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lunes, octubre 28, 2019

COLOMBIA CONFIRMA UNA TRANSICIÓN POLÍTICA



Ayer fueron las elecciones para gobernaciones, alcaldías, concejo y asambleas en Colombia. Pese a que el abstencionismo fue mucho, el país vivió una renovación gracias a la participación de un electorado joven sustentado en el voto de opinión, por fuera de cualquier maquinaria, en un enfrentamiento total a las fuerzas tradicionales, hecho que produjo un cambio en el espectro político general.
Los grandes perdedores: Las encuestas; el partido del centro democrático, es el partido de gobierno; Cambio Radical, pese al triunfo en el Atlántico y el partido conservador. El liberalismo fue muy hábil, sus coaliciones le permitieron sobrevivir al sismo que sufrieron los partidos tradicionales con cierta dignidad.
La sorpresa la dieron Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Manizales, Montería y Cali, están en la línea de la renovación, sus campañas de manera frentera se opusieron a las fuerzas tradicionales que hasta la fecha habían manejado el poder, a la manera de hacer política, evitaron la polarización; el triunfo de los candidatos significó un cambio total, realmente hay una renovación.
La responsabilidad de los candidatos elegidos es gigante, una mayoría apolítica puso todas las esperanzas en estos nuevos mandatarios, un fracaso en su gestión sería garrafal, recuerden que, a una visión futurista del país en total oposición a la corrupción y por supuesto a las maquinarias, se le apuesta a volver a tener fe en el sistema en general.
El gobierno debe sentir que no está bien frente a la opinión en general, estos resultados son una muestra flagrante. El presidente después de estos comicios, puede manejar el poder en bien de los colombianos sin dejarse presionar por su partido, el que realmente en muchos temas no le ha dejado gobernar. Siempre espero que al ejecutivo le vaya bien, hasta la fecha, en materia legislativa las cosas no le han salido, el manejo del orden público no ha sido el mejor, las bandas criminales continúan teniendo mucho poder, la batalla hasta ahora pareciera perdida; igualmente no ha podido evitar el asesinato de líderes sociales y desmovilizados.
Es un hecho, estas elecciones nos permiten tener la ilusión que el país está cambiando. La democracia se consolidó y la registraduría civil fue muy responsable. Los grandes temas siguen vigentes. la crisis económica está ahí, si no se toman decisiones rápidas, el fenómeno Chile está muy cerca de darse en nuestro país; hay crisis en la salud; en la educación; pensional y como si fuera poco, el dinero no les alcanza a los colombianos, el salario mínimo sube un 6 % y en la mayoría de insumos básicos de la familia, los precios están disparados.
cuáles serán los efectos prácticos  de cambio para los ciudadanos de a pie, solo sabremos con el tiempo. Ya existe otra manera de hacer política, eso está descontado y es un gran avance.
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viernes, octubre 25, 2019

