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miércoles, mayo 06, 2020

CLAVES ECONÓMICAS PARA ENTENDER LA PROSPECTIVA DESPUÉS DEL VIRUS


La situación crítica de la economía, gracias al virus y a muchas circunstancias anteriores que estuvieron sobre-diagnosticadas, representa el principal reto de todos los gobiernos en el mundo. Cada gobierno tomará sus propias decisiones, no hay un norte como modelo,  una guía que permita ciertas simetrías convenientes. Muchas de las decisiones carecen de sentido, buscan superar la coyuntura sin atender al problema estructural.
Al problema de la demanda agregada, una desaceleración general relevante, mucho antes de aparecer el virus, déficit fiscal, presupuestal y financiero en casi todas las economías, se le suma el irrespeto a los acuerdos multilaterales de parte de los Estados Unidos, la guerra comercial entre las dos potencias del mundo y la situación excepcional por gracia del virus. La demanda y la oferta están en una fase semi inercial, por lo tanto la inflación, para el caso es lo de menos, lo que significa que el desempleo será el peor problema. Se va a dar la quiebra de muchas empresas pequeñas, no aguantan la contracción económica y la falta de liquidez.  Estamos frente a una recesión sin precedentes. El mercado bursátil está en nada, para el mismo, esta fase es absolutamente desconocida.
No hemos podido superar la crisis del 2008, este hecho habla por sí solo. Lo primero reconocer la magnitud de la crisis actual. El mercado de valores ha tenido sobresaltos, que redujeron la voluntad de los fondos e inversionistas, nunca antes ha habido tanta inestabilidad accionaria. Pero esto dice Paul krugman: “Bueno, siempre que considere las implicaciones económicas de los precios de las acciones, debe recordar tres reglas. Primero, el mercado de valores no es la economía. En segundo lugar, el mercado de valores no es la economía. Tercero, el mercado de valores no es la economía”. Aunque siempre el mercado de futuros es una solución y las grandes inversiones del estado, de nuevo Keynes.

Este capitalismo voraz ha anulado la política en el sentido aristotélico, el deslumbramiento por la riqueza, la ambición, que es peor que el virus, acabaron con la política, necesaria e imprescindible, la pregunta es: Qué quedó por esta falta de participación, pareciera que a nadie le interesa lo que pasa, pese a que afecta a todos, estamos en manos de técnicos, paradójico, casi siempre se equivocan y en manos de  corruptos y de una élite perversa. Por gracia del virus, se fortaleció de nuevo el estado, nadie previó este cambio de tercio tan necesario. Qué hacer, preguntémosle a los economistas. Ellos siempre se equivocan y nada pasa, el mundo ha estado en sus manos hace mucho tiempo.