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domingo, enero 20, 2013

GANAR POR SOBRE TODAS LAS COSAS


Este mundo solo acepta ganadores. La sociedad ha generado una presión muy grande sobre la juventud y hoy sólo sirve ganar, llegar primero, los demás son perdedores. aquella frase que decía “Que lo importante es competir”, actualmente carece de sentido.  Desde esta  perspectiva, todos los días nos encontraremos con sorpresas como la de Lance Armstrong,  quien hizo gala de un  cinismo inexplicable y sin ninguna vergüenza, también se preparó para asumir tal actitud, que es lo que nadie se imaginó.
El tour de Francia es una competencia de alto rendimiento. Colombia vivió algunas páginas memorables en esta competencia de la mano de los máximos exponentes de la época en ciclismo de ruta: Lucho Herrera y Fabio Parra con el equipo Café De Colombia. Estos dos ciclistas de una modestia sin igual, fuera de serie, escaladores natos, formados en las altas montañas andinas, constituyeron una revolución en una carrera de especialistas.
Nunca ganamos el Tour. Lucho Herrera fue campeón de la montaña varias veces.  En apariencia, era imposible que pudieran lograrlo, por las exigencias de esta carrera de alto rendimiento, para la cual nosotros parecíamos no estar preparados, ni tecnológicamente, ni anatómicamente. Nuestros ciclistas parecían pequeños al lado de verdaderos monstruos del ciclismo europeo, no solo preparados y alimentados para este tipo de eventos desde muy pequeños, sino con verdaderas maquinarias y respaldo técnico a través de sus equipos. Aun así escribimos páginas memorables, sin ganar salimos como héroes y en algunas carreras, dimos mucho que hablar, el mundo término respetándonos.
Lucho Herrera, ganó la vuelta a España y fue campeón de la montaña varias veces,  campeón de la montaña en él Giro de Italia,  de la montaña en la vuelta Francia. Ganó carreras cortas como el tour de l’avenir. En su época el monstruo era Hinaul, quien fue campeón cuatro veces del tours de Francia. En la montaña en Europa dominaban dos ciclistas, que nunca olvidaremos: Gred Lemon y L Fignon, el primero se alzó dos veces con el título. Lo que quiero destacar es el pundonor no solo de nuestros corredores sino de la mayoría de ciclistas que asistían por esta época, quienes al competir sabían que era casi imposible ganar, ser el primero, pero que la competencia los llenaba de orgullo y en este caso, lo importante era competir, a partir de las ventajas que cada uno tenía y valoraba. Nosotros nos hicimos grandes en la montaña y fuimos respetados por esta cualidad inigualable. Lucho Herrara ha sido el más grande escalador del mundo.
Con el tiempo, los esteroides anabólicos se empezaron a utilizar para obtener ventajas y se impusieron subrepticiamente por la presión que imponían los patrocinadores y la sociedad en general, sobre la necesidad de triunfos, sin importar el modo. Había que ganar, ese era el lema. “Diferentes estudios realizados en los Estados Unidos, han concluido que el consumo es iniciado a edades tan tempranas como los 16 años, de manera preponderante en jóvenes de sexo masculino. Sin embargo, poblaciones de diferentes edades y el sexo femenino se han visto involucradas en la utilización de dichos medicamentos, sobre todo con el fin de lograr mejor capacidad atlética”. Tienen los mismos efectos de la testosterona, hormona responsable de la generación de las características sexuales en el hombre, las cuales se dividen en primarias y secundarias.

Además, estimulan la hipertrofia muscular (el crecimiento muscular), la fuerza y la capacidad para la realización de ejercicio de alta intensidad y reducen la grasa corporal; esos últimos efectos son las causas que más estimulan su consumo, en forma empírica y sin conocer sus consecuencias. En este caso, la presion es pesima consejera. En cambio, Kasparov el gran ajedrecista decía: “Cada vez que repaso las partidas de los grandes campeones descubro que, bajo presión, eran más eficaces”. La presión surge ante un momento de definición donde la realidad se va a modificar de modo significativo y el sujeto tiene una responsabilidad directa en el desenlace de la situación. Esta no solo nace desde los aspectos competitivos de la competencia, sino viene desde afuera e inciden factores por encima del deportivo. En este caso, los patrocinadores, la publicidad y las presiones de la sociedad de consumo resultan determinantes. “La presión es una sensación psíquica, es netamente psicológica, lo que no quiere decir que no tenga existencia real. Presión es la acción y el efecto de apretar o comprimir. En el lunfardo se dice apretar como sinónimo de presionar. Psicológicamente es una tensión de opuestos que fuerza una reacción en un momento de definición. Es un forzamiento. Hay presiones negativas y positivas.  En la ciudad de Medellín se impuso por los avatares del lenguaje de los barrios una frase que le ha hecho mucho daño a la ciudad: "Pa las que sea". En el hablar se hallan significados que reflejan las imposturas modernas: La imagen vale más que la realidad, la fotocopia que el original. El deporte está sometido a unas presiones vergonzantes. El tema amerita un análisis más completo, pero ante la súbita confesión del ciclista norteamericano esta semana, este breve comentario apenas  es una abrebocas de un artículo más extenso. Debemos empzar poner en contexto el papel de la publicidad en el deporte, el del estado, de la política en general. El tema definitivamente da para mucho más´, volvere sobre el mismo. Este es apenas el abrebocas.
                                                                                                                                                         






[1] http://www.elrivalinterior.com/actitud/La-Presion/LaPresion.htm