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miércoles, junio 26, 2019

¿CORRUPCIÓN ADAPTATIVA?


He querido maximizar la información de carácter ecológico, tan necesaria frente a los retos que nos impone un desarrollo irresponsable que afecta gravemente la salud del planeta y por lo tanto la vida. Las columnas de Brigitte Baptiste publicadas por el diario “La republica” de Colombia, no solamente son lúcidas, sino puntuales, construidas desde una matriz científica rigurosa, sin desbordamientos y con la suficiente pedagogía que nos ayuda a entender el lugar que ocupamos en todo el ecosistema y las obligaciones que se desprenden desde esta conciencia. CESAR HERNANDO BUSTAMANTE

Brigitte Baptiste

Tenemos claro que los actos ilícitos mediante los cuales alguien se apropia del patrimonio público deben ser prevenidos, perseguidos y castigados severamente, pues el bien común nunca puede ser sacrificado en el altar de la pretendida competencia darviniana que según algunos, a conveniencia, guía la vida social. El “triunfo” de unos amenaza la continuidad del colectivo, una paradoja si se piensa que sin lo segundo no es viable lo primero. Tal vez a eso se refería nuestro célebre expresidente que pretendía definir la adecuada proporcionalidad de la corrupción.

Una de las contradicciones de la forma más simplista de entender el capitalismo es esa: pretender que la rentabilidad derivada del ingenio particular se apropie al máximo de manera privada, pero que cuando fracase, la pérdida se asuma solidariamente. Muchas instituciones financieras juegan a esta, la fuente más perversa de las inequidades, que no puede ser normalizada vía reformas fiscales, pues el bienestar de una nación no se puede sustentar en la pretendida competencia salvaje de humanos “perfectamente racionales” en un mundo de oportunidades falsamente equivalentes y asimétricamente informado. Muchos corruptos pretenden naturalizar las economías al acomodo de sus intereses, incluso desde los órganos legislativos, de ahí la institucionalización de las mafias y los carteles bajo la mirada complaciente de los regímenes.

La noción de justicia ambiental está fuertemente anclada en el entendimiento de que el funcionamiento ecológico es un bien común que subyace a todo emprendimiento (sensu lato), sea la agricultura itinerante indígena, las economías pesqueras artesanales, la agroindustria, el desarrollo inmobiliario o la provisión de servicios.

Detrás de toda apropiación de lo que llamamos naturaleza existe un entramado funcional de vida, que si bien es menos evidente que la integridad atmosférica del planeta, opera de manera extremadamente conectada. De ahí que la salud climática de todos dependa de la preservación del Amazonas (destruida por corruptos) o la capacidad de restituir la funcionalidad de los páramos. Si los encadenamientos productivos que llevan esa capacidad ecológica de producir riqueza (podría decirse que ricardiana) a los niveles más abstractos de la monetización no garantizan el cierre adecuado de sus ciclos funcionales, nos estamos robando a nosotros mismos en términos de seguridad ambiental, es decir que nuestros actos productivos y reproductivos representan una forma de corrupción de la cual apenas estamos haciendo conciencia: comernos el futuro de nuestros propios hijos, un gesto nada adaptativo. (De paso, bien por los 11,6 millones de colombianos que de manera absolutamente autónoma participaron en la consulta del domingo pasado: se hizo historia).

La sostenibilidad reposa también en la construcción de equidad, por lo cual una política ambiental debe concentrarse en la prevención de los conflictos y la construcción y cumplimiento (lo subrayo) de acuerdos de gobernanza del territorio. Explosiones de indignación ya rondan muchos sectores sociales para quienes “extractivismo” significa el deterioro de las condiciones de vida locales en contraposición con la concentración de indicadores de bienestar externo, así no haya presencia de proyectos que exploten explícitamente el territorio. Deteriorar la seguridad ambiental de nadie nunca es justo ni adaptativo.

martes, junio 18, 2019

EL ESTADO DE OPINION


martes, junio 18, 2019

 

Al concepto de soberanía popular, de tanto peso histórico en la teoría del estado y de mucha consideración para los constitucionalistas, se le sobre-pone como opción legítima en Colombia, según sus apologistas, el concepto de “Estado de opinión” basado en las mayorías como único factor determinante, entre otras cosas sirve para legitimar dictaduras, pues siempre propone la concentración del poder en el ejecutivo sin algún contra-peso. Las mayorías, se expresan a través del sufragio, en un modelo de participación política donde la abstención es la constante, por aquello del creciente escepticismo, que no cree en los gobernantes y menos en la clase política, imbricando un apoliticismo peligroso.

