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viernes, enero 30, 2015

LA NUEVA RAZON DEL MUNDO



En la universidad Nacional de Medellín ayer,  me encontré con dos profesores de historia y de manera espontánea comenzamos hablar de la situación del pensamiento Francés por estos tiempos recordando principalmente a Foucault y como estaba la posición de la academia al respecto. De súbito me citaron la obra que adelanto presento y que constituye un análisis lucido sobre el Neoliberalismo.
Este texto fue escrito por los académicos Franceses Christian Laval y Pierre Dardot, al primero lo conocí por una publicación anterior “La escuela no es una empresa” donde denunciaba la sumisión de la educación a los intereses económicos la cual de alguna manera es un a priori a “La nueva razón del mundo” el cual es un ensayo sobre la sociedad neoliberal desde la esclerótica de los fundamentos que la soportan, abordándolo desde la suma histórico que lo hizo posible, para descifrarla en su totalidad, es una radiografía de la A a la Z.
Muchos nos preguntábamos si Francia había dejado de pensar, los que nos hemos acostumbrado a la natural reverberación ideológica de su pensadores, nos inquietábamos sobre la opacidad en estos tiempos tan graves para el ciudadano común.
En la revista “Números Rojos” en la red, me encontré una entrevista a Christian Lava realizada por David Losa, que creo pertinente publicar, pues creo que este texto debe ser de obligatoria lectura para entender en que estamos los ciudadanos de a pie.
Este doctor en sociología, docente en la Universidad de París X Nanterre, es uno de los teóricos más lúcidos de la “academia” francesa. Christian Laval (París, 1953) ha publicado recientemente, con el filósofo Pierre Dardot, “La nueva razón del mundo, ensayo sobre la sociedad neoliberal” (Gedisa), un volumen imprescindible para alimentar el pensamiento crítico, en el que repasa los orígenes y la evolución del neoliberalismo. Los primeros coletazos del libre mercado, sus justificaciones y enfrentamientos ideológicos, su traumática caída y posterior cambio de piel en la primera mitad del siglo XX, su papel como fuente de inspiración en la construcción europea o su desbocamiento tras la desregulación de los mercados financieros son algunos de los temas expuestos.
Después de leer su nuevo libro, una de las conclusiones que se pueden sacar es que el neoliberalismo ha colonizado el alma de los seres humanos, convirtiéndonos en algo así como “personas-empresa”. Sin embargo, ustedes terminan el libro lanzando un mensaje optimista…
El sistema de poder neoliberal conduce a las personas hacia unos comportamientos de obediencia y sumisión, pero al mismo tiempo no puede evitar en los individuos eso que Michael Foucault llama contraconducta. O sea, somos conducidos a vivir en continua rivalidad y competitividad, intentado ir más allá siempre para alcanzar objetivos, resultados… Toda esta presión subjetiva sobre los individuos provoca mucho sufrimiento y numerosas patologías que los psicólogos, los psicoanalistas y los sociólogos han observado, pero al mismo tiempo también provoca reacciones que llevan a mucha gente a reinventar su vida, a retirarse del sistema y empezar de nuevo sus lazos sociales. Como conclusión, formulamos la hipótesis de que hoy se está construyendo una racionalidad alternativa, algo que hemos denominado ‘racionalidad del común’.
Desde los principios del liberalismo, y posteriormente del neoliberalismo, el debate principal se ha centrado en el papel del Estado y de las personas en el gran ‘juego’ de la economía de mercado. Ustedes entienden que, frente a lo que piensan algunos, el estado no está siendo el gran perdedor. ¿Podemos deducir que somos los propios ciudadanos los perdedores?
El neoliberalismo responde al modelo de empresa y a la lógica de la competencia. A través de dispositivos y técnicas de poder introduce efectos subjetivos de tipo empresarial, algo extremadamente curioso que induce a los individuos a identificarse con el funcionamiento de una empresa. Nosotros vemos que, a la vez que el neoliberalismo exalta al individuo, lo mutila como persona para maximizar solo su valor económico.
Ahora que la situación es crítica, muchos economistas han vuelto su mirada a Keynes. Pero ustedes creen que es un error…
