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lunes, noviembre 28, 2011

LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD DE LA FARC EN COLOMBIA


El asesinato de los militares secuestrados el pasado viernes demuestra el grado de crueldad de la FARC que  definitivamente perdió el norte, brilla por su anacronismo y  no muestra ninguna voluntad real de paz.  El  análisis a pesar de todo, no es tan simple. Este asesinato, le deja muy mal frente al mundo, que no admitirá nunca estos delitos de lesa humanidad, lo que los va alejando de un acuerdo político.  Pero es preciso escrutar,  que está pasando con la FARC, más allá de estos hechos.
La Farc tienen un origen social como consecuencia de la violencia y la crisis política del país en la mitad del siglo anterior, con la exclusión de los movimiento populares de los escenarios de participación, con el monopolio del poder ejercido por los partidos tradicionales entre la década del 60 y el 70. La Farc alguna vez se convirtió en alternativa de poder, para un sector importante de la población, así fuera minoritario; su ideología que propugnaba por una igualdad social y tenía el paralelo de Cuba como guía. La pregunta es: ¿Cuando este movimiento con algún carisma cayó en el estado paquidérmico y burocrático de estos tiempos, llena de frentes dedicados al narcotráfico, con una terquedad lapidaria y la ausencia total de una ideología y programas políticos que le permitan algún reconocimiento?.
La explicación tiene variables.  En primera instancia la ausencia total de una voluntad de paz y por lo tanto de integrarse a la vida política del país, en una especie de Maoísmo y Leninismo exacerbado, pese a los cambios políticos sustanciales de los movimientos guerrilleros ocurridos en el mundo y a la consolidación de la democracia. Históricamente todos los preacuerdos por obtener la paz fueron burlados por la cúpula de la FARC durante veinte años de intentos realizados por diferentes gobiernos. Otro factor relevante, el haberse convertido en un cartel más, dedicados al narcotráfico, que les permitió fortalecerse económicamente y convertirse en la primera guerrilla sin interés alguno en el apoyo popular. Por último, su propia burocracia y  gigantismo.
Que piensa en medio de esta realidad. Difícil creer que asuman seriamente que se podrán tomar el poder. No creo  que tengan alguna ilusión al respecto. Si no es así, que los mantiene en esta lucha.  Ser un poder dentro del estado colombiano.  Desde la selva y con mucha penetración en diferentes escenarios nacionales,  se consolida a través de sus filas y con la intimidación de vastas zonas del territorio, gracias a una fuerza militar considerable, con más de diez mil hombres, sometidos a base de miedo y militarismo estalinista, a través de la jerarquización de sus frentes, que genera expectativas de ascenso entre sus miembros; dinero a granel producto del narcotráfico y la extorsión, un dogmatismo anquilosado, peligroso y, los privilegios inmensos de su cúpula que los castró ideológicamente.  Difícil, renunciar a todo esto.

La historia siempre nos depara sorpresas y puede ser posible que estos señores acepten un cese al conflicto armado vía negociación. Por ahora, el panorama no es bueno. Pasamos de un periodo de ocho años de presión militar a la posibilidad de un acuerdo, si aún no se le ha perdido la llave del dialogo al presidente. Solo falta, voluntad de paz. El camino es tortuoso, pues hay interesados en que el conflicto se perpetué, Colombia es un país diferente a todos. Sería importante, que la FARC le deje claro al país que piensa, hasta ahora nadie sabe a ciencia cierta cual es su posición. Muchos de sus actos son absolutamente demenciales e inhumanos. Es imposible hoy predecir como terminarán, pero no es dificil suponer que por momentos está más cercano a ser un grupo terrorista dedicado al narcotrafico que un movimiento guerrillero con carácrer político. De su cupula depende que esto sea diferente. Su derrota militar, por ahora está muy lejos. Creo que  su peor pecado,  lo constituyen  un anacronismo incomprensible y un grado de cruelda frente a delitos como el secuestro y la tortura, absolutamente fuera de todo contexto. El tema no es facil de digerir, pero explica en gran parte al país que nos tocó por patria, esa otra entelequía.   



