Como a priori diría que, con el famoso empate técnico en los seis estados ancla según la mayoría de las encuestadoras, esperaba un resultado a favor de cualquiera de los dos candidatos. Lo que no imaginé fue el triunfo tan contundente del candidato republicano. Demuestra que los temas colectivos y abstractos, hoy tienen poca importancia: La democracia, la libertad, los derechos de las mujeres, para solo citar algunos, ya no cuentan. Se votó por el candidato que conviene a la situación personal, ósea, de acuerdo a mis circunstancias. Aquí, el tema económico se convierte en el eje principal para este tipo de decisiones y al final: fueron definitivas las redes sociales, la inteligencia artificial, los asesores tenológicos y el proceso continuo de enlodar la imagen del candidato al que se enfrenta, como lo hizo Trump, con falsas afirmaciones e insultos oprobiosos que avergonzarían al más grosero de los mortales. Expresado esto, ya es un hecho que el próximo presidente del coloso del norte es Donald Trump, pese a 34 condenas, denuncias por acoso, haber silenciado mediante soborno a cuatro prostitutas y mucha evasión de impuestos. La política ha cambiado sustancialmente, ese será tema de otro artículo.
Será una presidencia disruptiva en muchos niveles. En materia internacional acentuará y pondrá los intereses de los Estados Unidos por encima de cualquier consideración mediadora: En pro de la paz mundial, la democracia o de los derechos humanos. Creo que negociará con Venezuela, contrario a lo que se piensa, le es indiferente su problema político y si preveo una alianza, le sirve en razón de las riquezas de este país, lo práctico cederá a cualquier otra consideración. Este será el rasero con otras dictaduras en el mundo. Con la Unión Europea el aliado principal no se descartaran tensiones, pero es imposible geopolíticamente hacerlo a un lado, la OTAN prevalecerá. Con China habrá más acuerdos de lo esperado, las tensiones serán con las patentes, la maquila, los enclaves comerciales y los aranceles que le exigirá a algunos productos. No olvidemos que el presidente es un negociante por excelencia y en el anterior gobierno nunca inició una guerra. En todo caso, las guerras actuales no dejan de ser un misterio. Cómo actuará, depende la suerte que corran en estos dos meses, tanto en Ucrania, como en el conflicto Israelita-Palestino.
Latinoamérica no le preocupa, solo lo moverá la influencia que comercialmente aumente y catalice China. Es un hecho que la potencia asiática tiene puesto los ojos en esta parte del mundo, lo demuestran sus grandes inversiones en el Perú, Ecuador, Centroamérica, en el caribe y Colombia, el metro de Bogotá es un ejemplo.
Poco le importan los derechos humanos, el cambio climático, la descarbonización del planeta, las energías alternativas, para citar algunos temas globales. Las políticas proteccionistas serán el pan de cada día y la apertura tendrá un retroceso. En todo caso la economía americana es una maquina en movimiento que se mueve por virtud propia en todos los niveles, imposible intervenirla en todas sus variables.
A nivel interno la migración tendrá un política de choque, baja de impuestos a los grandes empresarios, corte de subsidios, intervención de la salud pública (Medicard), la educación será intervenida, desarrollo de la inteligencia artificial y no intervención en los desarrollos tecnológicos, habrá un desarrollo muy grande en este campo. Poco esperamos en materia de prohibición de la compra libe de armas, que tantos dolores de cabeza le ha dado a la sociedad americana. Estos es en mi parecer, lo que vendrá con el presidente Trump.