Pero la política es el eje que articula todo en la sociedad y es imposible prescindir de ella, porque a la vez es la única garantía de gobernanza y de democracia liberal. El partido del “Centro Democrático” en Colombia ha querido a través de un referendo proponer una reforma constitucional, basado en el estado de opinión, para dejar una sola cámara, un congreso corporativo y eliminar las cortes. Recuerda de alguna manera el concepto de poder trabajado en los últimos timos escritos por Foucault: una manera recta de disponer las cosas para conducirlas [...] a un “fin oportuno” [...]. Creo que tenemos aquí una ruptura importante: mientras el fin de la soberanía está en sí misma y ella extrae instrumentos de sí con la forma de la ley, en el fin del gobierno están las cosas que dirige; debe buscárselo en la perfección o la maximización o la intensificación de los procesos que dirige, estos instrumentos, en vez de ser leyes, serán tácticas diversas”.

 

Agrega este filósofo Francés: “Ahora bien, es fundamental comprender que estos poderes no actúan de la misma manera ni afectan-constituyen al mismo sujeto (el individual y el colectivo),  ya  que  estas  diferencias  son  las  que  permiten que el poder disciplinario y el biopoder no se excluyan, sino que se articulen (Foucault, 1997, p. 223). Es más, desde los primeros textos del francés el poder disciplinario está unido a las temáticas de la biopolítica (Trombadori, 2010, pp.  148-150).  Es decir, para Foucault la individualidad es una producción biopolítica orientada al control de la productividad. El individuo es una realidad fabricada por la tecnología específica del poder denominada “disciplina” y este individuo es, a su vez, el sujeto de la biopolítica cuando se aborda su cuerpo productivo en su conexión con la sociedad, bien como especie, bien como máquina productiva-desiderante”.

El centro democrático, en un mesianismo inexplicable, considera que sólo un hombre podría salvar a Colombia y prepara una reforma ajustada al talante de sus condiciones. Qué es el estado de opinión: Una tesis sin definición en la que lo único claro era que la institucionalidad, y en especial el sistema de justicia, debía someterse a la voluntad de las mayorías ciudadanas. Es decir, una versión moderna del populismo (Redacción del periódico “El espectador”). El mismo periódico agrega: “El comité promotor, liderado por el periodista Herbin Hoyos, se denomina Movimiento Libertad y Orden, y tendrá seis meses para recoger más de 1’800.000 firmas ciudadanas para convocar a dicho referendo, que busca modificar la institucionalidad. Y aunque para llegar a las urnas falta mucho trecho —incluyendo pasar un proyecto por el Congreso y por la misma Corte Constitucional—, el camino que abrió el máximo órgano para lo electoral puede convertirse en una vía por la que el Centro Democrático transite hacia su proyecto fundacional: reformar el sistema judicial colombiano, del que ahora es parte la JEP. La propuesta llega en momentos en que la Corte Constitucional y la Suprema de Justicia han tomado decisiones que impiden el avance de la agenda política del uribismo, como la negación de las objeciones, la decisión sobre el Código de Policía que afecta directamente el decreto de Duque sobre la dosis mínima y la puesta en libertad de Jesús Santrich”.

No es la primera vez que aparecen estos esperpentos, esta reforma, con otros arabescos, la propuso Bolívar, la impuso Mosquera y a principios de siglo, por un periodo muy corto, fue el espacio de Reyes que le permitió una constituyente. En este siglo lo ambicionó Laureano Gómez, Álvaro Gómez.  No cito a Foucault por prurito, sino, su teoría del estado y el poder nos permite comprender estos deseos tan des-proporcionados.

La revista coherencia de la universidad Eafit de Medellín de donde tome los acápites sobre Foucault, lo expresa de mejor manera: “No se trata de intervenir menos sobre la sociedad, sino de intervenir de otro modo:  menos reglamentar los procesos sociales, que manejarlos como realidades naturales dadas” (Vila, 2010, p.  192).  Es decir, el biopoder toma en consideración el hecho biológico de que el hombre constituye una especie y se despliega como un conjunto de mecanismos que interactúan con los jurídico-legales y los disciplinarios-correctivos”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, junio 13, 2019

LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES EUROPEAS


Los partidos de derecha se consolidan irremediablemente  en todo el mundo; el odio a los emigrantes  sube a niveles exponenciales, por fuera de todo contexto humanitario; estamos de vuelta a los nacionalismos exacerbados, variables que indudablemente se reflejaron en las elecciones del parlamento europeo.
Miremos como se expresaron en Francia, Italia, Inglaterra y Alemania. Empecemos por este último: Batacazo de los partidos en el Gobierno e imparable ascensión de Los Verdes en Alemania. El partido de centroderecha alemán, la CDU de la canciller Angela Merkel, ha sido el más votado en estas elecciones europeas, según los datos oficiales difundidos en la mañana del lunes, que le otorgan al bloque conservador (CDU/CSU) un 28,9% de los votos. Los dos grandes partidos que gobiernan en coalición han sido fuertemente castigados por los votantes. La CDU obtuvo 7,6 puntos menos que en las anteriores elecciones y los socialdemócratas, SPD, quedarían en tercera posición con un 15,8% de los votos, casi 12 puntos menos. Los Verdes, sin embargo, se disparan —obtendrían un 20,5%— alimentados por un voto joven y preocupado por el medio ambiente y escalarían hasta una segunda posición. En el otro extremo, la ultraderecha, Alternativa por Alemania, con un 10,8% de los votos, ha cosechado un resultado más bajo que en las generales de 2017 (12,6%), pero mayor que en las últimas europeas (7,1%).
Francia: Los franceses castigaron el domingo a Emmanuel Macron con la primera derrota electoral de su carrera y premiaron a Marine Le Pen con una victoria que la reafirma como una fuerza central en Francia. Pero la candidatura macronista a las elecciones europeas contiene los daños en un momento de malestar social profundo. Y el Reagrupamiento Nacional (RN) —nueva marca del viejo partido de extrema derecha Frente Nacional— gana sin sacar tan buen resultado como en 2014, cuando ya ganó las elecciones europeas. El éxito de la lista ecologista, en tercera posición, y el descalabro de la derecha tradicional de Los Republicanos fueron las sorpresas de la noche electoral.
Reino Unido: El Brexit hunde al bipartidismo tradicional. Estas elecciones no debían haberse llevado a cabo en Reino Unido y los votantes lo han notado con un resultado inaudito en más de un siglo de historia. Con gran parte del recuento efectuado, el Partido del Brexit, fundado por el populista Nigel Farage con la salida inmediata de la UE como único objetivo, ha ganado con contundencia, logrando un 30,5% de los votos y al menos 29 eurodiputados. Los liberaldemócratas, furibundamente contrarios a la salida de Reino Unido del bloque, se han parapetado a la segunda posición y han regresado al Parlamento Europeo con, por lo menos, 16 escaños. Los conservadores, en plena batalla por el liderazgo del partido, sufren la humillación de convertirse en la quinta fuerza política, por detrás de los verdes. Pero la oposición laborista también ha sido castigada. Los votantes de izquierdas han rechazado la ambigüedad de Jeremy Corbyn en torno al Brexit.
Italia: Italia asistió este domingo a la materialización del poder absoluto de Matteo Salvini. Las elecciones europeas convirtieron a la Liga, por primera vez en la historia, como el partido más votado del país. El 34,3% obtenido es el doble del resultado de hace solo un año. Pero sobre todo, duplica también los votos de su socio de Gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (17,1%), que sufre un batacazo tremendo y pierde la segunda plaza ante el Partido Democrático (PD), que obtiene el 22,7%. La abultadísima victoria de Salvini sobre sus aliados obligará a cambiar el equilibrio de fuerzas del Ejecutivo para evitar que salte por los aires.
Pese a que la derecha no es mayoría, es un hecho que cada vez se consolida más, lo que significa que de no prevenirse tal situación, los partidos de centro-izquierda se la verán muy duro en el futuro y la propia unión podrá correr peligro. En  diario “El Paìs” de España  Ana Carbajosa, analiza con rigor el caso alemán: “La Participación ha sido mayor que hace cinco años. Han acudido un 59% de los llamados a las urnas frente al 48,1% de 2014, en unas elecciones que incrementan la presión sobre una coalición de Gobierno cada vez más cuestionada. Con estos resultados, los partidos de la gran coalición —CDU y su formación hermana bávara, la CSU, y el SPD— no serían capaces de formar un Gobierno como el actual. En las pasadas elecciones europeas de 2014, la suma de los partidos de la gran coalición ascendió a un 62,7% de los votos, frente al 44,3% que habrían obtenido ahora, según los sondeos”.
En el próximo artículo analizaremos el caso España, por las implicaciones para Latinoamérica.