domingo, noviembre 20, 2011

PENSAR LA POLITICA


La Universidad Nacional de Colombia publicó un excelente libro titulado:”Dominación, crisis y resistencias en el nuevo orden capitalista”, donde se recopilan los trabajos expuestos en el seminario internacional organizado por la institución en el 2002 sobre el tema.  Este libro estructurado en cuatro partes, constituye un análisis serio sobre lo que sucede en el orden mundial, Latinoamérica y Colombia, en la actual fase crítica del capitalismo. El último trabajo, se centra en la vigencia del análisis Marxista.
Hablaré por ahora de un solo trabajo: “La pospolitica de la globalización o el atajo del multiculturalismo”: “Existe una extraña coincidencia entre los pensadores de la posmodernidad y algunos de sus críticos: “El recurrente olvido de la política. Perry Anderson reclama, justamente, a los segundos, la distracción respecto de la dimensión de la política, que Gramsci sitúa en el centro de su reflexión. Tras lo que podríamos llamar la “noche de los lápices” que ha significado el proceso de la globalización neoliberal, la política ha sido reducida al simulacro y a la virtualidad mas-mediática. En general, el posmodernismo y la actitud posfilosófica diluyeron la política en el universal vacío de la mediación de conflictos, la interlocución y la terapia interinstitucional.” Aparentemente el mercado y la globalización excluyeron del centro de la sociedad la política.  Este factor sería la primera arista de una crisis general que abarca por su puesto al sujeto y el pensamiento frente a nuevos discursos y actores, con cambios sustanciales en la configurción del poder, que inexorablemente han terminado en procesos de alienación más intensos.
Ahora que se están presentando una serie de protestas contra la banca y el sector financiero, la gran pregunta es, como el mercado desplazo a la política, o como los tecnócratas asumieron el discurso mediático de la economía por fuera de los componentes sociales y anestesiaron los factores políticos de centro, tomando decisiones afectaron a la sociedad en general, al final, como se constituyeron en reyes.
El texto se pregunta  a través de Alain Badiou: ¿Se puede pensar la política? ¿En qué radica tanto desprecio y olvido? ¿Por qué la negación de la política adquiere el rostro de otra política? ¿De qué manera la politización de la sociedad y el mundo de la vida sufren transformaciones severas bajo el impacto de la globalización neoliberal? ¿Cuál es el lugar de la política para el pensamiento y la sociedad contemporánea? ¿Cómo explicar la irrupción hegemónica del giro pragmático en la filosofía y la teoría política? ¿Por qué son relevantes para este tipo de posturas el enfoque liberal de Rawls-Habermas? ¿Es posible repensar la tesis de “poner la política al mando” sin politicismo? En términos gramscianos, ¿por qué se insiste en rechazar a Maquiavelo, cuando de hecho se termina aplicándolo santamente?


Europa está en el centro de este debate. La juventud y los nuevos actores, no podrán olvidar, que es imposible de liberarse de la política como factor predominante en los procesos de comprensión y estructuración de las sociedades en general.  La globalización es una expresión política, es una forma de dominación atenuada por el discurso del mercado y la competencia:  En este sentido, la afirmación de Zizek, según la cual “la globalización es precisamente el nombre de la pospolítica”, expresa la esquizofrenia de los tiempos marcados por la globalización neoliberal.”


Por ello el texto afirma categóricamente: “Así, pues, el multiculturalismo constituye un universo complejo que responde a la “lógica cultural del capitalismo” y, por ende, representa una de las facetas de la globalización. Por supuesto, es una cara rozagante del liberalismo y del pensamiento posmoderno que, si bien presume de haber superado la dialéctica del conflicto y la emancipación, tiene el encantamiento de un discurso progresista.”


