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viernes, octubre 30, 2015

UNA VISITA INESPERADA



Llegó de manera intempestiva, sin aviso alguno, con el sigilo necesario de quien quiere hacer daño. Ninguno de nosotros estaba preparado para recibirle y en todo caso todos los días, tratamos de entender cuándo y cómo pasó. Se posó sobre el ser más especial que conozco. Los escépticos siempre pensamos que la vida es un prodigio del universo y el hombre en toda la dimensión de su egoísmo es apenas una coincidencia más de sus azarosos entrecruzamientos. Aun así, hay hechos que parecieran no tener ninguna lógica y se salen del canon. Ella ha enfrentado este lobo con una valentía inusitada, sus silencios a veces son emblemáticos, tristes……De hecho piensa en sus hijos, hay una tristeza enquistada en cada una de sus expresiones, sus grandes ojos negros no callan. Hay seres que nos abrazan, otros buscan culpas, pero al final todos son solidarios…..la tragedia siempre nos une, es una paradoja.


jueves, octubre 29, 2015

EL TRISTE OCASO DE LA POLITICA EL CASO COLOMBIANO

Hablaré de los últimos resultados de las elecciones de Mitaca en Colombia, así se denominaban en otros tiempos, son a mitad del periodo presidencial, eligieron el pasado domingo gobernadores, alcaldes, concejales y diputados, la democracia local en síntesis. Fueron comicios con resultados rápidos, los perdedores aceptaron los mismos, lo que habla muy bien del sistema y hubo en todas partes un abstencionismo alarmante. La democracia funcionó desde lo formal.
En Colombia hay dos partidos tradicionales: El Conservador y El liberal, una izquierda diezmada por la violencia de todos los pelambres en los últimos años,  representada por varias tendencias, pero cuyo partido más emblemático es “El Polo”.  Hay dos partidos formados por coaliciones, muy fuertes, que nacieron en los últimos diez años, cercanas al poder ejecutivo, una liderada por el presidente: El partido de la U y otra por el ex presidente Uribe: Centro Democrático. Hay partidos independientes nacidos de los partidos tradicionales: Cambio Radical, bastante fuerte y con más de quince años de aparición con una cuota de poder muy alta y una organización vertical, rigurosa en cabeza del expresidente actual, nació del partido liberal, Progresistas, nacida del Polo, verdes,  y muchas industrias electorales: Mira, Convergencia..etc,ect
Las elecciones en Colombia continúan en gran parte manejándose por sistemas clientelistas,  en esta contienda, de nuevo hubo dinero desmedido, la gente no se informa y la publicidad es el medio y el fin, se dieron muchas sorpresas, pero al final la clase política, sigue manejando los hilos del poder en las grandes capitales y de manera  elocuente en los municipios pequeños, casi siempre ganaron los varones electorales.
Dos cosas importantes: Hay una generación entre 18 y 35 años, des-politizada completamente,  no le interesa para nada la participación en la política y lo que es peor, se siente orgullosa de estar lejos del sistema. Cumple con el estado, pero su escepticismo por todo lo que tenga que ver con la política es radical.
La otra, la red y las TIC,  herramientas de suma importancia dentro de los procesos que buscan implementar la trasparencia y participación en estos procesos, paradójicamente, terminaron siendo plataformas para las propagandas negras, manejadas por expertos en estas materias, sirvieron como mecanismo intimidatorios.
Las sociedades liquidas, aún están lejos de articularse con la política en el más literal sentido Aristotélico. Esta generación no ha comprendido que la política es la única manera de oponerse o ser dentro del sistema, es imposible desconocer que existe el mecanismo, decide sobre absolutamente todo.
Y por último, murieron los líderes y los discursos, la palabra perdió peso específico, esas piezas magistrales son cosa del pasado. Ya no hay un hombre que cohesiona a este país. Los partidos se opacan, no tienen fuerza y muchos jóvenes no tienen ni idea sobre ellos. Por último, este país se está quedando sin memoria…a las nuevas generaciones para nada les preocupa el pasado. Estamos en la época del ya y el ahora.  






