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domingo, abril 29, 2007

EL PARTIDO LIBERAL COLOMBIANO

Difícil hablar de la historia Colombiana sin citar al partido Liberal, protagonista de primera mano de la construcción del país, que nos ha tocado padecer por patria. El siglo pasado, ha sido configurado en gran parte, para utilizar un termino propio de las tecnologías de la información y el conocimiento, institucionalmente e ideológicamente por el partido liberal, a partir de 1930 y de manera ponderable con la reforma de 1936 por el kínder de López Pumrejo, la reforma del 45, el Frente Nacional y la constituyente de 1991. Ahora, que el partido vive una de las crisis mas profundas, que ha perdido las mayorías parlamentarias, su matiz popular y está plagado de ambivalencias, definirá parte de su posición en el congreso de Medellín que según información de la prensa determinará, si se queda en el centro y extiende un puente con el Uribismo que podría dar origen a entendimientos, o si asume las banderas populares y de izquierda tan de moda en Latinoamérica o si continua en el claroscuro de centro izquierda, que le permite bailar con todas en la fiesta .
A estas tareas propias de coyuntura, tendrá que agregarse una revisión histórica que permita dilucidar a cabalidad la triste historia de los últimos treinta años, definir las responsabilidades de sus dirigentes frente a la grave crisis que vive el país, el abuso clientelista en todas las instancias gubernamentales que compartió o detentó, el contubernio con las peores maneras de sostenerse en el poder y la falta total de liderazgo que consumieron el arraigo popular propio de los mejores tiempos. Nunca será igual, menos en mundo donde los medio de comunicación cambiaron totalmente la comunicación entre los partidos y sus feligreses, cosa que tampoco parecen entender los líderes actuales del partido. Ahora, sobra decirle, existen solo empresas electorales, nombres y lideres sin capacidad de integrar a la colectividad y una falta de base y trabajo en los sectores juveniles, lo que genera muy pocas esperanzas frente a su futuro frente al evidente fortalecimiento de la izquierda en cabeza del polo, llenando el vacio del trapo rojo de otroras épocas.
Nunca he sido militante del glorioso partido liberal y mi paso por el nuevo liberalismo, si dejó una revisión importante de la época pos-frentenacionalista, que hoy determina gran parte de la crisis en que está sumido, pero es innegable la importancia del liberalismo para la país, por lo que esperamos que su clase dirigente sea consciente del momento que atraviesa y actué acorde a sus responsabilidades. Vuelvo a aconsejar el texto de Francisco Gutiérrez, “lo que el viento se llevo”, sobre los partidos políticos y la democracia en Colombia, ojala algún constituyente liberal lo haya ojeado. Amanecerá y veremos