La situación actual recuerda mucho a la de los años 30, y en particular al hecho de que los dirigentes están repitiendo los mismos errores que cometieron los de aquella época. Por ejemplo, entonces los líderes europeos querían volver al patrón oro y, como ahora sucede con el euro, para lograrlo imponían políticas de deflación. Por lógica, los mismos errores conducen a los mismos efectos, y pienso que Europa camina hacia la autodestrucción. Si me preguntas si es posible volver a Keynes en el estado actual de Europa… No, ni siquiera convertido en fantasma. Todo está organizado e institucionalizado para que una política activa de recuperación sea imposible. La posibilidad de relanzar la economía a través del presupuesto se considera inviable por la Comisión Europea y por el Gobierno alemán. Incluso, cada vez se minimiza más el presupuesto. Pero es que esta crisis no es solo una crisis de mala orientación de las políticas de austeridad, tiene que ver con los propios fundamentos de la UE. La gran decisión adoptada ha sido constitucionalizar las disposiciones restrictivas que impiden que se puedan aplicar políticas diferentes que salven a Europa de otra manera. Los dirigentes europeos se han encerrado en una prisión de la cual no pueden salir.
Una de las grandes críticas que contiene su libro va dirigida a la socialdemocracia, por haber aceptado las reglas del neoliberalismo. ¿No cree que el germen de la nueva izquierda se encuentra en los nuevos movimientos ciudadanos?
La socialdemocracia europea ha cometido el error de creer que la construcción jurídica y política de Europa podía resistir a lo que se denomina el neoliberalismo anglosajón. Lo que demostramos en este libro es que la propia construcción europea se hace sobre los preceptos del neoliberalismo, algo que los socialdemócratas europeos no querían contemplar, pero a lo que, a la postre, tampoco se han opuesto. Por eso, para mí la socialdemocracia europea se ha suicidado. Por otra parte, si hablamos de una nueva izquierda, es destacable el ejemplo de Grecia, con la irrupción de un nuevo partido capaz de atraer más de un tercio de los votos, un partido que se opone claramente a lo que es Europa hoy. Si pongo el ejemplo de Francia, el movimiento de coordinación de la lucha sectorial comienza a ganar terreno, parece que los asalariados se están dando cuenta de que son el objetivo de una estrategia ideológica. Por ejemplo, ante el creciente protagonismo del New Public Management (Nueva Gestión Pública –modelo de gestión privada en la administración pública–), que afecta a todos los sectores (hospitales, escuelas, justicia ), cada vez más gente entiende que existe una lógica transversal que obliga a que la lucha sea también transversal. La próxima etapa requeriría una coordinación a escala de muchos países. Por eso, la nueva izquierda tendrá que renovarse con algo similar a aquello que en el siglo XIX se llamó el internacionalismo. Desde luego, queda mucho camino por recorrer.
Hace dos años y medio de la irrupción en España del 15M. Para muchos, su naturaleza asamblearia le impide avanzar, y piden que cristalice en una formación política clásica.  ¿Es esta una nueva perversión del sistema, una tentación del “diablo”?
Soy muy sensible a las fórmulas de democracia real. Todas estas expresiones de debate público, de asambleas populares, son el objetivo mismo de la elaboración colectiva. Simbolizan una profunda oposición al sistema neoliberal. El neoliberalismo ha puesto en crisis la propia democracia liberal clásica, desacreditando el sistema clásico de representación, donde la voluntad del pueblo se expresa a través del parlamento. Pero en un sistema neoliberal los políticos solo están habilitados para aprobar reglas que vienen de fuera y sobre las cuales a veces ni pueden actuar. No se trata de que las nuevas movilizaciones reclamen una vuelta a la democracia liberal de tipo parlamentario, es preferible observar de forma crítica los límites de esa democracia parlamentaria para buscar nuevas fórmulas de participación más directas, donde los propios ciudadanos ganen protagonismo y fuerza en los procesos de deliberación y decisión.
Según dicen la democracia ya no es siquiera una estrategia pretendida por el neoliberalismo. No solo eso, ustedes afirman que incluso la noción de régimen político se ha difuminado. Ha pasado a ser algo secundario, indiferente…