lunes, octubre 19, 2015

LAS ELECCIONES REGIONALES EN COLOMBIA

La clase política en Colombia es absolutamente inferior a las condiciones históricas que vive el país (Colombia elige el próximo domingo, en 32 departamento y 1051 municipios, alcaldes, gobernadores, concejales y diputados). En este proceso electoral las practicas clientelistas son el pan de cada día, las alianzas espurias, variopintas, entre grupos políticos corruptos; lo corriente es ver partidos y candidatos anquilosados en el usufructo perverso de lo público (Recomendados por el mandatario de turno, quien asegura su continuidad), sin ningún peso específico, ni autoridad moral, cuestionados hasta decir no más; la participación de sectores del paramilitarismo; campañas manejadas por verdaderas industrias electorales empoderadas en lo local,  quienes mantienen sus manos en lo público, sin importar cómo, para expoliar las arcas del estado, a través de los mecanismos super conocidos por todos; no existe ninguna posibilidad  de renovación política del país en esta materia, menos, la depuración de las prácticas políticas que representen alguna mejora o  viso de democracia real, que nos nos permitan tener esperanzas de cambio. Es un hecho que estamos lejos de alcanzar el mínimo, con gran responsabilidad de nosotros mismos,  me refiero al electorado en general, quienes estamos alejados de la política, no participamos, no estamos informados, esta actividad, se mantiene en manos de una clase política específica, profesionales en estas materias,  viven del poder en todas sus formas, son expertos en usufructuarlo.
En cada municipio de este país, ciudad importante, las prácticas políticas están enrarecidas, solo basta tomar algunos ejemplos que lo confirmarían:
1.- Si gana Cambio Radical, como muchos vaticinan, ganaría  en La Guajira la mafia de Kiko Gómez. Su candidata Oneida Pinto, a quien el periodista Gonzalo Guillén señala de ser la responsable del asesinato de su contrincante político en las elecciones de 2004 a la Alcaldía de Albania, coronaría la Gobernación de La Guajira.  Ganaría también la familia Char de Barranquilla –que tan bien se mueve en el filo de los negocios y de la politiquería–.  Los Char ampliarían su poder político en la costa al capturar para sí las gobernaciones del Magdalena con Rosa Cotes y la del Cesar con Franco Ovalle. Y si gana Ovalle también ganarían no solo el Turco Hilsaca, un turbio empresario que está investigado por sus vínculos con los grupos paramilitares y por homicidio, sino los Gnecco que en el Cesar no son propiamente los Kennedy (María Jimena Duzan Revista Semana).
2.- En Barranquilla, una de las cuatro principales capitaqles de Colombia, los Char ganan la Alcaldía con Alex y la Gobernación con Verano (lo apoyaron pese a ser liberal),  también saldrían ganando los Gerlein, tanto el contratista que ha vivido de los contratos como el político que se ha reelegido por cuenta de estos, desde sécula seculórum. En ese barco de la victoria también ganarían los empresarios –contratistas emergentes como el grupo Daes–, quienes a pesar de ser grandes benefactores de la nueva Barranquilla  tienen un pasado escabroso que se remonta a vínculos con el narcotráfico revelado hace unos meses en un excelente informe de La Silla Vacía  (María Jimena Duzan Revista Semana). Miremos sólo un caso, el gobernador de Cundimarca, el señor Cruz, quien está destituido y detenido, acaba de declararse culpable ante un juez en investigaciones sobre contratación indebida, fraude procesal, soborno, con cifras que escandalizarían a cualquiera, su candidato, osea el del señor Cruz, está en estos momentos ganando sobrado en las encuestas, será el próximo gobernador, que nos espera. 
Estas son las constantes que se repiten a lo largo del país, que hablan mucho de nuestra democracia.
1.- Apatía general, poca participación, mucha des-información y falta de conocimiento de un electorado en cierta forma irresponsable, escéptico sí se quiere, des-vinculados del proceso.
2.- Existe mucha participación amarrada por vía del clientelismo, en las múltiples formas que se expresa: Contratistas en busca de tajadas, funcionarios buscando conservar sus puestos, otros aspirando a tenerlo, líderes comunales detrás de presupuestos participativos o tajadas de diferente índole, todos canalizados a través de verdaderas industrias electorales que dominan este negocio de la A a la Z,  verdaderas sanguijuelas, que saben a la perfección que está en juego.
3.- La existencia de campañas negras, se han contratado asesores extranjeros, expertos en este tipo de acciones, su labor principal, denigrar al adversario, fomentar su descrédito, sus estrategias son rastreras y no tienen límites, se acabaron los debates serios, la confrontación de ideas y el liderazgo positivo.
4.- Los candidatos repiten las frases de cajón, insulsas, sin contexto,  sus asesores de imagen parecen utilizar los mecanismos propios del comercio, vacíos, los gastos en este rublo son desorbitantes y penosos, de antemano supone que los costos de una campaña de alcaldía o gobernación,son tan altos, que es imposible evitar compromisos espurios.  
5.- Las alianzas perversas, los enemigos de ayer, son los amigos de hoy, es una campaña des-ideologizada, el componente programático, político brilla por su ausencia en este proceso.
En pleno proceso de paz, a las portas de un acuerdo y de un cambio, que nos obliga a estar preparados para asumir los roles que el mismo exige, el panorama político visto desde la perspectiva del proceso electoral actual realmente es muy triste y desesperanzador.
Es un hecho, la clase política es muy inferior a las circunstancias que vive el país, a los retos que el momento exige y a las necesidades que la democracia requiere. Esta es nuestra realidad.
