EL CASO EMBLEMATICO DE AIDA MERLANO A PROPOSITO DE LAS ELECCIONES EN COLOMBIA



En estas elecciones, la corrupción es el tema principal de los candidatos a gobernaciones, alcaldía, concejos y asamblea, lo real, de acuerdo a las denuncias es otra y la política que es el eje, parece no cambiar en este país atribulado de violencia y malas prácticas. Pensar en Aida Merlano sea hace necesario para entender la manera en que hacemos proselitismo.
La biografía política de esta senadora de provincia trasluce al país en toda su perversidad, a la clase política esencialmente y a un periodismo mediático, que se acostumbró a escándalos, hay muy poco contexto para cierto tipo de noticias, al final, no informan, des-informan.
Aida Merlano es una víctima de una clase política corrupta que ha manejado la ciudad de Barranquilla desde hace más de 20 años, eso no quiere decir que esté exenta de responsabilidades. Los que hemos vivido en la costa sabemos cómo se hace la política (El interior maneja otras prácticas igual de corruptas). El control de la clientela, del elector es absoluto, me refiero a la mayoría electoral decisoria, de acuerdo a unas prácticas complejas y funcionales. Las campañas amarran el voto con muchos meses de anterioridad, existe un organigrama perfecto que se encarga de esta tarea, son especialistas, conocen los barrios y se encargan al detalle, sosteniendo la clientela en sus puestos, generando una escala perfecta que depende de la cabeza. El día de las elecciones, controlan todo: El transporte, la comida, amarres, llámese puestos, dinero, ladrillos, cemento…en fin. La ciudad está inmersa en relaciones de poder de este tipo, manejada por líderes ancestrales, quienes saben cómo es la cosa, realmente la ciudadanía poco cuestiona esta realidad, hace parte del folclor, con la diferencia de una juventud preparada, en ciernes, dispuesta a forjar el cambio y que lucha contra estas costumbres delictivas.
Aida creció en medio de gamonales en un barrio popular. Ser líder era escalar desde abajo, primero el liderazgo barrial hasta llegar a los órganos del poder nacional, en cada barrio hay jefes, representantes de los gamonales; siendo joven, conoció estas prácticas, que nadie cuestiona, simplemente fueron su realidad. Ella hizo lo pertinente, con mucho juicio y esfuerzo: Primero fue la líder de la cuadra, después del barrio y más tarde de la zona y la ciudad. Estudió hasta graduarse, nadie le regalo nada, aprendió a liderar proyectos comunitarios, se hizo concejal, diputada y, por último, llego al congreso. Realmente ayudo a mucha gente, como se hace en una ciudad clientelista, casi todas lo son en Colombia, con puestos, consiguiendo cemento, ladrillos, rogando por becas, siempre de la mano de una de la familia fuerte, en Barranquilla para el caso de Aida, los Gerlein, quienes al final son los que dan la plata, patrocinan la clientela, se encargan absolutamente que todo funcione, son verdaderas empresas electorales, siempre hablan desde el poder, Todo lo arreglan con una llamada, llevan más de treinta años de experiencia en estas lides.
A la senadora le tendieron una trampa. Nadie la está exculpando por lo que hizo, pero es el pan de cada día en la región. Estamos a tres días de elecciones y esta realidad siga tal y cual como está descrita.  Lo que está pasando en Cartagena es típico. Este país, que es hipócrita, se asombró de lo que vio en la casa de campaña de Aida, es lo corriente, las circunstancias se repiten y de pronto el país la convirtió en chivo expiatorio, los señores Gerlein de hecho, siguen campantes.



lunes, octubre 21, 2019

ESTUDIOS SOBRE LA CORRUPCION


Los problemas graves que tiene la democracia hoy en el mundo parten, sobre todo, de dos fenómenos puntuales: La corrupción y el populismo. Esta semana apareció un texto escrito por Paul Preston sobre la corrupción en España.
En el portal de “Letras libres” el periodista Rafael Rojas, habló de otros textos publicados alrededor del tema: “En los últimos años se han publicado historias de la corrupción en diversas naciones del mundo. Alfonso W. Quiroz escribió una para el Perú y Jaume Muñoz Jofre otra para España. El ensayista italiano, Carlo Alberto Brioschi, en cambio, se propuso algo más ambicioso: una historia universal de la corrupción, antecedida o complementada por una historia de la reticencia del pensamiento moderno a recapitular la corrupción en Occidente”.
Paul Preston es un escritor Británico, el texto “se abre con el continuado fraude electoral de la Restauración, con dos partidos —liberales y conservadores— que se turnaban en el poder desde el que repartían prebendas y monopolios (el liberal Práxedes Mateo Sagasta dormía a veces en un hotel para evitar las colas de demandantes de empleo que se formaban ante su casa), y concluye con las tarjetas black de Bankia, los papeles de Bárcenas, los chanchullos de Iñaki Urdangarin, los ERE socialistas en Andalucía o las comisiones pagadas a la familia Pujol por adjudicaciones de la Generalitat. Un árbol genealógico vigoroso y bien enraizado. Como si la corrupción, por más que la sociedad se haya democratizado, fuese capaz de sobrevivir a cualquier régimen y casi cualquier ideología. Aunque tampoco en esto hay que sentirse diferentes”.
Latinoamérica vive su peor momento en esta materia. Lo sucedido con la multinacional brasileña Odebrecht, el gigante de la construcción que protagonizó el mayor escándalo de sobornos de América, pagó 200 millones de dólares (172 millones de euros) en comisiones ilegales a políticos, funcionarios, empresarios y presuntos testaferros de ocho países de Latinoamérica a través de la Banca Privada d´Andorra (BPA), según informes confidenciales de la Policía de este Principado.  Pese a la magnitud, este evento es la confirmación de una infinita costumbre que no asombra a nadie y que pese a venir desde nuestra independencia, hace parte del ADN de la clase política y dirigentes nuestros,  hemos padecido este mal sin poder hacer nada. El caso es que, en los últimos años se salió de sus justas proporciones.
Nadie quiere aguantar más esta maldita costumbre. Existen en la mayoría de países sendos proyectos legislativos para blindar el patrimonio público y para ponerle freno a los corruptos. Los estudios publicados nos ayudan a entender la gravedad del fenómeno y como ha fracturado la sociedad en general, que ve esta práctica como normal, éticamente pulveriza el ser moral, nuestros políticos siempre terminan muy ricos, con fortunas que nunca podrían justificar.
La academia también ha hecho su tarea, con conversatorios, congresos y publicaciones al respecto. La pregunta es cómo comprometemos a la sociedad en general al cambio. Debe ser la tarea de todos. 