Friedrich Hayek, el famoso filósofo y economista, decía que se puede construir un sistema sobre la desconfianza de la voluntad popular.  Él defendía que hay que establecer diques de contención contra la voluntad de los pueblos. De hecho, durante la dictadura de Pinochet en Chile dijo: “Prefiero una dictadura liberal a un gobierno democrático donde el liberalismo esté ausente”. El neoliberalismo juega a aceptar la democracia como si realmente el gobierno fuera de las personas, pero es evidente que estamos muy lejos de lo que Lincoln calificaba como “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Hay una distancia tremenda entre el pueblo y los que gobiernan.
El ideal neoliberal pretende individuos que busquen constantemente el éxito personal en libre competencia. Las personas que no encuentran ese éxito, serían seres frustrados, perdedores. Pero, ¿son esos perdedores la esperanza de un futuro diferente?
El término anglosajón “win to win” (“ganar para ganar”), adoptado por el propio neoliberalismo, dice que todo el mundo gana algo si acepta participar en el gran juego del mercado.  Ya que hemos nombrado a Hayek, él no estaba de acuerdo con esa falacia, afirmaba que inevitablemente hay winners y losers y que la justicia social es un mito. La experiencia nos dice que el sistema neoliberal genera riqueza creciente en un determinado número de personas a la vez que amplía el número de pobres. El win to win ya no es creíble, y los perdedores difícilmente pueden identificarse con este sistema.  Pero no es suficiente con sentirse perdedor, hay que luchar para ganar, para construir algo que permita generar una nueva situación.
Ustedes califican la acción de organismos supranacionales como la OMC, el FMI o el Banco Mundial como un “gran baile de máscaras”, grandes monstruos despersonalizados creados para legitimar decisiones que afectan a millones de personas. ¿Es posible quitarles esas máscaras?
Está claro que hay gente que se está aprovechando de la situación, son predadores cuyo único objetivo es seguir enriqueciéndose. Desde hace 30 años volvemos a presenciar una especie de revancha de los ricos, que están destruyendo todo lo que podía limitar que se enriquecieran de manera infinita. ¿Cuál ha sido su estrategia para lograrlo? Han desarrollado un sistema de normas que opera claramente a su favor y hacen creer a las personas que es algo objetivo. El mejor ejemplo es el de las agencias de calificación de riesgo, que se permiten calificar a los países de manera “objetiva”. ¿Qué objetividad es esa? Está claro que la que ellos quieren.
Según afirman en su libro, la llamada Europa social era un simple disfraz del neoliberalismo, una mentira alimentada repetidamente. Hoy ya no se oculta que la prioridad es la competitividad, ¿supone el fracaso del “modelo francés” en detrimento del “modelo alemán”?
Para un francés como yo es siempre molesto hablar mal de los alemanes por el marco histórico, y lo cierto es que muchos franceses participaron activamente en los inicios de la edificación de la Europa moderna, y estaban básicamente de acuerdo con la orientación ordoliberalista de esa construcción. Eso que tú dices , el gran engaño de la Europa Social, procede de la propia filosofía del ordoliberalismo, que defendía la llamada Economía Social de Mercado, y que propugnaba una asociación entre el movimiento sindicalista y la patronal. Pero no nos engañemos, el objetivo principal del ordoliberalismo no es otro que crear normas para que funcione el mercado. Es un sistema por y para el mercado.
¿Qué papel van a jugar a partir de ahora países como España, Italia o Grecia ?
Lo que se está pidiendo a los perdedores es que sigan jugando, y encima que sean cada vez más competitivos, lo que lleva inevitablemente a la pauperización de la población. Están pidiendo al perdedor que sea aún más perdedor. El gran problema de Europa hoy es que no acepta ver los defectos de sus políticas y sus consecuencias. No para de imponer nuevas medidas de austeridad estructurales, de transformar los mercados de trabajo, los sistemas sociales y el poder adquisitivo de los ciudadanos. Y las diferencias de rentas entre las personas cada vez son mayores.
Al principio de esta entrevista auguró una autodestrucción europea. ¿En qué forma?
Esperemos que no haya más conflictos armados, ya hemos tenido bastantes. La construcción europea se apoya sobre otra guerra, la guerra económica entre los países miembros. El camino correcto sería la cooperación, una solidaridad que asegure a la vez una paz económica. Pero ese cambio de paradigma implica una transformación total de la arquitectura institucional europea. Pero ahí el camino será muy largo e implica movimientos sociales en Europa muy potentes.
¿Y si nada de eso sucede?
Vamos hacia un conflicto mayor por culpa de la ceguera de los dirigentes europeos. Son como autistas, como prueba el hecho de que los movimientos en España, en Grecia o en Italia no han cambiado su manera de hacer las cosas. Ellos piensan que los italianos son niños, siguen aplaudiendo a Mario Monti incluso después de que haya sido aplastado en las urnas. Hay demasiado desprecio de los dirigentes a los dirigidos, y eso puede ser el preludio de fuertes convulsiones sociales.









