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lunes, mayo 29, 2006

UNA LECTURA A LA ELECCION PRESIDENCIAL

Las cifras electorales siempre revelan muchas realidades políticas que se pasan por alto en el fervor preelectoral y tienen la virtud de dejar sin piso algunas pretensiones expuestas de manera alegre por algunos analistas. El triunfo irrefutable del presidente Uribe, con más de siete millones de votos, confirma el hecho de que existe más Uribe que Uribismo y su bancada está por debajo del fenómeno personal del candidato elegido. El partido liberal en el esquema radical y polarizado de la campaña se quedó sin ninguna plataforma ideológica y cedió el centro que fue absorbido inteligentemente por el polo. La izquierda democrática representada por el polo, con los votos recibidos, adquiere un verdadero compromiso hacia el futuro, y son más importantes estos, dentro del esquema gobierno-oposición, que el mismo hecho del triunfo contundente traducido en cifras electorales, pues históricamente en Colombia, después de algún posicionamiento de los movimientos de izquierda, estos se han dividido, las mieles del poder los empalaga, no saben crear partidos con visión de futuro y un esquema serio que les permita su sostenibilidad (Vease M-19, Anapo, Firmes, etc.) y mueren gracias a sus propios errores. Hablar de derecha o de izquierda, parece según muchos politólogos, un esquema anacrónico, deslucido y poco pragmático dentro de la posmodernidad política en que parece moverse el mundo. Colombia parece refutar de manera contundente este análisis tan alegre. En la pasada contienda se discutieron dos modelos de estado y se decidió por un gobierno de derecha, dentro del buen uso del término y la oposición, quedó de manera clara en el otro costado. La reforma política cambia las reglas del juego parlamentario, paradójicamente y sin discusión, el liberalismo sigue siendo la segunda fuerza del país, que le permiten continuar con una cuota de poder alta dentro del esquema de la democracia participativa, lo obliga a revisar de manera absoluta su papel en la democracia Colombiana y reformarse al interior, pues si al partido no se le mete juventud, realmente su futuro está en cuestión. Por último, es preciso establecer que este triunfo, no puede hacerle olvidar al presidente los problemas que tiene la política de la seguridad democrática, eje de su gobierno. Hechos como la masacre de Jamundí, la actitud de los paramilitares en el proceso de reinserción, el abuso de poder y la legalización de sus actividades ilícitas, la omisión de las victimas en el proceso de paz, la entrega y reparación a que deben estar obligados los victimarios, son factores que implican una revisión inmediata. La política social igualmente, la cual afortunamente el presidente ha decidido meterle la mano, brilla por su ausencia.
Cual será el papel en el futuro del Doctor Serpa y del Doctor Cesar Gaviria. Aún no lo sabemos, pero creemos que deben dar el paso al costado y dejar que se produzca el cambio generacional, tan necesario en este caso. Dato curioso: cuando se escribe Uribismo en Google, aparecen más de 140.000 resultados, como les parece.
Durante buen tiempo, nos dedicaremos con dulzura a las mieles de la literatura y la filosofía, que es lo que nos apasiona. Por ahora, como Platón, la política no será nuestro plato fuerte.

