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lunes, julio 27, 2009

SUJETO Y GLOBALIZACION

La impotencia de los individuos frente a la crisis económica actual, que es apenas una de las expresiones de su relación con los poderes impuestos, nos hace de nuevo reflexionar sobre su condición en el mundo actual. Tomare la definición de globalización en relación con el sujeto: “Es la manifestación diacrónica, fenoménica, de aquella operación estructural del capitalismo, que consiste en la universalización del uno, evitando con ello el efecto desorganizador de la diferencia que segrega su misma maquina discursiva. La operación totalizadora es la que permite ejercer el control y la vigilancia de la diferencia, cuya irrupción interrumpe la homogeneidad en la que se basa todo sistema de dominación. La universalización de la “parte” como “todo” reside en la estructura misma del aparato de dominación, y su sincronía no cesa de encarnarse bajo las diversas formas. Así desde el monoteísmo hasta su consolidación el poder pastoral, desde la colonización desplegada por los imperios en nombre de la acúneme hasta las intervenciones armadas en la democracia, y desde aquí, hasta la universalización de la técnica y de la economía postulado como uno por la “globalización”, todo ello no son sino las formas debidas y necesarias que en cada caso imponían las condiciones materiales reinantes de las cuales surgía la operación totalizadora. Hay una subjetividad que se construye en el seno de estos dispositivos.[1] Estamos determinados por condiciones externas, que han sido, están y funcionan por encima de nuestro poder decisorio muy a pesar del sentimiento que genera el universo de leyes que nos quieren convencer de lo contrario. Foucault, en Hermenéutica del sujeto, propone una mirada arqueológica entorno a los procesos de subjetivización que conducirán a la creación de interioridad. Difícil escapar a los alineamientos, las trazas, las líneas diseñadas desde afuera, que determinan la mayoría de nuestros actos y que constituyen un valor frente a los otros. Miremos el consumo, para hablar tan solo de una categoría. Las jerarquías del consumo determinan nuestra posición y extracto en la sociedad. Fundamentalmente somos una sociedad de consumo, ligada a la economía de mercado y, por ende, al concepto de capitalismo. No sólo se refiere al consumo de bienes sino también al de servicios, dado que cada vez tiene más importancia en las sociedades desarrolladas el consumo de servicios. Somos de igual manera seres deseantes, nuestro inconsciente funciona como una maquina de deseos y el capitalismo ha totalizado cada uno de los nuestros, si confrontamos la maquina deseante versus sociedad de consumo, sabremos de antemano que el cambio tecnológico nos permite producir más de lo que demandamos y ofertar más de lo que necesitamos. Visto así, dentro de la estructura de producción vigente, el consumo y el crecimiento económico sin fin es el paradigma de la nueva religión, donde el aumento del consumo es una forma de vida necesaria para mantener la actividad económica y el empleo. Cabe preguntarse dentro de esta encrucijada, sí el sistema político funciona para que categorías como esta se mantengan, el sistema financiero constituye soporte inexorable y componente de esta estructura, que podemos cambiar desde la minúscula posición dentro del universo totalizador que nos avasalla, cual debe ser nuestra actitud, que nos permite escapar al nudo gordiano. Difícil………la crisis económica actual es la expresión de nuestra condición, no la producimos, pero la padecemos en su totalidad. Ahora más que nunca, es necesario ahondar en estas relaciones tan intricadas de la subjetividad humana. Amanecerá y veremos.
[1] Editorial Quadrata. H. García. Hodgson. Deleuze, Foucault, Lacan. Pag 10