miércoles, enero 21, 2015

EL DISCURSO DE LA UNION DEL PRESIDENTE OBAMA



Una magistral pieza oratoria constituyo el discurso pronunciado por el presidente Obama anoche en el congreso de los Estados Unidos. Con una capacidad  histriónica sin precedentes   proclamó que Estados Unidos ha dejado atrás 15 años de guerra y recesión, y fijó como prioridad para el futuro la mejora de los salarios y las oportunidades para las clases medias. “Esta noche, pasamos página”, dijo el presidente al Congreso. “En este momento, con una economía en crecimiento, déficits menguantes, una industria desbordante y un boom en la producción energética, hemos salido de la recesión más libres para escribir nuestro futuro que cualquier nación en la tierra. Nos corresponde a nosotros elegir qué queremos ser en los próximos 15 años, y en las décadas venideras”.
El demócrata Obama recobra el pulso. Menos de tres meses después de una de las derrotas más humillantes de su carrera, el presidente exhibe sus logros económicos y desafía a los republicanos para que apoyen medidas para atenuar las desigualdades como subir los impuestos a los más ricos y a los bancos y bajarlos a los asalariados. Se acerca a enemigos de décadas, como Cuba e Irán. Pese a que la oposición controla, por primera vez desde 2006, ambas cámaras del Congreso, se declara dispuesto a usar sus prerrogativas constitucionales para vetar las leyes más controvertidas.
El discurso de la union siempre será un medio para trasmitir un mensaje con la capacidad de generar la acción de un pueblo y de su clase dirigente, con un poder de convocatoria sin precedentes y con la capacidad de crear convergencias en pro de objetivos comunes. Este hombre de color será recordado en la historia por su capacidad oratoria, su inteligencia y el enfrentamiento con los republicanos desde las buenas maneras. Utilizando las herramientas administrativas que le otorga la ley y asumiendo que se acabaron históricamente, ayer toco cayos y convoco a cambios radicales en política externa e interna.

Qué bien por este penúltimo discurso del estado de la unión. 

