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lunes, abril 28, 2008

UNA PROPUESTA IMPROCEDENTE


La revista Semana ha propuesto un perdón y olvido para los congresistas investigados por la parapolítica a cambio de su muerte política, el adelanto de la elecciones que incluya un acuerdo sobre el delicado tema de la reelección del presidente de la república. El articulo establece que de esta forma “no cambiaría necesariamente la integración del Congreso, pero sí su legitimidad “Adelante señala puntualmente: “El adelanto de las elecciones debería ir acompañado de una medida muy controvertida pero necesaria para que la fórmula tenga viabilidad: la conmutación de la pena de cárcel de los congresistas por la de muerte política. En otras palabras, podrían recuperar la libertad, pero nunca podrían ser candidatos para cargos de elección popular u ocupar cargo público alguno. La conmutación de la pena no es una ley de punto final, pues los procesos judiciales siguen su curso y desembocan en absoluciones o condenas. Y en el caso de estas últimas, estarían acompañadas de la sanción social.” Como se haría: “La manera de darle legitimidad al adelanto de las elecciones y la conmutación de las penas sería un referendo. Este instrumento se creó para volver realidad constitucional iniciativas populares que cuenten con un apoyo masivo. Los siete millones y medio de votos que se requieren, aunque muy difíciles de obtener, en este caso se lograrían si el contenido es percibido como una fórmula para acabar con la crisis de la para-política y renovar el Congreso. Algunos constitucionalistas consideran que una alternativa sería una consulta popular, que por definición es una consulta que el Presidente le hace al pueblo. Esta es más fácil de poner en marcha, pues sólo requiere la firma de todos los ministros y el concepto favorable del Senado. Además no requiere un número de votos específico. Sin embargo, como sólo el Jefe del Estado puede poner este instrumento en marcha, mientras no esté comprometido será más probable el referendo.” La propuesta parece no reconocer que es la institucionalidad a través de la Corte, la que ha develado la caótica situación de la mayoría de parlamentarios y que lo prudente es esperar que los resultados de estas investigaciones se produzcan sin cortapisas Constitucionales de facto. De igual manera que el congreso deberá producir las reformas, que le permitan recuperar su credibilidad y el gobierno debe asumir total transparencia en este galimatías. Otra salida diferente, desconoce la institucionalidad y no sería bueno para el país. Acaso no es la justicia la que nos ha traído hasta este lugar. No será mejor esperar que las crisis continúen su curso normal. La ley de justicia y paz es preciso que vuelva por su cauce y los procesos de reinserción generen los contrapesos necesarios con la victimas. No es fácil, pero no es con reformas de facto que superaremos la crisis. Desafortunadamente Colombia es experta en asumir que la calentura está en las sabanas. Amanecerá y veremos.