domingo, octubre 11, 2015

POPULISMO MEDIATICO SOBRE LA MATANZA DEL ARO EN COLOMBIA

En Colombia se han producido asesinatos masivos que de manera inexplicable siguen impunes, no uno, sino muchos. Nosotros hemos producido en cincuenta años de guerra, 6 millones de víctimas. La impunidad es oprobiosa y lo peor, los funcionarios públicos, quienes están muy comprometidos,  nunca asumen las responsabilidades pertinentes que le son propias. Nuestra justicia espectáculo y la falta de ética de ciertos personajes, han convertido la búsqueda de la verdad en un rifi-rafa, en un lleve y traiga, como si la justicia fuera  lo menos importante, todas actitudes elusivas. Esta columna de Diana Calderón publicada hoy en el periódico “El país” de España me parece de suma importancia reproducirla en este blog:
El Aro es una población colombiana, un corregimiento antioqueño, en donde el 22 de octubre de 1997, los paramilitares masacraron a 15 campesinos indefensos, y despojaron y desplazaron a más de 700. El gobernador del departamento era Álvaro Uribe Vélez, quien luego fue presidente y ahora senador por el opositor Centro Democrático. El defensor de Derechos Humanos Jesús María Valle le advirtió al entonces mandatario local que se avecinaba una masacre. Colombia vivía en esos años el más terrible horror del paramilitarismo. Valle fue asesinado un año después.

El Estado colombiano fue condenado por la masacre de El Aro a reparar a las víctimas. El fallo de la Corte Interamericana de 2006 dijo claramente: “...la participación de agentes del Estado en la incursión armada no se limitó a facilitar el ingreso de los paramilitares a la región, sino que también omitieron asistir a la población civil durante el desarrollo de aquella, resultando así en la total indefensión de éstos”.

Hasta ahí la presunta responsabilidad del gobernador Uribe por no tomar medidas preventivas no había llegado a los estrados judiciales. Pero en 2013, el magistrado Rubén Darío Cogollo Pinilla, de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, se hizo famoso con la frase: “No es posible estar dentro de una piscina y no mojarse”. Lo dijo en relación al ex presidente, a quien pidió investigar, durante una audiencia contra siete paramilitares desmovilizados que buscaban obtener los beneficios de la Ley 975, de Justicia y Paz, que impone un máximo de cárcel de 8 años.

