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domingo, junio 05, 2011

CAPITALISMO Y ALIENACION

Desde hace más de dos semanas las noticias sobre la recesión mundial continúan siendo negativas y la crisis que vive una gran parte de las naciones Europeas y los Estados Unidos, con efectos en el mundo, parece continuar en una situación insoluble, con efectos políticos muy visibles, como sucedió en España. Pero lo que está en cuestión, no son los problemas coyunturales de un sistema, que siempre termina protegiendo a quienes originaron la crisis, vía burbujas, desfalcos, para no hablar del capitalismo rampante y la voracidad del sistema financiero, sino la rapaz y nefasta situación a que ha sido sometido el hombre comun, alienado en su totalidad, sin salida y esclavo entre las supe-estructuras de un sociedad injusta por donde se le mire. El debate va más allá de la simpe perorata tiene que ver con el capitalismo rampante que nos aprisiona y que encubre variables que convirtieron al ciudadano de a pie en una simple ficha predeterminado por poderes, que siempre aprisionan la totalidad de su subjetividad. El marxismo, o más bien Marx, con absoluta lucidez, describió el capitalismo en su voracidad insaciable. Pero cuando hablamos de capitalismo a que nos referimos, para solo citar el principio ineludible de una discusión que amerita darse sin pretextos.

Ayudemos del marxismo más recalcitrante, pero no por ello exento de certezas: Marx creía que el sistema capitalista desaparecería debido a que su tendencia a acumular la riqueza en unas pocas manos provocaría crecientes crisis debidas al exceso de oferta y a un progresivo aumento del desempleo. Para Marx, la contradicción entre los adelantos tecnológicos, y el consiguiente aumento de la eficacia productiva y la reducción del poder adquisitivo que impediría adquirir las cantidades adicionales de productos, sería la causa del hundimiento del capitalismo. Según Marx, las crisis del capitalismo se reflejarían en un desplome de los beneficios, una mayor conflictividad entre trabajadores y empresarios e importantes depresiones económicas. Lo que no contó Marx, es que los adelantos tecnológicos y la explosión de las tecnologías de la información y el conocimiento, harán que su crisis vía acumulación y concentración, creara la sociedad alienada más anestesiada de la historia de la humanidad, con pleno dominio de los poderes, variable que ha contribuido a la implantación de una sociedad de consumo implacable, que serviría de plataforma para reconfigurar un nuevo tipo de relación entre el capital-y el ciudadano, aun más esclavizante, que terminaría por instaurar otro tipo de alienación, aun más peligrosa y que en esencia, en medio de la sociedad deseante en que nos hemos convertido, ha colocado al individuo en una inercia total: lo tenemos todo pero no tenemos nada y peor, no contamos para nada, a pesar de que contribuimos siempre, somos tributarios perfectamente controlados e identificados del sistema. A aquellos que denostan del psicoanálisis, deberíamos recordarle que nunca antes la sociedad ha necesitado de una herramienta tan eficaz para entender todo lo que nos está sucediendo. Por ello Zizek “describe el mundo sin sustancia de la sociedad postpolítica. La degradación de la realidad a través de soluciones de simulación, de la `virtualización’ o digitalización del espacio social y cultural. Una sociedad artificial, donde la administración de las cosas sustituye a la administración de las personas, regulada también artificialmente. Más allá de esa realidad virtual, demanda conocer la realidad de lo virtual.

