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lunes, octubre 21, 2019

ESTUDIOS SOBRE LA CORRUPCION


Los problemas graves que tiene la democracia hoy en el mundo parten, sobre todo, de dos fenómenos puntuales: La corrupción y el populismo. Esta semana apareció un texto escrito por Paul Preston sobre la corrupción en España.
En el portal de “Letras libres” el periodista Rafael Rojas, habló de otros textos publicados alrededor del tema: “En los últimos años se han publicado historias de la corrupción en diversas naciones del mundo. Alfonso W. Quiroz escribió una para el Perú y Jaume Muñoz Jofre otra para España. El ensayista italiano, Carlo Alberto Brioschi, en cambio, se propuso algo más ambicioso: una historia universal de la corrupción, antecedida o complementada por una historia de la reticencia del pensamiento moderno a recapitular la corrupción en Occidente”.
Paul Preston es un escritor Británico, el texto “se abre con el continuado fraude electoral de la Restauración, con dos partidos —liberales y conservadores— que se turnaban en el poder desde el que repartían prebendas y monopolios (el liberal Práxedes Mateo Sagasta dormía a veces en un hotel para evitar las colas de demandantes de empleo que se formaban ante su casa), y concluye con las tarjetas black de Bankia, los papeles de Bárcenas, los chanchullos de Iñaki Urdangarin, los ERE socialistas en Andalucía o las comisiones pagadas a la familia Pujol por adjudicaciones de la Generalitat. Un árbol genealógico vigoroso y bien enraizado. Como si la corrupción, por más que la sociedad se haya democratizado, fuese capaz de sobrevivir a cualquier régimen y casi cualquier ideología. Aunque tampoco en esto hay que sentirse diferentes”.
Latinoamérica vive su peor momento en esta materia. Lo sucedido con la multinacional brasileña Odebrecht, el gigante de la construcción que protagonizó el mayor escándalo de sobornos de América, pagó 200 millones de dólares (172 millones de euros) en comisiones ilegales a políticos, funcionarios, empresarios y presuntos testaferros de ocho países de Latinoamérica a través de la Banca Privada d´Andorra (BPA), según informes confidenciales de la Policía de este Principado.  Pese a la magnitud, este evento es la confirmación de una infinita costumbre que no asombra a nadie y que pese a venir desde nuestra independencia, hace parte del ADN de la clase política y dirigentes nuestros,  hemos padecido este mal sin poder hacer nada. El caso es que, en los últimos años se salió de sus justas proporciones.
Nadie quiere aguantar más esta maldita costumbre. Existen en la mayoría de países sendos proyectos legislativos para blindar el patrimonio público y para ponerle freno a los corruptos. Los estudios publicados nos ayudan a entender la gravedad del fenómeno y como ha fracturado la sociedad en general, que ve esta práctica como normal, éticamente pulveriza el ser moral, nuestros políticos siempre terminan muy ricos, con fortunas que nunca podrían justificar.
La academia también ha hecho su tarea, con conversatorios, congresos y publicaciones al respecto. La pregunta es cómo comprometemos a la sociedad en general al cambio. Debe ser la tarea de todos.