nombre es Alexander, concretamente de Medellín (En la tienda de David), Expresaba el mismo frente a estas lecturas: Que hacer ?. El habla de reformas estructurales al estado y por lo mismo al sistema. Para mi estos ejercicios de afirmamiento del papel de la política en sus conceptos tradicionales y la confrontacion con los presupestos modernos, no tiene otro papel que, redefinir desde los mismos las bases esenciales de su estructura, acudiendo a la escrutación original de los mismo y su evolución, para resolver el galimatias en que nos movemos. Los problemas se resuelven entendiéndolos primero y afirmandonos en los conceptos que estructuraron al estado, para comprenderlos, sobre todo en el papel que deben jugar, por lo que creo que los problemas no se derivan del sistema y sus estructuras, sino de quienes estan a cargo de las mismas y tambien de los gobernados que permiten que lleguen a ellas.
Kant en su famoso ensayo sobre la "Ilustración" enfatiza la relación entre libertad y el derecho a lo publico, propone como el motivo definitorio de la época la disposición de los individuos para pensar pública y libremente sobre cualquier tema o asunto. Y más allá de la grandilocuencia de la máxima ¡Sapere aude!, como un imperativo de servirnos de la propia razón individual, la Ilustración exige en el mediano y largo plazo su ejercicio público: "Para esta ilustración no se requiere más que una cosa, libertad; y la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, a saber: libertad de hacer uso público de su razón íntegramente" (Kant, 1997: 28).
No sobra recordar que es a partir del concepto de mundo realizado por Arendt ( el mundo es la casa que los seres humanos han construido en la Tierra, aprovechando los elementos naturales, pero también contraponiéndose a ellos.) que en "La condición humana (1958)", una de su obras más conocidas, vuelve a pensar los contenidos de la política y de la acción, entendida no como una simple conducta instrumental, con el fin de perseguir un objetivo, sino como la forma mediante la cual los seres humanos crean un vínculo entre ellos. Para indicar las características de la acción, Arendt se refiere a la etimología de la palabra, que proviene del verbo latino agere, que significa tomar la iniciativa, empezar, y también conducir. En la palabra “acción” se encuentra una fuerza innovadora que se opone a la repetición típica del tiempo y que se conecta directamente con la dimensión del nacimiento. Efectivamente, gracias al nacimiento el individuo se cons- tituye como un nuevo comienzo, que lleva consigo la capacidad milagrosa de abrir nuevas posibilidades. Identificar la capaci- dad de actuar con la posibilidad de iniciar un nuevo evento mediante el nacimiento significa rechazar todas las modalidades explicativas tradicionales que pretenden describir de forma contradictoria la acción libre dentro de lazos causales.
Es definitivo que este libro es un excelente herramienta para entender que nos está pasando y como empezar a resolver las ruptura que se encubren de muchas maneras.
