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lunes, diciembre 13, 2021

SEXUALIDAD GENERO Y ROLES SIMBOLICOS

 A mi amigo Omar Mejía

Desde el año 60 se han sentado posiciones muy controversiales sobre el sexo, el género y algunos  conceptos alternativos que constituyen un universo que estamos lejos de abarcar.  Foucault estableció la idea que, cada individuo posee una sexualidad, idea que entre otras cosas, es muy reciente. Una cosa es el concepto biológico que determina los sexos y otra son los conceptos de genero que producen identidades que no siempre coinciden con los conceptos biológicos desde la perspectiva de los roles, en la forma en que los hemos visto tradicionalmente. Butler establece que “tanto el género como el sexo, la heterosexualidad como la homosexualidad, son efecto y resultado de la producción de una red de dispositivos de saber/poder que se explicitan en las concepciones esencialistas, imperantes actualmente, del género y la diferencia sexual. Se plantean las posiciones de la teoría de la performatividad de género encaminadas a deconstruir las categorías sobre las que se funda el discurso de la normalidad y su concomitante discurso sobre la moralidad, para llevar los debates sobre la sexualidad al terreno de la diversidad”. En este sentido. En un articulo esencial que trata de explicitar la performatividad (Perona) sintetiza muy bien este concepto en los términos de Bluter:   parece guiada por el intento de responder a la pregunta kantiana sobre qué es el hombre, pero actualizada y reconvertida en la pregunta más inclusiva sobre qué es un ser humano en tanto que cuerpo sexuado, generizado. Su muy conocida respuesta disolvió cualquier resquicio imaginable de esencialismo al sostener que todos los rasgos de identidad humana son fruto de una construcción social y discursiva, lo cual incluye al sexo y no sólo al género”.  El discurso en su intensa concomitancia con el poder/saber en cuanto al cuerpo/sexuado y al género, predetermina ciertos roles, los cuales no son estables y de hecho hay resistencias que establecen nuevas alternativas muy por encima de la condición sexual desde la óptica biológica.

Esto quiere decir que la identidad del genero es construida y busca de alguna manera niveles de aceptación, en términos Hegelianos reconocimiento. El deseo que nace del inconsciente juega un papel vital, pues muchas veces se resiste a los roles asignados previamente, los cuales se pueden modificar a través del lenguaje Y con actitudes prácticas desde la individualidad, tomar posición. La construcción de simbolismos diferenciadores es factor preponderante en el marco de la constitución de grupos de identidad por fuera de las asignaciones hegemónicas, sexualidades no normativas.

Esto que ha dado a marcos teóricos extensos, profusos y rigurosos, que tiene en el mundo resistencias que han conseguido aceptación desde la norma y protección, trasciende incluso el ámbito de la permisibilidad y en ocasiones constituyen discursos hegemónicos que desconocen el derecho a los demás en el marco de los roles tradicionales.

Ahora, en este punto un gran amigo, Omar Mejía se preguntó, por encima de estas trasformaciones producto de un constructivismo lingüístico y las alternativas de género, existen comportamientos que nada tienen que ver con estas alternativas y reconocimientos performativos, son como tendencias. Por ejemplo, la de muchos adolescentes de vestir como mujeres sin ninguna identidad de género, por fuera de estos giros, como modas. Pregunta mi amigo, cuales la razón cultural, antropológica o sociológica. La sociedad construye sus propios giros simbólicos.

Fue claro por mucho tiempo que “ciertos roles se pueden describir como las actitudes y los comportamientos que se esperan de los hombres y las mujeres en la sociedad, roles que han cambiado de acuerdo a la época y que hoy en una tendencia de igualdad, han perdido el canon rígido sobre el cual fueron definidos.  Era difícil en los años 30 del siglo pasado encontrar una mujer vestida de pantalón. Los roles estaban establecidos de acuerdo a ciertas reglas sociales en apariencia inmodificables. Esto fue cambiando sustancialmente y hoy no hay reglas al respecto.

Algunos definen la identidad de género cómo te sientes en tu interior y cómo expresas tu género a través de tu manera de vestir, de comportarte y de tu apariencia personal. Omar Mejía mi amigo y contertulio, categoriza: Muchos adolescentes visten como niñas sin tener que ver algo con la identidad de género. Esto del todo no es cierto, casi siempre se individualizan la resistencia a un rol predeterminado con la forma de vestir y desear.

Una gran modelo argentina estableció alguna vez que la vestimenta habla mucho de la personalidad de una persona, hace parte ineludible de su identidad.  Nos expresamos desde nuestra forma de vestir. Está claro que el cuerpo mismo fue usado como un elemento para remarcar las diferencias de género en una época, ahora hay resistencias a esas imposiciones. Sin embargo, aquí en esta oportunidad presento un abordaje sociológico acerca de ciertos aspectos teóricos referidos al papel histórico que ha tenido, y tiene aún, la indumentaria en el proceso de naturalización de las identidades de género binarias (femeninas o masculinas). Existen practicas sociales, procesos de identidad, de acuerdo a roles o resistencias a los mismos.

Es imposible separar el vestir de una actitud, de la toma de posición, o por acuerdo a unos roles o resistencia a los mismos. Laura Zambrini expresa en una tesis: “la relación entre el cuerpo y el vestir es a la vez una práctica corporal contextuada. Esta práctica alude a las formas concretas en que se presentan los cuerpos de acuerdo a las construcciones culturales que producen a las identidades como socialmente inteligibles”.  Cuando un muchacho (como las actrices francesas en 1920, que se pusieron el pantalón largo y se cortaron el pelo como una manera de buscar igualdad de género) decide vestirse como mujer, asume una actitud de resistencia a roles predeterminados, bien sea en el ámbito social o familiar. Constituye un proceso de individualización desde la diferencia. Después puede devenir en identidades más amplias, en movimientos de resistencia o toma de posición.