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domingo, junio 03, 2007

UNA LIBERACION CARGADA DE EXPECTATIVAS

Al ex presidente Carter el manejo de los rehenes en Irán terminó por ahogarlo políticamente, frente a una opinión implacable, cuando se trata de la defensa de sus ciudadanos comunes. Colombia ha vivido inmersa en el secuestro, siendo el primer país estadísticamente azotado por este delito atroz, sin que la clase dirigente hasta la fecha haya dado soluciones reales desde la perspectiva legal, política y de policía. Nueve años de secuestro son un viacrucis que difícilmente puede superarse y todos conocemos de compatriotas que llevan este tiempo, entre cadenas, la perdida absoluta de la libertad y el abandono total en la selva Colombiana. De alguna manera el gobierno del Doctor Uribe parece realizar gestiones tendientes a liberar mediante intercambio, con sigilo y secreto por “ razones de estado “, se habla de la excarcelación de 350 guerrilleros detenidos, las conversaciones constituirían el primer paso para su liberación y paradójicamente en contravía de todos los presupuestos que le caracterizan, hablo de Uribe,, pues si de algo ha hecho gala, es su terquedad frente al intercambio humanitario y la vehemencia en darle al conflicto una salida militar acorde a su política de seguridad democrática. Muchos analistas políticos están sorprendidos por el viraje de posición y no cabe duda, que la actitud del presidente amerita una lectura mucho mas profunda. Como lo dice el senador Pardo, seria una torpeza el acto de excarcelación unilateral sin un previo acuerdo de intercambio. La intervención del presidente Francés y de un grupo de países Europeos, parece en principio darnos tranquilidad al respecto. Aun así, la delicada situación del Doctor Uribe, frente a los escándalos del paramilitarismo; las graves acusaciones contra su ministro de Defensa; los congresistas implicados en relaciones no santas, casi todos de su bancada; una economía con síntomas muy preocupantes que parce anunciar una recesión parecida a la del 98; no dejan de suscitar comentarios suspicaces por considerar este acto una salida política a tanto escándalo junto y una jugada digna de ajedrecista, pues no importa el resultado, siempre le sería favorable al gobierno. Esperamos en todo caso que al final del camino, se logre la liberación de un gran numero de secuestrados y se avance de esta manera en el intercambio humanitario, que es preciso recordarle al ejecutivo, se hace en medio de la guerra, entre enemigos y previo reconocimiento de un conflicto; conflicto que sea dicho de paso, no puede seguirse manejando a cuenta gotas del capricho del doctor Uribe, ni producto de alharacas propias de un gobierno desintitucinalizado y sometido solamente al fuero de la silla presidencial. Amanecerá y veremos.