Powered By Blogger

jueves, noviembre 10, 2016

EL TRIUNFO DE TRUMP

Tenemos que analizar este triunfo con razones que vayan  mucho más allá de los presupuestos políticos a los que estamos acostumbrados. La pregunta es cómo un discurso xenófobo, nacionalista, irrespetuoso con los latinos y Mexicanos, profundamente populista e irresponsable arrase con los demócratas y gana las elecciones en los Estados Unidos con una mayoría que nadie esperaba. No se entiende como los latinos nacionalizados actuaron con un radicalismo que superó con creces a al de los propios americanos. Menos,  cómo las propagandas negras en los sistemas electorales han terminado por ser un factor determinante a la hora de sufragar, mucho más que las mismas propuestas. Hay una psicología individual, egoísta, que está primando por encima de cualquier interés comunitario o participativo, los intereses individuales se súper-ponen a las razones de estado, a los derechos humanos y al sentido exponencial de la democracia. Así lo ha venido expresando electoralmente el mundo, ya no se habla de apertura, de globalización y de participación, de desarrollo sostenible, los países están cerrando compuertas y existe una sobre-valoración de la suerte individual, primero yo y después yo, se descartan de antemano todas las responsabilidades con los demás, la otredad dicen los filósofos, este es un discurso que ha estado calando en el mundo.
Hemos criado una generación egoísta, se acostumbró a pensar desde una subjetividad centrada en el ego, en lo propio con absoluto desconocimiento del otro, del bienestar común, no quieren asumir sus responsabilidades políticas y menos entender cómo se mueve el mundo en materia geopolítica, no se comparte, no hay participación, una psicología cerrada, sólo entorno a intereses individuales. Esto fue lo que vendió el candidato, América para los americanos, no tenemos por qué asumir responsabilidades por fuera de este presupuesto, ha dicho el nuevo presidente con vehemencia, nada con los emigrantes, el que quiera salud que la pague y el problema del planeta no es de los Estados Unidos. Esta generación, el promedio americano de clase media, los latinos nacionalizados y una cultura en contra de la emigración que todos los días gana terreno, decidieron votar en masa e imponer una visión de país que rompe con muchos años de tradición política y responsabilidades de la potencia con el planeta. La abstención tiene costos muy altos, lo vivimos en Colombia, pasó en Inglaterra con el Brexit y ahora lo viven los norteamericanos.
Su discurso sobre el cambio climático, sobre Cuba, sobre Siria, Sobre los Latinos y la emigración,  sobre Israel, el que tiene que ver con las relaciones con Rusia, sobre la política petrolera, lo expuso de manera des-articulada, sin ninguna coherencia, al retoque de las encuestas y de una campaña sometida a unas presiones inimaginables. Cuando se mira con detenimiento cada uno de los debates, de los discursos, es difícil saber cuál será la política del presidente Trump en cada materia, esto quiere decir, que el trabajo que tendrán que hacer los republicanos para diseñar las políticas que se impondrán en la casa blanca a la hora de gobernar es total, creo que ellos no esperaban este triunfo, pese a que realizaron todas las jugadas para que así fuera en una campaña que se mueve más por lo emocional que por lo racional.
El nuevo presidente de los Estados Unidos, quien tuvo cuatro quiebras, que ha tratado mal a las mujeres muchas veces, nunca presentó su declaración de renta, es el mismo que no tiene pelos en la lengua para referirse a los Mexicanos de la peor manera, nunca presentó un programa coherente ni con respaldo serio, ahora que tiene que gobernar indefectiblemente, tendrá que bajar el tono de su discurso y pensar con alguna cuota de realismo, pues la mayoría de compromisos de estado adquiridos por los Estados Unidos, no podrán cortarse abruptamente por capricho del mandatario de turno.
Varias verdades, los latinos pese a su importancia, electoralmente están lejos de decidir en una elección, les falta pelo para el moño. Hay una derecha muy fuerte en este país que piensa muy diferente al común de los mortales, es xenófoba, egoísta, racista, poco le importa la salud del planeta, a ella se le une una clase media que no quiere saber más de emigración, menos ceder  sus privilegios y derechos a favor de cuotas de participación a favor del mundo. Y definitivamente los demócratas tienen que re-inventarse. Quien lee columnistas, pese a sus posiciones, parece que en nada inciden en la opinión pública, nadie los lee, sus opiniones no inciden para nada, la prensa se quedó sola.
La política ha tenido un cambio sustancial, las campañas no giran alrededor de los grandes debates, responden a otro tipo de relación, más instintiva, muy emocional y movidas por las redes sociales, el mundo digital y las campañas negras. No son las ideas las que mueven el mundo.
Latinoamérica debe actuar con prudencia, ser más inteligente que las circunstancias y esperar, no le queda otra. El proceso de Paz, los acuerdos de la Habana para Colombia, deberán cerrarse pronto, deben hacerse en el mandato de Obama, por lo menos ratificarse y constituirse en política de estado, es mejor no seguir jugando con la suerte de este país, con Trump la cosa será a otro precio.