domingo, enero 18, 2015

OTRA MIRADA DEL TERRORISMO


Por los trágicos sucesos de Francia, el tema del terrorismo vuelve a la palestra y el mundo de nuevo se solidariza en una cruzada contra estos actos, buscando prevenir próximos ataques. El terrorismo de hoy no sobre-pasa en nada las nefastas épocas de los ochenta y setenta, pero es absolutamente intimidador por efectos de la revolución de los medios de comunicación, las TIC y las redes sociales, esparce miedos en segundos y altera fácilmente la tranquilidad del mundo, en  proyección geométrica, es un tsunami que aterra al más indiferente de los mortales.
El terrorismo es un arma política con objetivos muy claros. Además de sentar posiciones sobre algún punto, busca reconocimiento y reacciones específicas, atentando y comprometiendo a la población civil de manera directa. Con los actos terroristas el ciudadano de a pie sale de la burbuja y se ve inmerso en temas que aparentemente no son de su resorte. El terrorismo reverbera las controversias, sienta posiciones y altera la psiquis colectiva, comprometiendo a todos los ciudadanos a pronunciarse de alguna manera. Es la peor manera de expresarse, pero para ciertos fundamentalistas y radicales, ha sido  la más efectiva.
Son muchos los datos históricos de su genealogía, que data de mucho tiempo atrás. “ En el siglo XII, un grupo ismailí de los musulmanes shiíes, los 'Asesinos', llevó a cabo campañas terroristas contra musulmanes suníes. En Irlanda, grupos protestantes y católicos se aterrorizaron mutuamente tras la Reforma. En su forma moderna, sin embargo, el terrorismo sistemático recibió un gran impulso a finales de los siglos XVIII y XIX con la propagación de ideologías y nacionalismos seculares tras la Revolución Francesa. Adeptos y detractores de los valores revolucionarios utilizaron el terrorismo tras las Guerras Napoleónicas. El nacionalismo imperialista que en Japón condujo a la restauración Meiji en 1868 estuvo acompañado de frecuentes ataques terroristas al shogunado Tokugawa. En el sur de los Estados Unidos de América, se creó el Ku Klux Klan tras la derrota de la Confederación Sudista en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) para aterrorizar a los antiguos esclavos y a los representantes de las administraciones de la reconstrucción impuesta por el Gobierno Federal. En toda Europa, a finales del siglo XIX, los partidarios del anarquismo realizaron ataques terroristas contra altos mandatarios o incluso ciudadanos corrientes. Una víctima notable fue la emperatriz Isabel, esposa de Francisco José I, asesinada por un anarquista italiano en 1898. El movimiento revolucionario ruso existente antes de la I Guerra Mundial tuvo un fuerte componente terrorista. En el siglo XX, grupos como la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia, la Ustashi croata, y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) realizaron a menudo sus actividades terroristas más allá de las fronteras de sus respectivos países. Recibían a veces el apoyo de gobiernos ya establecidos, como fue el caso de Bulgaria o de Italia bajo el líder fascista Benito Mussolini. Este tipo de terrorismo nacionalista apoyado por el Estado provocó el asesinato de Francisco Fernando de Habsburgo en Sarajevo en 1914, lo que dio origen a la I Guerra Mundial. Tanto el comunismo como el fascismo utilizaron el terrorismo como instrumento de su política, contando con defensores entusiastas como Liev Trotski y Georges Sorel (quien representó intermitentemente ambos extremos del espectro político)”[1].
El acto terrorista más visible  y cruel por sus víctimas y por los efectos que produjo indudablemente fue el de las torres gemelas  en Manhattan, para el Islamismo fundamentalista constituyo un triunfo y el principio de su propia aniquilación.  Este acto sentó un precedente nefasto, quedo claro que en esta materia no hay límites.
A los gobiernos occidentales se les olvido que en alguna época lo fomentaron impunemente, hoy son víctimas de su propio invento, lo que no deja de ser paradójico. La política siempre se viste con los perores trajes, utiliza las peores armas, hoy, los actos terroristas buscan publicidad, reconocimientos y efectos, de hecho lo obtienen. El mundo reacciona creando una verdadera red de solidaridad, pero sobra decir que no basta, que se deben atender los conflictos desde su matriz y no solo por los efectos que el mismo produce. El oriente sigue siendo el punto donde las tensiones geopolíticas reverberan al máximo en un entrecruzamiento de intereses que muchas veces para el ciudadano corriente de esta parte del mundo son muy poco inteligibles. Vive el conflicto por vía de actos como el de Paris, pero lo desconoce totalmente, aunque este semanario también a través de la caricatura sentaba una posición política con respecto a la liberta de cultos y de opinión, lo que también ratifica una toma de posición desde otro flanco
“Actualmente el terrorismo global está materializado en la figura de Al Qaeda, que se autodetermina como yihadista, por tanto, terrorismo yihadista nos remite a terrorismo global. El uso del miedo como factor desestabilizador en las sociedades y su materialización a través de los actos terroristas, es lo que buscó Al Qaeda el 11 de septiembre, y es lo que persiguen actualmente sus franquicias”[2].  Esto quiere decir que como sucedió a principios del siglo pasado hasta bien entrados los años cuarenta con los anarquistas, más tarde con los Israelitas, los Palestinos, Los Irlandeses, para solo citar los más importantes, el terrorismo de hoy tiene nombre propio.
No quiere decir que haya cambiado sino que se adaptó a los tiempos y aprovecha los medios a su alcance.  El terrorismo sigue siendo el mismo, aunque no deja de ser un término gaseoso si se le mira seriamente. “Cualquier debate acerca del concepto y fenómeno del terrorismo tiene garantizada la aparición de controversia, emociones, imprecisiones y confusión, hasta el punto de que, tal y como ha dicho la experta Louise Richardson, lo único seguro sobre el terrorismo es que se trata de un término de connotación peyorativa. Que el uso de una palabra te enseñe su significado, escribió Wittgenstein en un aforismo que, dada esta situación, parece especialmente aplicable a los términos terrorista y terrorismo (Horgan,2006: 25)”.
Es preciso que los líderes políticos, los que tienen el sartén en la mano, no se olviden de donde provienen estos conflictos, los atiendan en todo su contexto y no solamente por sus efectos. Nadie está de acuerdo con los actos terroristas, en Colombia los sufrimos todos, de la peor manera. El papel de los gobiernos no es solamente atacar a los terroristas, además debe atender las raíces más profundas que le dan origen al mismo,  para acabarlo de una vez por todas, así se encuentre en este camino con la verdad culposa que, en algún momento también lo fomentaron.  
Esto quiere decir que el terrorismo debe ser atendido  con más profundidad y compromiso, debe sobre pasar todo el simbolismo de solidaridad que, siendo necesario, genera solo actos policivos y se olvida del contexto político que rodean al mismo En que esta el mundo y como se atenderá el conflicto de oriente que involucra a todo el mundo.  Cuál es la posición de Europa, cual es la posición de los Estados Unidos, de Rusia, que piensa Israel, los Islamistas no radicales, Los palestinos, los grupos políticos que aun ven una salida política a este conflicto, estos son los verdaderos interrogantes.