Asistimos, advierte, a la ‘virtualización’ del vacío. A una seducción que nace de la dialéctica entre mercados y medios de comunicación, que desplaza la realidad y la sustituye por ensoñaciones paralizantes, por las que circulan los fantasmas y los miedos, pero también las utopías ilusionantes. Se induce y cultiva el victimismo –‘la máxima expresión narcisista de la postmodernidad’- como un estadio de debilidad que permite el control a través de las redenciones de las utopías controladas. El capitalismo consigue, mediante la seducción mediático-tecnológica, la ruptura de la temporalidad, empleando para ello representaciones virtuales del futuro, que se viven como goce utópico del futuro, como expresión de un tiempo en permanente cambio (tecnológico), que conduce al individuo por territorios determinados. Es lo que llama el activismo de la ‘interpasividad’, que crea simulaciones de aceleración externa al individuo, de cambios que nada cambian”. “En la postpolítica no se explicitan las ideologías, apenas hay espacio para ellas, y lo que aparentan ser rasgos de pluralidad, las ideologías tenues y convergentes, son en realidad distintos estilos de vida sujetos al imperio de las modas, por los ciclos del mercado. La ideología ya no induce pautas de comportamiento, modelos y mecanismos de control, sino que prevalecen ahora las coerciones económicas como instrumentos de inclusión/exclusión, de pertenencia a lo correcto, a la nómina de lo dominante.” “Vivimos en una etapa de ‘autocolonialismo’, impulsada por las corporaciones globales, que dan el relevo a las viejas potencias coloniales y al Estado-Nación, que no operan ya desde metrópolis privilegiadas, sino sobre la geografía mundial, amparadas por una débil filosofía de acompañamiento donde se entremezcla el liberalismo-tolerante y el multiculturalismo.” A esto se le suma la peor crisis política y la ausencia total de los modelos de representación. La dialéctica de la ilustración ha llegado a un ocaso acompañado del debilitamiento de los nihilismos, que aun no tiene un medio que los sustituya eficazmente, donde están los pensadores, donde están los lideres, quien asume el debate con alguna lucidez. ´Dice Luis Kanciper refiriéndose al “ Antiedipo” y que cabe como anillo al dedo en esta discusión.: “el Anti Edipo no es un Hegel de pacotilla. La mejor manera, creo, de leer el Anti Edipo es abordándolo como un arte, en el sentido en que se habla de arte erótico por ejemplo. Al apoyarse en las nociones aparentemente abstractas de multiplicidades, de flujos, de dispositivos y de acoplamientos, el análisis de la relación del deseo con la realidad y con la máquina capitalista aporta respuestas a preguntas concretas. A preguntas que no se preocupan tanto por el por qué de las cosas sino por el cómo. ¿Cómo se introduce el deseo en el pensamiento, en el discurso, en la acción? ¿Cómo puede y debe desplegar sus fuerzas el deseo en la esfera de lo político a intensificarse en el proceso de inversión del orden establecido? Ars erotica, ars theoretica, ars politica. Marcuse lo expresó con más claridad:: es que el sujeto unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión continua de un método de dominación más complicado de lo que Adorno y Horkheimer imaginaron. Esta crítica implica que la sociedad moderna es capaz de asimilar cualquier forma de oposición que surja al interior de sí misma, y por tanto no existe ningún movimiento individual ni colectivo capaz de oponérsele o de socavar sus raíces socioeconómicas. Este hecho se contrasta fundamentalmente con el capitalismo temprano, en que el movimiento proletario era una fuerza con el potencial efectivo de derribar al régimen. El capitalismo avanzado que describe Marcuse, en cambio, ha generado a través de los estados de bienestar una mejora en el nivel de vida de los obreros, que es insignificante a nivel real, pero contundente en sus efectos: el movimiento proletario ha desaparecido, y aún los movimientos antisistémicos más emblemáticos, como el movimiento punk-anarquista o el movimiento bohemio han sido asimilados por la sociedad y orientados a operar para los fines que la sociedad coactiva reconoce como válidos. Estas dos preguntas de Foucault apuntaban a resolver el mismo dilema frente al capitalismo rampante: Cómo es posible que se mantenga este sistema excluyente? Más aún ¿Cuáles son los dispositivos de poder que garantizan su cumplimiento efectivo? Padecemos los efectos del sistema, pero no resolvemos el nudo gordiano que nos somete. El libro de Tony Judt:" algo va mal" es un interrogamte abierto a todo lo que nos sucede, es una busqueda de respuestas desde la perspectiva de la inercia en que estamos, somos seres apolíticos, pese a la catastrofe que vivimos. sobra decirlo: El tema no es facil, pero lo abordaremos en adelante con absoluta responsabilidad.