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viernes, junio 21, 2013

LA FUERZA DE LOS MOVIMIENTOS CIVILES EN EL MUNDO


Lo que está sucediendo en Brasil con las protestas lideradas por “El movimiento por el pase libre” , el reverdecimiento de los movimientos de los inconformes en España que han llenado plazas a granel, los movimientos espontáneos convocados en la red en Egipto, Siria, que derrumbaron regímenes dictatoriales, para no hablar sino de los más relevantes en el mundo en los últimos tiempos, ratifican hasta el tope la fuerza que ha tomado la sociedad civil en el espectro político actual, la importancia de las redes sociales y de hecho el cansancio de la gente del común frente a la clase política tradicional. Estamos frente a un fenómeno político que no ha sido interpretado a cabalidad y que amerita una mirada por encima  de la coyuntura y de las bemoles de la inmediatez que semejante hecho suscita.
El movimiento en Brasil es liderado por gente universitaria, con una consciencia política definida, con la absoluta claridad de la exclusión a la que ha sido sometida, con los enrutamientos definidos para hacerse sentir sin dejarse manosear por los medios ni por la clase política tradicional.  Básicamente son jóvenes. Las protestas comenzaron hace unos 10 días exigiendo la revocación del aumento del precio del transporte. Pero rápidamente sumaron otros reclamos y denuncias, como los 15.000 millones de dólares de dinero de los contribuyentes destinados a la Copa Confederaciones y el Mundial 2014. El principal programa televisivo de debates invitó a dos líderes del movimiento -porque sí, el movimiento tiene liderazgos-, los dos, un chico y una chica, estudiantes de derecho y de historia de la Universidad de San Paulo, por lo tanto, originarios del medio estudiantil. Muy politizados, de izquierda, no antipartidarios, con conciencia de los intentos de la derecha -vía medios de comunicación- de utilizarlos en contra del gobierno.  “Brasil -el país más desigual del continente, más desigual del mundo- en los últimos diez años atraviesa un proceso formidable de democratización social, que ha cambiado radicalmente la fisionomía de su sociedad, a favor de los más pobres. Sobre eso no queda ninguna duda”.
La mirada desde la perspectiva política de estos movimientos, debe hacerse con la amplitud que los hechos ameritan. Estos jóvenes no tienen organizaciones estructuradas, sus referentes más allá de la propia inconformidad, esta dictada por la vulnerabilidad que los une y con la conciencia que la misma es producto de las decisiones gubernamentales que los ha afectado enormemente y por el proceso de exclusión, saben que el estado los sobre-pasa, los maltrata y los pulveriza. Las economías se mueven por fuera de la sociedad civil que padece implacablemente sus decisiones. Se ha venido condenando a grandes masas a la miseria, a la exclusión y la esclavitud salarial.  La sociedad de consumo ha contribuido a la insolidaridad social y la clase política y un grupo de tecnócratas toma las decisiones que nadie sabe por qué las toman, encubiertas con el nombre de mercado, de libre comercio y de otras imposturas.
Estas protestas están dirigidas contra la clase dirigente, el club de banqueros y tecnócratas que maneja la economía, los empoderamientos locales y  regionales. Esperare como se desenvolverá el ovillo y sobra decir que abra un análisis mucho más complejo frente a lo que está sucediendo en el mundo con estos movimientos.