[1] http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Terrorismo.pdf
[2] http://www.redalyc.org/pdf/676/67622579005.pdf

miércoles, enero 07, 2015

ESTE SERA EL AÑO DE LA PAZ EN COLOMBIA


La Habana en el ultimo mes se vio colmado de actos que, sin corresponder a la bitácora oficial de los acuerdos de paz entre el gobierno Colombiano y la FARC, ni del protocolo suscrito, me permiten inducir que estamos en una etapa de ajuste, que pueda llevar al cierre exitoso de los mismos. Se han cumplido la mayoría de los acuerdos temáticos propuestos en el 2014 y se superaron con creces los problemas presentados en la mesa de negociación. En diciembre de manera informal, llegaron a la Habana casi todos los comandantes de los respectivos frentes del grupo guerrillero, bajándole un poco a  la preocupación que tenemos algunos en torno a la posible fracturación del grupo, pues con el poder adquirido por el narcotráfico, estos tienen la capacidad de actuar con  independencia logística, lo cual no dejaba de generar interrogantes para el proceso, estas visitas son una muestra de unidad, vital para esta etapa; además se dio el cese unilateral de actividades militares por parte de la FARC; hay acercamientos con el ELN, por encima de las criticas obcecadas de los opositores; de parte del gobierno se está cumpliendo con la plataforma necesaria, hablo de la ley de tierras y la ley de víctimas, además  de aquellas medidas tenientes ha disminuir  tanta inequidad social flagrante.  Me atrevo a decir que estamos en un  buen momento, esto significa que apenas comenzaremos a construir la paz, el desarrollo de los acuerdos llevará mucho tiempo, pero es el inicio del final de un conflicto perverso, debe haber participación ciudadana que refrende lo firmado, desarrollo legislativo que le dé vía legal y bitácora de implementación de las obligaciones suscritas, políticas de inclusión y participación equitativa a granel, verdadero arco iris que  permita no solo el final del conflicto sino el marco fiable para un desarrollo muy alto con políticas sociales fiables.
A partir del acuerdo apenas se comenzará realmente a forjar todos aquellos actos que acaben de una vez por todas con la  violencia enquistada en nuestra realidad, el espectro de acción es inmenso y abarca muchos ámbitos, tanto institucionales, de política pública y privada,  el conflicto, que pese a los olvidadizos es producto de una  exclusión perversa por parte de las elites de este país, de la falta de responsabilidad de la clase política que ha a detentado el poder en los últimos cien años; de los partidos tradicionales que se olvidaron de medio país; de la clase dirigente corrupta, burocracia irresponsable, que actúa como una sanguijuela sin responsabilidad alguna, ni social; de la corrupción absoluta de gran parte de nuestra sociedad, que se acostumbró al enriquecimiento ilícito, a la coima, al intríngulis y de nuestra cultura avivata.
Este país tiene una de los mayores indicies de inequidad en el mundo, una concentración de la riqueza oprobioso, tiene una verdadera plutocracia que feudalizo el poder.  El desconocimiento de la historia de la juventud es inexplicable y lo peor, dificulta entender la importancia del proceso, de igual manera y desafortunamente hay una especie de malas maneras, malas prácticas, asumidas como parte de nuestra cultura, las que  asumimos como naturales, sin ninguna vergüenza, este sino cultural genera una verdadera dificultad a los cambios sustanciales en la manera de pensar y actuar que requerimos como sociedad.
Mi optimismo esta fincado no solo en la voluntad de paz del gobierno y de la FARC, en los compromisos cumplidos por el congreso, en el apoyo de los gremios y gran parte de la sociedad, sino en hechos puntuales y en convergencias históricas reales y muy serias que se unen a estos propósitos.