El análisis vuelve a poner la política en el centro, nunca en efecto podremos excluirla, pues de cualquier forma siempre estará ahí, así sea a través de su propia negación, que es  una expresión política más. Por ello el texto remata diciendo:  Precisamente Anderson sitúa la política como clave analítica para la comprensión crítica del posmodernismo entendido como lógica cultural del capitalismo tardío, como mundo de las correlaciones de fuerzas, de movimientos, corrientes y contracorrientes . La tesis central en este esfuerzo es radicar la dimensión de la política como asunto de pensamiento y cultura, o dicho en palabras de Slavoj Zizek: “En las sociedades, lo político es el principio estructurador englobante, de modo que toda neutralización de algún contenido parcial como no-político es un gesto político por excelencia”.


La crisis, también abarca al discurso, a los factores políticos y teóricos englobantes y por su puesto a los actores políticos. Ahora más que nunca la política está en el centro.  No se expresa de igual forma, se deberán tener en cuenta las tecnologías de la información y el conocimiento, los nuevos actores y la fragilidad de un mundo líquido y permeable por naturaleza.  Necesario, salir del letargo.
Este es link del texto completo:


http://www.espaciocritico.com/?q=node/18









viernes, noviembre 11, 2011

LA SOCIEDAD DE CONSUMO


La crisis financiera inevitablemente ha puesto sobre la palestra temas paralelos frente al modelo de desarrollo que tenemos. Las crisis suelen producir cambios y obligan a un tipo de análisis que va mucho más de los efectos inmediatos que produce. El crecimiento económico está basado en el consumo y la demanda, en la expansión del mercado, en una entropía ilimitada y necesaria, para que el ciclo económico se cumpla. En los últimos años lo que denominamos sociedad de consumo, se ha convertido no solo en un paradigma, sino en una realidad que nos desborda. Pero que entendemos cuando hablamos de sociedad de consumo.
“La llamada sociedad de consumo, apareció como consecuencia de la producción en masa de bienes (activada por el taylorismo y el fordismo), que reveló que era más fácil fabricar los productos que venderlos, por lo que el esfuerzo empresarial se desplazó hacia su comercialización (publicidad, marketing, venta a plazos, etc.). Este modelo fundado en los llamados “felices veinte” se estiró, con un prolongado periodo de depresión económica, hasta que, en torno a 1970, se inició la que algunos llaman, Tercera Revolución Industrial, la revolución de la microelectrónica, del automatismo y de la informática, hecha posible gracias a los nuevos medios de comunicación, los robots y los ordenadores. Concretamente, fue partir de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando la producción cobró una gran importancia, contribuyendo a aumentar las necesidades; entre otras causas, porque las exigencias del propio desarrollo capitalista condujeron a una situación en la que la demanda del consumidor debía ser a la vez estimulada y orientada, en un mercado en constante expansión y transformación cualitativas internas, como consecuencia del cambio estructural del primitivo capitalismo de producción en el que podemos llamar neocapitalismo de consumo. “
Somos seres deseantes por naturaleza, influenciables y vulnerables, frente a las jerarquizaciones impuestas por el consumo. La adquisición de bienes ya no tiene que ver con la necesidad, sino con la moda y nunca como antes, el hombre ha estado tan inmerso en procesos de alienación tan extremos. Ana Carrasco Rosa, en un trabajo en la red, establecía:
Actualmente, destaca que los progresos de la abundancia tengan como contrapartida perjuicios cada vez más graves, los cuales son consecuencias del desarrollo industrial y del progreso técnico, por una parte, y de las mismas estructuras del consumo, por otra. Así aparece, tal y como señala Baudrillard (1974), la degradación del marco colectivo por las actividades económicas: ruido, contaminación del aire y del agua, destrucción de los parajes y trastorno de las zonas residenciales por la implantación de nuevas instalaciones (aeropuertos, autopistas, etc.); por lo que podemos afirmar que los daños culturales, debidos a los efectos técnicos y culturales de la racionalización y de la producción en masa, son incalculables.”