sábado, octubre 12, 2019

EL POPULISMO


Sábado, octubre 12, 2019

El populismo en el mundo se ha convertido en un tema mayor, nunca antes habían existido tantos gobiernos de este tipo y en Latinoamérica parece viral, por ello es pertinente indagar seriamente sobre el mismo y evitar tantos comentarios sin sustento alrededor del tema. Qué es el populismo, tratare de indagar el concepto. Gildardo Antonio Romero en un trabajo académico expresa: Para argumentar y demostrar “la presencia y expansión de  populismo en Latinoamérica”, muchos investigadores han configurado y reconfigurado diferentes habeas teóricos; así, el populismo soporta variadas definiciones: ideología, régimen político, forma de gobierno, conjunto de prácticas políticas, proyecto anticapitalista, tipo de liderazgo carismático y manipulador, estrategia política, estilo de gobierno, discurso demagógico, política intervencionista y asistencialista, política social con fundamento en la redistribución del ingreso, política neoliberal mediática, forma de democracia directa, mecanismo antidemocrático, movilización política desorganizada, movimiento social, régimen autoritario legitimado por el pueblo, entre otros. (Cf. Hugo Celso Mansilla, 2009; Flavia Freidenberg, 2007; Mackinnon y Petrone, 1998; Kurt Weyland, 2004)”[1].

En Latinoamérica el populismo hace referencia a gobiernos de izquierda o de centro, en principio con mucho carisma popular, fueron los casos de, Perón, Velazco, Cardenas o líderes que, sin llegar al gobierno, acopiaron este perfil, algunos fueron asesinados, Jorge Eliécer Gaitán en Colombia es un ejemplo típico de. Son líderes con ideas radicales frente al sistema existente, propugnaban siempre por el cambio, buscan, además, la igualdad y la equidad. El populismo a partir de la revolución en México en 1910 se convierte en una opción real de poder, a partir del año 30 del siglo pasado se inicia el proceso de modernización de los países latinoamericanos, llamados países en vía de desarrollo por algunos sociólogos, emergentes para los economistas, se produce además un fortalecimiento de las instituciones, aparecen los organismos de control en varios países, los primeros intentos de reforma agraria, se legalizan los sindicatos sobre todo en gobiernos liberales, la izquierda se organiza como partido y empieza a consolidarse una clase media, esa sociedad urbana fuerte, preparada, consciente políticamente y por lo tanto comprometida.

Lo primero que debemos hacer frente al populismo de hoy es “indagar su dinámica y el contexto que explica, aceptando mecánicamente significados y lógicas teóricas impuestas por discursos hegemónicos; en aras de una epistemología latinoamericana, insta a tomar distancia de lógicas dominantes y reconstruir el conocimiento, pensando más allá de límites disciplinarios o metodológicos”. “El porqué del estiramiento conceptual del populismo se explica por la lógica de uso”.