lunes, mayo 15, 2006

CUAL CAMPAÑA


Iván, es un sobrino que entró a estudiar Ciencias políticas, en la Universidad del Rosario de Bogotá, inquieto, inteligente y quien paradójicamente, no desea ser político, ni trabajar para políticos, ni nada que se le parezca. Lo más interesante del dialogo, con los jóvenes de esta generación digital, es que las razones que sustentan sus decisiones y opiniones no son defendidas con la pasión, que nosotros solíamos expresar cuando defendíamos las nuestras, y esta aparente falta de vehemencia, en ningún momento es incapacidad, o desinformación, talvez sea lo contrario, claridad.
Cual será la razón para que un estudiante de ciencias políticas no quiera estar cercano a la política. Muchas, pero las más evidentes están a la mano. En Colombia la política es sinónimo de mentira, de trampa y los políticos de mentirosos, timadores. Leyendo sobre las tribulaciones y decadencia del imperio romano de Gibon, la conclusión es, que nada es nuevo en esta materia y estas son las vicisitudes de la naturaleza humana que resultan más descarnadas cuando de política hablamos.
Pero en medio de esta apatía de Iván y un país que se desangra, hay mucho más que simple desgano y escepticismo. Desde el siglo XIX, Colombia vive una violencia deshumanizada (aunque parezca de Perogrullo pedir que la guerra sea humanizada) y que no corresponde a una lucha, por imponer algún tipo de gobierno igualitario, ideal, sino camufla intereses personales, saqueo, engaño y expropiación, sin ninguna posibilidad de adquirir los matices, de un proyecto colectivo que guarde la posibilidad de un cambio sustancial de nuestra realidad. Así ha sido siempre y cuando aparece un proyecto serio, su cabeza siempre es cercenada (el general Uribe, Gaitan, Galán...e infinidad de lideres), situación que se repite en todos los ámbitos, convirtiendo al país en un cementerio inmenso de mártires, que inexplicablemente no constituyen ejemplo para el cambio o signo de esperanza, sino el peor reflejo de la impotencia de un pueblo frente a su violenta realidad.
Los muchachos como Iván, no se desgastan en discusiones inútiles (por los resultados, por la forma como se exponen, se argumentan las nuestras) talvez exigen como la última revolución importante y como todas frustrada (París de 1968), que tenía como eslogan, la imaginación al poder, algo más, que no sea de lo mismo.
Y para la muestra, que mejor que la actual campaña presidencial: Lo primero que habría que preguntarse es ¿Cual campaña ¿…….-El candidato-presidente ha decidido dejar de lado cualquier programa y recurrir al manoseo verbal, a la explotación de las necesidades de un país en guerra, recurriendo al fortalecimiento de la imagen patriarcal que todo lo resuelve, sin importar los medios, ni el respeto a la ley, pero con la diferencia que no resuelve nada y el pueblo para utilizar el peor de los eufeminismos ( Estos que engrasan las altísimas cifras de favorabilidad) parece, como en el caso del Sagrado Corazón, encomendarse ciegamente a este nuevo mayordomo…no importa que haga y como lo haga, las encuestan siempre lo tendrán arriba. A un muchacho como Iván, estas escenas le producen un escepticismo que solo tiene una actitud digna: El silencio. El espectáculo de la oposición, ni siquiera, valdría la pena exponerlo; Serpa es la encarnación absoluta de lo que ya no debe existir en política y el insiste en perpetuar; Leiva, está convencido que sus laxos con la FARC, son razón suficiente para acceder al poder; Mokus debería ver el Código De Davinci, para entender hasta donde llegan el simbolismo y la iconografía; para terminar, el Doctor Gaviria, con tan altas posibilidades de ser la encarnación de algo nuevo, tiene los peores asesores del espectro político, su excelente discurso se pierde entre la infinidad de errores de su partido.
Iván, que empieza su carrera, con cierto pesimismo muy cercano a una lucidez impotente, se pregunta frente a todo lo que nos pasa: ¿Más de lo mismo?, o talvez pida de nuevo: La imaginación al poder, como Lampedusa, que todo cambie para que todo siga igual.

miércoles, mayo 10, 2006

ESTILOS ARGUMENTATIVOS

Esta es una clase muy interesante implementada en la mayoría de las carreras humanísticas en todo el orbe y por supuesto en Colombia. En los debates electorales la gama de estilos dentro del marco del ejercicio de campaña constituye un sello personal de los candidatos con el ánimo de persuadir al electorado. Vale decir, que también deja ver muchas otros aspectos de su personalidad, que permiten presumir como será su actitud en el ejercicio de su mandato y como se expresará la democracia, en la dialéctica necesaria que la misma requiere.
La argumentación no solo está constituida de sustratos políticos, históricos e ideológicos, sino de cierto histrionismo y simbolismo. Mokus argumentando, con la carga de pedagogía y metáfora que le impone a sus ideas se diferencia sustancialmente del estilo típicamente clásico del doctor Serpa, hecho a fuerza de plaza pública, debates en el congreso e imágenes de personajes históricos del partido liberal colombiano. Carlos Gaviria, indudablemente ahora que es un candidato presidencial habla como cuando era un magistrado y paradójicamente cuando era magistrado argumentaba como político y no como jurista, lo que no desdice de él, sino refleja el carácter político de cualquier decisión jurídica.
Caso aparte amerita el presidente-candidato, quien tiene una manera muy especial para argumentar. En primera instancia, siempre expresa sus puntos de vista dejando entrever de manera soterrada, que sus contradictores no conocen el tema y que mucho menos el país; asume de antemano que los suyos son criterios absolutos, apoyados en cifras irrefutables y sustentados en razones históricas por fuera de cualquier debate. Cada expresión está realizada en un tono patriarcal, de finquero, de patrono condescendiente, utilizando diminutivos: La casita, la plática…….En está línea, cuando los efectos del discurso no son los esperados, descalifica, le da nombre a sus contradictores: Auxiliadores, terroristas, comunistas retrógrados…….y a renglón seguido niega, condena o exime.
El asesor presidencial, José Obdulio, el ideólogo detrás del poder, constituye la joya de la corona. No es historiador sino acomoda la historia a sus propósitos, no es un pensador sino piensa para el poder de turno, utiliza la filosofía y los argumentos, con una fragilidad que aterra; pero como si fuera poco, considera a sus interlocutores siempre como simples des-ubicados que no entienden el supremo compromiso del gobierno, el sacrifico histórico que recuerda los peores dictadores, quienes realizaron las peores atrocidades y genocidios en nombre del pueblo, asumiendo designios históricos imprevisibles.
Por ello, es importante que esta novísima cátedra se extienda a todas las carreras y que los precandidatos revisen la forma como defienden, discuten y exponen sus ideas, sobre todo aquellas personas, que actualmente, detrás del poder, no le permitan a la dialéctica de la democracia sobrevivir al populismo y la dictadura ideológica