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domingo, marzo 16, 2008

EL GOBERNADOR Y LA PROSTITUTA

La pregunta del millon: como se sigue atentando contra la profesión más antigua de la humanidad. Son muchos los científicos que venden su fuerza intelectual, para crear bombas que destruirán a medio mundo y muy pocos se ruborizan. Vender la fuerza erótica no puede ser visto con los ojos de la moral hipócrita y mojigata gringa a la que no le importan los bombardeos Israelitas a poblaciones inermes, ni las invasiones a naciones para imponer su régimen y si en cambio arman un escándalo de la madona por estas conductas. Producir un poco de placer a un hombre atribulado no puede terminar en un exorcismo a las contradicciones de una sociedad entera. El gobernador Spitzer era el asiduo Cliente Nº 9 del Club Emperador VIP, de un negocio de prostitución promovido en la Red. Luis Carvajal reseña el hecho sin una gota de cinismo: “Ese no es el único Club al cual pertenece el ahora ex gobernador. Por derecho propio, pertenece a otro del que hacemos parte casi todos: el de los que condenamos en público muchas conductas que se practican de manera privada. Es decir, el de los hipócritas. Debo aclarar que la mayoría de la membrecía está ahí, porque no le queda más remedio.”Siempre el hilo se revienta por el lado más flaco. La gringa es una sociedad de intereses y como lo señala Moisés Nain en el País de España, esta afición del gobernador sólo se descubrió cuando el año pasado el banco HSBC reportó a las autoridades una serie de transacciones sospechosas. Dos compañías, QAT y QAT Consulting Group, constantemente recibían transferencias de fondos a pesar de no tener actividades comerciales conocidas. Varias de estas transferencias venían de cuentas en el North Fork Bank que estaban a nombre de empresas que tampoco tenían actividades comerciales, pero que evidentemente le servían de fachada a alguien. La investigación reveló que ese alguien no era ni un narcotraficante ni un terrorista. La evasión fiscal develo al gobernador, no la moral perversa de los custodios conservadores del coloso del norte. Como siempre lo que salta a la palestra, es la contradicción de un hombre reconocido por condenar de manera reiterada y públicamente esta actividad y quien posaba como un defensor de los valores de la sociedad calvinista americana y ahora aparece inexplicablemente en la orilla de los inmorales. Acaso no es una virtud venderle a un hombre caricias, sin importarle quien sea, desahogarlo, llevarlo al paraíso y chao, fuera compromisos. Como respondió un portero de un prestigioso club Bogotano cuando se le preguntó que, si a este lugar podrían entrar prostitutas: Si son esposas o hijas de los socios no hay problema.