Esta semana la Fiscalía informó al país que pidió que se investigue al expresidente Álvaro Uribe por los homicidios de la masacre de El Aro. Y explicó que la Corte Suprema de Justicia deberá analizar las acusaciones que hizo contra el ex mandatario un jefe paramilitar que lleva el alías de Don Berna y quien declaró el pasado 20 de agosto desde su celda en Miami que Uribe había tenido que ver con los hechos.

La Fiscalía pidió que se investigue al expresidente Álvaro Uribe por los homicidios de la masacre de El Aro
Pocos le creyeron al fiscal que su actuar fuera legítimo y acoplado a su función de cabeza del ente investigador. Uribe respondió que era otra infamia de época electoral y que ya estaba acostumbrado. Y no le faltaba razón, días antes cuando aún estaba fresco el anuncio de un acuerdo de justicia para poner fin al conflicto con las FARC en La Habana, el mismo fiscal le había anticipado que el Tribunal Especial de Paz podría investigarlo y juzgarlo. La respuesta del expresidente entonces fue: “tamaña gracia todo un proceso de paz para meterme a mí a la cárcel”.

Una decisión tan profunda, tan importante en el país como cumplir con la ley y la Constitución se ve empañada por el populismo mediático de un funcionario que cada vez que abre la boca deja la impresión de ser un político ansioso de registro noticioso o de una reacción ante sus contradictores. Lo esperable sería que sus decisiones generaran respeto y transmitieran la tranquilidad de que no se están usando los recursos judiciales para castigar o perseguir enemigos.

Lástima grande que una masacre como la del Aro no pueda ser esclarecida hasta sus más profundas consecuencias. Quién anuncia la investigación ha perdido credibilidad y quién se ve afectado por ella se montó en el caballo que le ensillaron desde el otro lado de su espectro y, cómo lo sabe montar magistralmente, logra seguir polarizando y creando ese ambiente en que ya a nadie le sirve la justicia ni ordinaria ni reparadora. Todos se creen con el fuero de la inmunidad para sus enormes pecados.

Y en medio de ese populismo mediático son incapaces de controlar la lengua congresistas que un día aman la paz y otro día gritan a la oposición “ustedes son los nuevos terroristas”. Roy Barreras no tuvo reparo en insultar a la bancada del Centro Democrático sin medir las consecuencias del daño que están haciendo todos los representantes del establecimiento político a la sociedad, a la que luego pedirán que les refrenden los acuerdos de La Habana

Y mientras las lenguas feroces de la institucionalidad vuelven pedazos los esfuerzos por conseguir la paz, las FARC no pueden evitar aprovechar para nuevamente decirle al Gobierno que peca fácilmente por hablar más de la cuenta, improvisar y que miente como ellos lo han hecho sistemáticamente por años.

¿Será posible devolvernos al pasado 23 de septiembre cuando el país se llenó de esperanza con el anuncio de un acuerdo que prometía ponerle fin al conflicto en 6 meses? O por lo menos dígannos la verdad, que lo que anunciaron ese día fue un comunicado y no un acuerdo sobre justicia.

Diana Calderon es directora de informativos y de Hora 20 de Caracol Radio Twitter @dianacalderonf