Hay un populismo histórico que se consolida a partir de la terminación de la segunda guerra mundial (desde una nueva clase, el desarrollo de las grandes ciudades industriales, la diversificación de las ideas de izquierda), que fracasa como opción de poder, o termina en la semilla de una violencia desmedida, como pasó en Colombia con el asesinato de Gaitán, de mucha importancia histórica, por los sucesos que genera, a partir del mismo se multiplica la violencia, se puede decir que aún padecemos sus consecuencias.

Fueron tres los momentos de este populismo histórico en Latinoamérica: El de 1930, el populismo de los 60 y el populismo de los 80 con la crisis de Argentina y Brasil, hablamos de Menen en el primero y los regímenes militares del desarrollismo en el segundo. El último exponente, Fujimori en el Perú.

Desde este contexto, el populismo de los 40 y 50, nada tiene que ver con las últimas expresiones de los 80 y 90. Si se miran bien el caudillismo y populismo entre los años 40 y 60  dio lugar a afirmar beneficios y significativos logros de aquellos regímenes, “tales como la participación, la construcción de identidades populares, la conformación del pueblo, la participación política popular, la vía de fortalecimiento de la democracia y una guía social, política y económica de un nuevo proyecto de sociedad Menos con los gobiernos y partidos populista de las dos últimas décadas”.

Gildardo Bueno Romero, quien escribió el ensayo que he tomado como base al presente artículo remata: “En la década del 2000 surgió el creciente interés por redefinir el concepto de populismo, a propósito de Hugo Chávez en Venezuela, Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador; debate que se reafirma al analizar las propuestas políticas y económicas de estos gobiernos, y su proximidad a los modelos históricos llamados populistas por su discurso, por la defensa de la soberanía nacional, por las nacionalizaciones propuestas, por su orientación izquierdista y oposición a la política neoliberal”.

El concepto de populismo pertinente a los sucesos que agobian a la política latinoamericana (Venezuela, Nicaragua, Bolivia) para hablar de los más emblemáticos, se ajusta “A lo que Para de la Torre, es un estilo político basado en un discurso maniqueo que presenta la lucha del pueblo contra la oligarquía como una lucha moral y ética entre el bien y el mal, la redención y la ruina; el líder es socialmente construido como el símbolo de la redención, mientras que sus enemigos encarnan todos los problemas de la nación”.

Pero no es sólo el artificio de los gobiernos sino de ciertos partidos con mucho arraigo y una opción de poder real. Este tipo de populismo, con gran ayuda de las TIC y las redes sociales, híbrido entre tecnología y el poder avasallador de las comunicaciones, sirve para que se monten mentiras y conceptos maniqueos, basados casi siempre en el miedo, los que sustentan propuestas sin arraigo real para perpetuar a muchos hombres en el poder (Venezuela, Bolivia y Nicaragua), los que han llegado muchas veces al poder mediante democráticas, después con reformas, terminan perpetuándose en el mismo, siempre bajo plataformas populistas.

Hay un concepto que es más coherente con esta realidad que vivimos: “Para Weyland, el populismo es una estrategia política que logra la movilización social, que el gobernante utiliza como sustento político y de legitimación de su poder; el populismo deviene de un gobernante o individuo —personalista, carismático—y no de un grupo u organización, y emerge cuando estos líderes basan su gobierno en estrategias de manipulación de masas”.

Por eso los teóricos hablan de un populismo de matriz ideológica. Diría de carácter moral, entre buenos y malos. Es un hecho que vivimos en el ápice de las propuestas y gobiernos populistas. Argentina se debate para las próximas elecciones en este tipo de opciones. Brasil tiene un gobierno populista, Pero está al borde de que el fujimorismo vuelva al poder, para no hablar de Venezuela, Bolivia y Nicaragua que son caso aparte. En Colombia, se definen dos momentos: El de Jorge Eliecer Gaitán y Rojas Pinilla y “El segundo momento, en el siglo xxi, con los periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez 2002-2006 y 2006-2010”. Ahora que estamos en elecciones municipales, departamentales, de asamblea y consejo, se hace imperioso tener en claro todos estos conceptos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 









[1] El populismo como concepto en América Latina y en Colombia.