Después de ocho años de gobierno el país se presta a elegir mañana el sucesor del doctor Juan Manuel
Santos. Este domingo, los candidatos se someterán a la primera vuelta. Los hay
para todos los gustos: Hay de derecha, de centro derecha, de izquierda, de
centro-centro y de centro izquierda, está claro que esta campaña no ha podido
escapar de los tintes radicales y menos de “las campañas negras”, llenas de
falsas informaciones en las redes y la continúa manipulación del voto con
miedos y verdades a medias. Las encuestan, que no informan sino crean
des-información y expectativas sustentadas en proyecciones de dudosa ortografía,
también han contribuido a dar ganadores antes de la votación y a descartar candidatos,
con el famoso voto útil, que sólo sirve para qué la gente no vote por convicción
sino basados en informaciones cargadas. Colombia siempre ha sido orgullosa de
su democracia, de cumplir con elecciones periódicas, de tener instituciones
solidas. Esto no niega la crisis que tenemos representada en una inequidad sin
precedentes, galopante, grandes zonas abandonadas, desplazamiento, violencia y aumento de
la delincuencia común, para no hablar del desempleo y la informalidad. Es un hecho que el acuerdo de la Habana está apenas en ciernes y que eso que llamamos pos-conflicto es muy importante, medio país parece no entenderlo. El tema de la crisis de la democracia ha
estado en el tintero de la discusión política, poco hablaron los candidatos de ella. Los debates, las campañas
dejaron en claro las posiciones de los doctores Iván Duque, Sergio Fajardo,
Humberto De La Calle y Gustavo Petro sobre lo que requiere nuestro atribulado país. Mi llamado es a votar por convicción, que
el sufragio corresponda a un examen de conciencia y conocimiento, sin
presiones, sin miedos, que constituya un acto verdaderamente democrático. Votaré
por Sergio Fajardo, conozco su trayectoria, su equipo y proyecto de gobierno y
sobra decir que pienso que es el presidente que necesita este país. Espero una
votación masiva y que la juventud tome partido en esta contienda, que entienda la necesidad de sufragar, de decidir.