jueves, octubre 08, 2015

OJO AL JIBARO DE MARIO ARMANDO VALENCIA



En Colombia los trabajos de la academia no son divulgados con la importancia que merecen y muchos de ellos no sobrepasan el ámbito de los propios centros educativos, aparecen en las revistas académicas o en ediciones universitarias de muy poco tiraje,  lo que hace que se pierdan para el público en general y sean muchas veces solo pre-requisitos para obtener el título. Acercar estos textos al lector no académico es una labor necesaria, sobre todo cuando hay investigaciones como la presente, rigurosa, seria y  la cual constituye un aporte valioso desde la perspectiva crítica e histórica del arte, en un país como Colombia donde los trabajos de este talante prácticamente no le interesan a las grandes editoriales.
Esta es una tesis para obtener el doctorado sobre en estudios culturales de la universidad de la Universidad Simón Bolívar Sede Ecuador.  Mario  armando Valencia, es un filósofo  de la ciudad de Manizales Colombia, quien desde hace veinte años viene trabajando y haciendo una labor importante como estudioso y crítico de arte en el eje cafetero Colombia, escrutando todo lo que sucede en la región al respecto, su genealogía, interpretando los entuertos y complicaciones propios de una sociedad cerrada y elitista, la manera de producir y ver el arte, siempre articulando esta mirada con el soporte de las grandes escuelas de la crítica de occidente en el amplio espectro de sus discusiones y desciframientos. Mario no solo ha estudiado el arte de la región desde la perspectiva histórica, sus  problemas más emblemáticos desde lo creativo, en la producción, la forma en que se expresa, sino que ha fomentado y sembrado la formación de una crítica especializada a través de talleres y la propia academia. Actualmente está vinculado a la universidad del Cauca en una labor encomiable y llena de publicaciones y trabajos que iré divulgando.
El tema es especifico y centrado: ““OJO DE JIBARO, Conocimiento desde el tercer espacio visual, el escenario del Eje Cafetero colombiano”, constituye una investigación estructurada y desplegada en tres capítulos y en aproximadamente cuatrocientas páginas cuyo tema central gira en torno a las dinámicas de conocimiento desplegadas en el campo de los saberes y practicas visuales consideradas en relación con las artes plásticas del Eje cafetero colombiano, durante los últimos veinte años”[1].  Adelante precisa el autor con absoluta lucidez: “Desde un enfoque intercultural crítico, en dialogo con diversos pensamientos del sur global, la investigación expone y desarrolla en el primer capítulo las formas de codificación visual que han dado origen a las dinámicas de control de la mirada, desplegadas en el campo de las practicas realizadas desde y para la sensibilidad visual, operantes en este campo en dicha región de Colombia. Tal análisis se refiere a las instituciones, a los procesos, a los y las artistas y a los regímenes de producción de saberes-haceres que han moldeado la sensibilidad visual de la región y especialmente la configuración trascendental de sus modos de mirar en tres componentes: una mirada pura, una mirada sucia y una mirada limpia”. Nadie como Mario, conoce de manera real lo que pasa en esta materia en el eje cafetero, los laberintos propios de una sociedad muy especial, con unos tic específicos, muy particulares, los entrecruzamientos e intereses a que se somete el arte, manejado por una clase, repito elitista, quienes manejan todos los roles, asumen poseer la última palabra, la verdad y el derecho sobre ciertas expresiones, hasta ahora ( Me refiero a los últimos 20 años) apenas están entendiendo los avatares de una mundialización que paradójicamente se hace importante solo desde lo local, lo que los obliga a tomar posición, para re-interpretar todo lo construido y las maneras como se ha expresado y analizado el arte en esta parte del mundo, siempre desde la esclerótica de los saberes que han hecho importante a occidente, para entender cómo se articula con nuestra manera de mirar, exponer, interpretar y relevar, cual es la perspectiva estética en general.
Mario por ello es muy especifico:
