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domingo, octubre 23, 2011

LAS ELECCIONES EN COLOMBIA


La política es el arte de la persuasión. Aristóteles, en el concepto más clásico la define, como el arte de gobernar a los pueblos. Colombia, está a ocho días de elegir alcaldes, gobernadores, concejales y diputados. Las campañas, que reflejan al país en su totalidad están llenas de ejemplos, de lo que no se debe hacer. La mayoría de candidatos trata de convencer a su electorado denigrando de sus contendores. En Medellín, pocos saben que hará el alcalde elegido, en el caso de sus dos más serios candidatos: Luis Pérez y Aníbal Gaviria, pero de hecho, cada uno se ha preocupado por denigrar del otro de tal manera, pan de cada día en los medios, que se conocen más por sus defectos que por sus virtudes, de seguro habrá alcalde, pero al unisonó muchas demandas ante los organismos de control y la fiscalía. La publicidad y la fijación de imágenes constituye el ábrete sésamo de los directores de publicidad. La imagología resulta ser lo más serio de una campaña. Casi nadie sabe de los programas de los candidatos, muy pocos conocen quiénes serán sus equipos de gobierno y menos de las política generales que aplicaran frente a los grandes temas, pero sí podrán repetir los slogan que los identifican, esto no cambiará, menos con la revolución de las tecnologías de la información y el conocimiento. Hay temas emblemáticos. En Bogotá, el transporte público y concretamente el metro. Trasmilenio, que es la mayor realización de Peñalosa, constituye su mayor tragedia, el electorado busca el metro a toda costa ante un sistema que colapso y que necesita soluciones rápidas ante el galimatías que constituye trasladarse de un lugar a otro. Las promesas de Petro y su labor de fiscalización le darán la victoria, viene del partido del Polo, el mismo del alcalde saliente, la izquierda, que fracasó con Samuel y que curiosamente le dará la alcaldía a su inquisidor. Petro en su vida no ha administrado nada, los Bogotanos volverán a improvisar. En Medellín el tema es las grandes inversiones. En Cartagena la inversión social y la corrupción. En Barranquilla el desarrollo en general y la depuración de la administración. De esta manera se repite el glosario de temas según la ciudad respectiva. Lo que demuestra esta contienda categóricamente, es que en Colombia no hay partidos políticos. Tenemos empresas electorales. Hoy el debate no gira en torno a ideas, ni menos a programas, ni es ideológico, esto se traduce que el tema político esta carente de su principal fuente: la ideas, esenciales en la política y en el arte gobernar. País de caudillos y no aparecen líderes de la talla de Galán, López, Gaitán, Carlos Lleras, Álvaro Gómez, aunque es importante reconocer que hay una generación en ciernes importante. En esta campaña no hay un líder carismático, aunque Fajardo y Aníbal Gaviria, Gina Parodi, el joven Luna, nos brindan esperanzas y realmente constituyen una reserva política para el futuro, para hablar de los más notorios. En todo caso, hay ausencia total de líderes que les quepa el país en la cabeza.

El problema más grave en Colombia sigue siendo: el orden público y el desempleo. Las Bacrin, el narcotráfico, la delincuencia común se tomaron las ciudades con controles de tipo territorial y pleno ejercicio de intimidaciones permanentes a través de la extorción y el cobro de tributos. Verdaderas mafias, producto de las distorsiones del proceso de desmovilización y las grandes inequidades y desigualdades sociales. Por ello elegir a conciencia es importante. Esperamos que las elecciones sean trasparentes y veremos el próximo domingo como queda el cuadro general de estas importantesdebate.