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lunes, septiembre 18, 2017

EL PROCESO DE NARCOTIZACION DE LAS RELACIONES DE COLOMBIA Y ESTADOS UNIDOS

El presidente de los Estados Unidos ha decidió desde su posesión administrar la geopolítica de su país con el martillo y la amenaza, sin ninguna concertación posible, retrocediendo treinta años, desconociendo los tratados bilaterales y multilaterales a granel, se despacha en discursos demagógicos, con regaños y acusaciones, los emite de acuerdo a propósitos puntuales, siempre en cumplimiento de una prioridad, la que al final lo llevó a la presidencia, el bienestar de su país a cualquier precio. La solución que supone parte de una óptica errada. Desde hace dos semanas volvió a utilizar la certificación, que no sabemos aún quien se la inventó, ni qué papel juega internamente, como una espada de Damocles para amenazar a Colombia, por su política anti-drogas.
Es impresionante el desconocimiento de las cifras sobre resultados en la guerra contra las drogas en los Estados Unidos, ha sido un absoluto fracaso: El consumo aumenta exponencialmente, las redes de distribución y las hoyas populan inexplicablemente, la sociedad, sobre todo una elite privilegiada, está completamente adicta, la clase media entro de igual manera a empalmar con estas cifras, los fármacos y lo que llaman drogas sintéticas ya son un problema de salud, su consumo aumentó sin ningún control por parte del estado. Realidades que le quitan cualquier autoridad moral al presidente Trump para imponer sanciones, se olvida que Latinoamérica ha puesto todos los muertos, bastas zonas han sufrido los flagelos  más terribles gracias a una sociedad narcotizada, de manera inexplicable ha sido sometida a una política migratoria excluyente y lo que es peor, ha sido estigmatizada en el mundo por un Ítem que es más culpa del país del norte que nuestro.
Pero la ceguera del señor Trump es entendible, lo que no aceptamos es nuestra posición de vecinos sumisos, no me explico por ejemplo, cómo México ante tanta andanada no toma una posición clara frente a su vecino y reacciona al maltrato desmesurado del señor presidente. Espero que Colombia  haga valer todos sus esfuerzos y le exija al gobierno americano mesura y de paso resultados. Creo que en esta mirada no estoy tan solo, el periódico “El tiempo” de Colombia  presenta la noticia con la misma óptica:
“La aparente solidez de las relaciones bilaterales entre EE. UU. y Colombia quedó esta semana patas arriba luego de que el presidente Donald Trump amenazó con descertificar al país, pues, a su juicio, no estaría cumpliendo los compromisos antidrogas. Sus palabras, tanto en Washington como en Bogotá, cayeron como un baldado de agua fría de otra época. Pocos entendieron la rudeza del actual presidente de EE. UU. Con el que se supone es su mejor aliado en la región”[1]. Es cierto, no sabemos qué pasa,  hay que hablarle a nuestro vecino  con mayor claridad, con convicción y a partir de certezas que demuestren el sacrificio nuestro, que no es poco.
Addenda: Imperdonable las deportaciones de latinos, personas que durante más de veinte años han contribuido con este país en todo el amplio espectro social: Impuestos, trabajo, convivencia, conocimiento. Prometió en su campaña no hacerlo con aquellos que no tuvieran antecedentes, como los nazis, no ha cumplido y sin ninguna consideración viene aplicando una política discriminatoria e injusta.