“El resultado de la investigación es, entonces, no una historia del arte contemporáneo en el Eje Cafetero, ni una historia de las ideas estéticas contemporáneas de la región, ni tampoco un disciplinado trabajo de crítica de arte. Lo presentado aquí es un cuadro de crisis y fragmentos, de discontinuidades y contrastes, de alternancias y yuxtaposiciones que he configurado como una policromía des-armónica, en diálogo necesario, casi obligado y complejo, de los saberes/haceres que rigen nuestras nociones de visualidad y belleza en el momento actual. En consecuencia, esta investigación no hace un recorrido histórico lineal y totalizante del origen, evolución y desarrollo de procesos, sino se sitúa frente a las realidades existentes y, a partir de ellas, emprende un análisis y una arquitectónica sobre los elementos centrales constitutivos de las prácticas artísticas simultáneamente localizadas”.  Renato Ortiz, en el texto “Modernidad-mundo-identidades, categoriza, algunos conceptos sobre cultura, que se pueden tras-polar, a la presente preocupación sobre el arte, en lo referente a las identidades, que fungen como a soporte o enunciado de suma importancia para poder contextualizar los enrutamientos teóricos asumidos: “La cultura está marcada por la función integradora, que conforma a los individuos a las exigencias de la sociedad. Personalidad y cultura pueden ser aprehendidas en su articulación visceral. Por lo tanto, esta capacidad de cobertura se limita a un territorio físico: Las sociedades primitivas poseen fronteras bien delineadas. Esto significa que al interior de su territorialidad, toda cultura es una e indivisa. Ella se distingue de otras y se define por una centralidad particular. Por eso, la literatura antropológica va preocuparse por la insularidad”[2]. Sobra decir, que esta singularidad es en el fondo la preocupación central de Mario. Los ejes que la articulan son: “1) Modos, formas y procesos de producción, circulación, exhibición y consumo; 2) Naturaleza de las prácticas; y, 3) Concepción de la investigación”[3]. Es imposible hacer esta mirada sin conocer el marco de tensiones que se dan a nivel social en el ámbito de las expresiones artísticas,  anclajes que desde una sociología nunca pueden ser descartados, pues son vitales para entender lo que sucede en la creación-producción e interpretación del arte, que tiene particularidades que  la hacen imprescindible.
Cuál es el método: "La investigación se gesta desde la exploración profunda y autoconsciente de ese lugar de enunciación (incluidos los desplazamientos, articulaciones y agenciamientos que toda cultura viva supone) y de la reflexión subsiguiente sobre todo el cúmulo de vivencias experimentadas directamente en los últimos veinte años (1990-2010). Para su concreción académica nos basamos en los diversos recursos que los Estudios Culturales Latinoamericanos provee para estos casos: la indagación a fondo de la memoria, el reconocimiento de las realidades propias y sus saberes para producir, a partir de ello, teoría en el enfrentamiento con los traumas y dolores histórico-estructurales, producto de las negaciones sociales y epistémicas, el reconocimiento del otro, aún en las más absoluta diferencia, la comunión en la desesperanza y en la esperanza para tramitar culturalmente la desazón y la indignación que en muchos momentos acompaña nuestra búsqueda”. Enrique Dussel, juega un papel de suma importancia en este trabajo, en sus teorías se sustenta parte de la investigación"[4]. En la reseña aparecida en el portal de la universidad del Cauca hay una síntesis muy clara: “El libro revela, además, la presencia de tres modos de saber-hacer estético-visuales en tensión crítica-creativa: el modo de la caja negra, el modelo de la caja de cristal y el modelo abierto crítico. El texto muestra que estos tres hilos narrativos responden a su vez a tres miradas distintas yuxtapuestas y en tensión que sustentan tres concepciones estructuralmente diferentes de nociones y prácticas artísticas: la mirada pura, la mirada sucia y la mirada limpia”. Esto nos permite tener una idea de lo serio de la estructura del texto. Ahora la pregunta curiosa es: cuál es el ojo del Jíbaro. Este termino de tantas connotaciones en el caribe nuestro, no es una apuesta banal a una sonoridad puesta como un interrogante, astucia de un poeta que encubre una parte esencial de su ser, de su formación, en estas elucubraciones rigurosas de la academia, es más bien el usufructo de quien conoce el carácter del Jibaro, el ojo, la mirada desconfiada, ese ser que otea más allá del canon, el análisis sobrepasa a la propia genealogía que la anticipa como a priori, vital, pero no la única. Esto es parte de lo que hace este trabajo tan excepcional.
Este apenas es un abre-bocas de un análisis que amerita mucho más amplitud. De este trabajo el acápite tres, del capítulo dos me parece de una hondura emblemática, denominado: Lo abierto crítico: “Tramos y trochas”. No cabe duda, que es preciso hacer otra nota sobre la presente investigación.



















[1] Página 4, Ojo de Jibaro, Tesis de Doctorado, universidad Simon Bolivar, sede Ecuador.
[2] El autor está citando a Colima
[3] Ibidem Pág. 14
[4] Así mismo procedo en el segundo capítulo, donde me valgo de las metáforas
de “la caja negra”, “la caja de cristal” y de la unidad de análisis “modelo abierto
crítico”, todas propuestas por Enrique Dussel.