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lunes, febrero 07, 2022

VIOLENCIA EN COLOMBIA 2

 En la entrada entrada anterior hice un esbozo de la violencia en Colombia hasta el frente nacional, es una síntesis, púes la intención era llegar hasta el final del frente nacional, para intentar realizar todas las connotaciones que desde esta fecha se aluden, como causas alrededor de este fenómeno, desde diferentes ópticas, para entender por qué pese a un acuerdo con el grupo guerrillero más grande del país continuamos en un violencia lacerante y constante.

Los estudios sobre la violencia se multiplicaron. Después del primero denominado "La violencia en Colombia", de mucha importancia académica, "que permitió crear y legitimar en el imaginario nacional una especie de canon interpretativo de un periodo tristemente célebre en la memoria nacional"(Jefferson Jaramillo Marín). De hecho " Durante el siglo XX, el Frente Nacional aparece como el acuerdo bipartidista que desdibujó las diferencias ideológicas entre los partidos tradicionales al restringir la participación en el proceso electoral, alternando el poder presidencial y compartiendo paritariamente los cargos administrativos, judiciales y legislativos. Dicho acuerdo acentuó el centralismo político y sirvió su propósito original de reducir la feroz violencia interpartidista, despolitizó la política macroeconómica y promovió el progreso económico y social, a costa del congelamiento del sistema político y de la reducción de su capacidad de adaptación a una sociedad en acelerado proceso de transformación "(Gabriel Murillo: "El escalonamiento de la crisis política colombiana").

Son muchos los factores del incremento de la violencia en Colombia desde el 74; El fortalecimiento de la guerrilla, la aparición del paramilitarismo a partir de los años 60 al amparo de la ley con el auspicio de las fuerzas armadas y la incidencia del narcotráfico que cada vez fue más relevante por el papel económico que jugó en el conflicto como catalizador del mismo. 

A eso se suma el abandono de vastas zonas del país que estuvieron bajo el poder de muchos grupos ilegales, la concentración del poder en las mismas elites de siempre, basadas en la clientela electoral y la repartición del presupuesto nacional desde la contratación y la inequidad y los cordones de pobreza, factores que incrementaron este fenómeno.

"Pero también se expresaron influencias políticas e interferencias militares desde las guerrillas FARC, ELN, EPL y M19 en las organizaciones sociales, lo cual redundó en su radicalización, las propensiones a la confrontación con el Estado y alentó la represión oficial y la propia actuación paramilitar contra ellos. Esta situación se enmarcó en el recrudecimiento de la llamada “guerra sucia” –desatada tras la ruptura progresiva de las treguas convenidas entre el gobierno nacional y la mayoría de ellas 7 – que tuvo muy grave y cruda expresión en esta región con la continuación del ataque sistemático de los grupos paramilitares contra los movimientos de oposición política y de protesta social, que causó la muerte de varios miles de sus líderes y activistas en el ámbito nacional"( Nuevos escenarios del conflicto armado y la violencia). 

En el 80 el narcotráfico se expreso con mucho poder, crearon grupos paramilitares, llegaron a poner en jaque al estado a través de las bombas en pro de que el mismo acabará con la extradición de colombianos. Después de la muerte de Pablo Escobar el narcotráfico siguió,  teniendo incidencia, pero de hecho fue menos visible pese a que es fenómeno constante en el país.

Muchos fueron los esfuerzos para consolidar un acuerdo de paz desde esta época. la tregua unilateral en el gobierno de Belisario Betancur y la firma de algunos acuerdos que el gobierno del doctor Cesar Gaviria decidió dar por finiquitado con la famosa toma de Uribe, con graves consecuencias para el país, los esfuerzos de Virgilio Barco con el M-19  que terminaron  con su incorporación a la vida política, las reuniones del presidente Andrés Pastrana durante casi cuatro años en busca de un acuerdo con la FARC que no terminaron bien, intentos fallidos (Con muy pocos aciertos) del estado para intentar llegar a un acuerdo general para obtener la paz en el territorio nacional. Al final la violencia se incrementó sustancialmente, la guerrilla se fortaleció excesivamente, sobre todo después del fracaso del Caguán, el paramilitarismo se consolidó y con la llegada del Doctor Álvaro Uribe la única salida del estado fue la militar generando de esta manera un incremento de la violencia.

"Desde 2007, luego de las desmovilizaciones de los grupos paramilitares, nuevos GAI (Grupos armados ilegales) comenzaron a llegar y expandirse por la región, copando puntos geográficos claves para el control del territorio, de las rutas del narcotráfico interconectadas por seis departamentos y zonas limítrofes entre Santander, Norte de Santander y Boyacá y de regiones de amplia riqueza mineral y agroindustrial como el Magdalena Medio antioqueño, el sur de Cesar y el sur de Bolívar".

La guerrilla ante la arremetida del gobierno del doctor Uribe cambio la estrategia y asumió los golpes súbitos en pequeños pueblos, el terrorismo y el repliegue de sus fuerzas. Su fortalece económica no disminuyó y más bien se incremento, por efecto del control de las rutas del narcotráfico y el cultivo de la coca.

 Es preciso advertir como a priori que la elección popular de alcaldes (Desde el gobierno de Betancur), las regalías y las leyes de descentralización fortalecieron económicamente a los municipios, lo que se debería traducir en un signo de progreso y fortalecimiento de la democracia, en una gran mayoría produjo lo contrario, hubo control de los municipios vulnerables a la violencia por grupos guerrilleros y la misma delincuencia desde el poder del narcotráfico y los tradicionales grupos dueños de las clientelas lo que recrudeció la violencia en vastas zonas del país.

Después de muchos años en el gobierno de Manuel Santos se produjeron los acuerdos de la Habana con la FARC y se firmaron creando una bitácora para su implementación que es un texto que incluye casi todos los tópicos necesarias para adquirir una paz total, acuerdo que es una verdadera hoja de ruta y que de alguna manera todos deberíamos leer con juicio y curiosamente nuestra clase dirigente asume a medias y en muchos apartes desconoce. 

En quince días terminaré todo lo concerniente al posconflicto. La próxima entrega haré un análisis del proceso electoral colombiano.