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viernes, enero 04, 2008

EL PAÍS SOÑADO

Es difícil escapar de los temas habituales y lo obvio en este país está representado por la encrucijada de violencia y corrupción, que parecen ser los únicos, en una unidimensionalidad preocupante. Pero existen seres y lugares que escapan a esta encerrona y aun mejor, hombres que representan otra realidad que desborda su entorno como bálsamo refrescante, que nos llenan de esperanza y paradójicamente nos devuelven la película al país soñado que añoramos por patria.
Jorge Ruiz, es un ambientalista de pura sepa, ni siquiera podría hablar con el nombre rimbombante de ecologista, porque no se ajusta a su estilo, a la entrega total a sus convicciones y al estudio permanente por los temas de conservación. Desde su época de estudiante en Manizales asumió los temas de conservación con absoluto rigor. Creó una fundación con algunos amigos y en poco tiempo se constituyo para el Dpto. de Caldas en una opción muy seria en temas de impacto ambiental, educación para comunidades y estudios de conservación. En murillo Tolima, está el rastro visible de sus esfuerzos a través de la fundación casa murillo, que hoy constituyen modelo para Colombia y el mundo de educación y apoyo a comunidades en temas de conservación. Ahora, junto con su esposa Irma, han creado de la mano de las comunidades del Tayrona, “El Centro De Investigación y Educación Ambiental Castilletes “. Allí. Además de hacerse turismo, de mostrar la belleza exuberante de nuestras costas, mezcla de selva y playa, que recuerda lo mejores cuadros de Salgari en sus novelas memorables; se imparte educación ambiental; se integra a los visitantes a las comunidades, de la mano de guías nativos de la zona se nos muestra la realidad etnológica de la región, la riqueza de sus suelos, de la fauna y sobre todo se crea conciencia, que inexorablemente cambian el criterio de los turistas que visitan el sitio, la relación con la naturaleza y la visión del manejo de nuestros recursos. Los pocos días que pasamos en el Centro Castilletes, sin radio, ni televisión, alejados de cualquier medio de información, nos marcaron profundamente y nos permiten reconocer ese otro país, que parecemos olvidar en medio de maremágnum de problemas que suelen rodearnos. Solo queda agradecerles a Jorge y a Irma, la entrega total a una tarea que desafortunadamente pocos reconocen. Esperamos no desfallezcan y les deseamos la mejor de las suertes.