De otra parte, señalamos la gran vinculación existente entre la abundancia de las sociedades ricas y el derroche. Y es que, de algún modo, todas las sociedades derrochan, dilapidan, gastan y consumen siempre más allá de lo estrictamente necesario. En esencia somos una sociedad irresponsable, manipulada por los medios.
Marcuse, pronóstico este caos. Deberiamos leer de nuevo Eros y la civilización. sus tesis y analisis sobre el capitalismo, están más vigentes que nunca. Sus libros publicados hace más de treinta años, advirtieron sobre las imposturas de la sociedad pos-industrial. Sobra decir que, él hombre de hoy, como lo pronostico este filosofo, solo existe para los otros y obtiene su estatus y reconocimiento, a travéz del consumo que pueda tener. Denominamos a este fenómeno: Jerarquizaciones de la sociedad de consumo. La diferencia entre ser y tener: Erich Fromm.
El antiedipo de Deleuze y Guatari, tienen un análisis muy serio sobre el fenómeno. Esther Díaz los sintetiza magistralmente en lo que nos concierne: El deseo es entonces una producción social. La producción deseante se organiza mediante un juego de represiones y permisiones. Tal juego carga energía libidinal en la sociedad. La matriz de toda carga de energía libidinal social es el delirio. Delirio, aquí, no se entiende como categoría psicológica individual, sino como categoría histórico social. El delirio se desplaza entre dos polos, uno tiende a homogeneizar el deseo de las grandes poblaciones desde los centros de poder y el otro trata de huir de esa masificación deseante codificada, siguiendo alguna posible línea de fuga del deseo (molecular). El delirio es el movimiento de los flujos del deseo. Puede ser paranoico, esquizofrénico o perverso. Pero tampoco estas categorías refieren a entidades psicológicas individuales, ni tienen connotación de “enfermedad” (por lo menos, no de enfermedad subjetiva), se trata de distintas modalidades del deseo que se manifiestan en lo social. Que el deseo es codificado por el poder, significa que quienes ejercen un poder buscan “interpretar” el deseo de aquellos sobre los que ejercen hegemonía. Es decir, darle una representación para que se haga consciente. De manera tal que al codificar el deseo se torne manejable. Se torne también previsible y “despotencido” para los cambios. Es de gran utilidad para quienes ejercen densamente poder, que las personas se apeguen a ciertas representaciones del deseo. Es en función de esas representaciones, que es efectivo el márketin. La sociedad, en cambio, es la codificación de los flujos del deseo. Las sociedades se distinguen unas de otras por los distintos códigos impuestos a su capacidad deseante. El flujo del deseo, en tanto pura intensidad libidinal productiva, es el límite del territorio del socius. Es como el océano que rodea una isla. La sociedad capitalista es la isla del deseo. Todo está codificado para ser consumido. Es como un enorme maquina de tritura, de devorar y asimilar deseo.
La situación caótica de la economía está imponiendo restricciones a la sociedad deseante que engendró, ahora reprime al ciudadano de a pie, lo castra, cuando su punto de alienación está en su máximo punto de ebullición. Pero nadie ha dicho hacia donde debe ir la sociedad, cuales son los cambios frente al fenómeno que vivimos, para no citar la crisis ambiental, que es otro tema paralelo, frente al tema de la crisis.

El último premio anagrama de ensayo, es un analisis muy serio sobre sociedad de consumo y las relacioones afectivas. " El consumo tiene mucho que ver con el asunto de la afectividad y de la subjetividad, es decir, que no podemos hablar sólo de los productos y las modas, por un lado, y de los seres humanos, por otro, sino que son dos elementos muy vinculados". "El espacio que trato de delimitar con '¿¿O$' es el mercado afectivo, es decir, las relaciones e implicaciones que se producen entre el amor y el capitalismo", A esta conclusión ha llegado el profesor y escritor español Eloy Fernández Porta (Barcelona, 1974), luego de diez años de estudiar el fenómeno de la sociedad de consumo, que ha plasmado en sus libros de ensayos 'Afterpop', 'Homo sampler' y '¿¿O$', con el que ganó el Premio Anagrama de Ensayo 2010.



Esto quiere decir, que algunos temas que parecian descontados vuelven a tener una importancia inusitada. El consumo, paralelo al modelo económico es uno de ellos. Como se resolverá. Está es la gran pregunta, frente a un mundo que ha sustentado el modelo de desarrollo, en el consumo irresponsble. Amanecerá y veremos.