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viernes, diciembre 06, 2019

LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA


La democracia representativa en Colombia está en crisis. El poder y las responsabilidades que tienen los políticos elegidos a corporaciones públicas y el mismo ejecutivo que es la cabeza de gobierno, desde hace años, según un grueso de la ciudadanía, está fracturado por la corrupción, las responsabilidades de la clase dirigente no corresponden con los lineamientos establecidos por la constitución, hay una falta de sindéresis entre sus responsabilidades y su gestión.  Esta es un país inequitativo que desde hace mucho tiempo no ve cambios. Es un hecho además que este gobierno, pese al acuerdo firmado con la FARC por el expresidente Santos, que es política de estado, no lo atiende con convicción. Las elecciones de nuestros congresistas aún se ganan con el clientelismo y la compra de votos, vicios que tienen muchos años, décadas diría, y que pese a las muchas reformas para erradicarlas mantienen una vigencia pecaminosa, que habla mal, tanto de la clase política como de los electores. Está crisis de la democracia no solo se da en Colombia, pasa por muchos países. 
Esto lo confirman sendos estudios hechos por la academia. A esto se suma una violencia y un conflicto de más de cincuenta años, que ha dejado más de seis millones de víctimas, 300.000 muertos, para no hablar de los desplazados, que han creado verdaderos cordones de pobreza en las principales ciudades de Colombia.
“La representación es una figura jurídica que ya contemplaba el derecho romano y era de dos tipos: legal y voluntaria. La primera se aplicaba ante la incapacidad de las personas de valerse por sí mismas y la ley les designaba un representante; casos típicos de esta representación eran el curador para personas enajenadas (curator furiosi) o el de los infantes (tutor pupilli)”. “El sistema de representación política se gesta a partir de las fórmulas reconocidas por el derecho civil. Mediante la fórmula representativa se produce una fórmula que va del derecho privado al derecho público. En ella se abre la posibilidad para que una persona pueda actuar en nombre de otra, teniendo las acciones del representante plenos efectos jurídicos como si las hubiera realizado el representado”.
Conceptos como la soberanía popular, el sufragio universal, la división de poder, los organismos de control, constituyen elementos esenciales de la democracia representativa. La historia desde la caída de las monarquías hasta nuestros tiempos ha sido contada de mil maneras y cualquier estudiante de Derecho la estudia en su primer año. Pesos y contrapesos que no están funcionando, son letra muerta. Vale recordar, el mejor sistema sigue siendo la democracia representativa, hasta ahora no hay fórmula que lo supere, el problema no es el modelo son sus ejecutores.
“De acuerdo con Giovanni Sartori hay tres tipos de representación de un ente colectivo: jurídica, sociológica y política. En la primera, los actos del representante son imputados a la comunidad, sector o grupo que representa. La sociológica hace referencia a la identidad, porque el grupo está vinculado a una región, a una profesión, clase social o religión, o bien comparte una ideología en la que se mezclan elementos de varios tipos (regional y religioso, por ejemplo). En la política, el representante es elegido y debe actuar de conformidad con los intereses y valoraciones de la ciudadanía que lo sostiene, para mantener su confianza. En los sistemas representativos de la actualidad hay una mezcla de los tres tipos de representación”[1].
Hemos traicionado el tenor histórico de nuestras instituciones. Los intereses privados se volvieron, en contra de la ley, más importantes que los colectivos, los políticos se roban el erario público, el usufructo del poder desde hace tiempo es una forma de enriquecimiento. Se perdió la confianza.
El cambio lo logramos sin necesidad de nuevas leyes o actos legislativos, simplemente cumpliendo con la ley, con la constitución. Creemos que a punta de reformas arreglamos nuestros problemas, cuando es muy simple, es moral, ético, no hay conciencia de ley, no hay temor, la impunidad es total. Necesitamos respetar la constitución y nuestras leyes. Si aprendemos esto de niños, nos evitaremos muchos problemas. Lo simple siempre es lo difícil. La solución parece fácil, pero realmente no lo es. Es cambiar doscientos años de vicios. La única manera, con educación.
Miremos el proceso de negociación entre el comité del paro en Colombia y el gobierno. El gobierno des-atiende a los representantes del paro de mil maneras, su acrobacia verbal es emblemática, no escucha, no está dispuesto a realizar cambios, desconoce hábilmente a su interlocutor, soluciones, ninguna. Se radicaliza cada vez más. 





[1] Todas las comillas son tomadas de un ensayo Paoli Bolio Francisco José.