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jueves, julio 31, 2008

EL FRACASO DE LA RONDA DE DOHA

La Ronda de Doha, de la Organización mundial del comercio, es una gran negociación emprendida para liberalizar el comercio mundial. Su objetivo apunta a completar un tema que había quedado pendiente de un gran ciclo anterior (llamado Ronda de Uruguay): el comercio agrícola. En esta etapa, los países en desarrollo tratan de obtener un acceso libre de obstáculos para sus producciones agrícolas en los mercados de los países centrales. Esto significa que las grandes potencias deberán eliminar o reducir, en forma significativa, la protección que dan a su agricultura por la vía de subsidios directos a los agricultores o de subsidios a las exportaciones. La Ronda de Doha se lanzó en noviembre de 2001 con expectativas de concluir a fines de 2004 con la intención de lograr acuerdos para liberalizar el comercio agrícola, industrial y de servicios. Frente a las negociaciones que se estaban dando en Europa, los titulares hoy son absolutamente desconsoladores: “La Ronda de Doha por lo menos este año ha sido un absoluto fracaso”. El colapso de las negociaciones se produjo tras maratónicas reuniones en Ginebra en las que los integrantes del llamado G6 no pudieron ponerse de acuerdo sobre las subvenciones agrícolas. Estados Unidos y la Unión Europea se acusaron mutuamente por este colapso. "Washington no ha sido capaz de presentar ninguna oferta nueva para disminuir las ayudas a sus agricultores", manifestó Peter Mandelson, el Comisario europeo de Comercio. La representante de EE.UU., Susan Schwab, replicó que las propuestas de Bruselas significaban que los mercados seguirían protegidos entre el 95% y 98%. La suspensión de la Ronda de Doha echó por tierra las expectativas de sellar un acuerdo este año antes de que el presidente de Estados Unidos pierda su poder de negociación comercial por la vía rápida evitando la oposición del Congreso. "Esto es un serio retroceso, un tremendo retroceso", comentó el canciller brasileño, Celso Amorim. A pesar del retroceso, Amorim es optimista y cree que se volverá a negociar. El ministro de Comercio de la India, Kamal Nath, fue mucho más gráfico al indicar que el acuerdo de libre comercio quedó "entre la sala de cuidados intensivos y el crematorio".
En carta blanca los grandes defensores de la globalización, los países más ricos del planeta no ceden un ápice y continúan subvencionando y protegiendo grandes sectores productivos (La agricultura para el caso) en una grave contradicción a las políticas de globalización y liberación que les imponen a los países más pobres. Hans-Peter Martin y Harald Schumann, escribieron un texto muy lucido denominado las trampas de la globalización, el tema básico se centra en el mundo está organizado en base a criterios económicos, no políticos. Volver a colocar el poder de decisión en el ámbito político es el requisito indispensable para controlar la globalización, manejarla y llevarla a un terreno socialmente más justo, en el que los enormes beneficios derivados de ella recaigan en todos los ciudadanos, no en unos pocos. Tal parece, que estamos condenados a que los criterios mezquinos prevalezcan sobre los humanitarios. La realidad cruel es otra y no se entiende como una contradicción tan flagrante se mantiene linda y lironda en el planeta. Creo que las negociaciones multilaterales están llamadas al fracaso y está demostrado que los acuerdos bilaterales y regionales son más prácticos y factibles. Solo esperamos cual será la actitud de Colombia, pues el TLC está al portas de su fracaso y la Ronda dejó resultados nefastos para nosotros, como la perdida de privilegios arancelarios en materia bananera, lo que afectaría gravemente a un sector productivo muy importante para las políticas de empleo en Uraba lo que ya es grave. El panorama no es nuevo, pero requiere decisiones rápida e inteligentes: Amanecerá y veremos.