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martes, enero 12, 2021

LA LOCURA DE TRUMP

 


El presidente Trump de hecho nunca ha leído “La democracia En América”, de Tocqueville, es el deslumbramiento de un francés ante la democracia del pueblo americano recién independizado de los ingleses, este país fue modelo en todo el mundo para el estado moderno, signo de igualdad, libertad y soberanía, desde la ley y la independencia de poderes. Los americanos se han constituido en los guardianes de la democracia desde ese entonces, hasta el punto de quererla imponer a sangre y fuego.

Kissinger en un texto llamado “Diplomacia” escribía, “Casi como por efecto de alguna ley natural, en cada siglo parece surgir un país con el poderío, la voluntad y el ímpetu intelectual y moral necesarios para modificar, según sus propios valores, todo el sistema internacional. En el siglo XVII, Francia, encabezada por el cardenal Richelieu, dio un enfoque moderno a las relaciones internacionales, basado en la nación-Estado y motivado por intereses nacionales como su propósito supremo. En el siglo XVIII, Gran Bretaña introdujo el concepto de equilibrio del poder, que dominó la diplomacia europea durante los siguientes doscientos años. En el siglo XIX, la Austria de Metternich reconstruyó el Concierto de Europa, y la Alemania de Bismarck lo desmanteló, convirtiendo la diplomacia europea en un frío juego de política del poder. En el siglo XX, ningún país ha influido tan decisivamente, y al mismo tiempo con tanta ambivalencia, en las relaciones internacionales como los Estados Unidos. Ninguna sociedad ha insistido con mayor firmeza en lo inadmisible de la intervención en los asuntos internos de otros Estados, ni ha afirmado más apasionadamente que sus propios valores tenían aplicación universal. Ninguna nación ha sido más pragmática en la conducción cotidiana de su diplomacia, ni más ideológica en la búsqueda de sus convicciones morales históricas”[1].

El espectáculo visto por la humanidad en el capitolio americano la semana pasada, una horda de fanáticos intentando dar un golpe de estado, tomándose la casa blanca, nos dejó anonadados, se supone que es el sitio más resguardado del mundo, el templo de la democracia. La política hoy, manejada desde las redes, donde lo común es la poca profundidad en las discusiones, pensamiento horizontal, ausencia de sindéresis, está lleno de fundamentalismo y polarización. Allí funge el racismo, la xenofobia. La democracia liberal está en peligro, la rondan colectivos y sectores de derecha cercanos al fascismo que creíamos superado. Los partidos políticos, han dejado de cumplir su papel, como colectivos están viciados de los mismos males que dicen y pretenden acabar. La corrupción el peor de ellos. Cómo Putin en Rusia lleva 20 años en el poder y los peor, el pueblo parece estar conforme con una dictadura camuflada de democracia. Países como Hungría, Italia, Austria, Brasil, Estados Unidos, Turquía, tienen hoy gobiernos de derecha, xenófobos por naturaleza y con políticas contra la emigración, con apoyo de grupos neonazis.

La crisis de la democracia develó todas las debilidades en el gobierno de TRUMP, significó un retroceso sin precedentes. Existen colectivos que saben y son conscientes del alcance de sus posiciones, son una comunidad que está lejos de ser ignorante, luego actúan desde ideologías que pretendíamos superadas. Tienen mucha fuerza y vigencia, arraigo.  La crisis no viene de ahora, es un hecho que aún perduran grupos neonazis, racistas, convencidos en la superioridad del hombre blanco y el destino manifiesto, con mucha fuerza.

Hay análisis que preconizaron tales sucesos, el racismo americano está lejos de ser superado: “Con la presidencia de Bush se comienza a preparar de nuevo este asalto al poder sobre el mundo entero. Surge entre los llamados halcones, muy estrechamente vinculados con el American Enterprise Institute (la central de las empresas multinacionales estadounidenses), a quienes se junta el actual presidente Bush, que es algo así como su muñeca. Celebraban el "New American Century" (el nuevo siglo americano, donde americano no se refiere a América, sino modestamente a los EE. UU.). De hecho, se trata, después de la Alemania nazi, del segundo gran intento del asalto al mundo. Solo que éste no es un intento ilusorio, como el nazi, puesto que se basa en un poder militar superior al del conjunto de todos los países del mundo. O sea, existe un poder militar mundial, falta entonces un nuevo poder económico y financiero mundial que lo sustente”[2]. Cómo para alquilar balcón.  La política, el eje desde donde se piensa la estructura del estado y la gobernanza, la relación entre gobernantes y el ciudadano de a pie, juega un papel de suma importancia en el proceso de defensa de la democracia liberal. La política ahora se hace desde las redes sociales, con un ciudadano que no tiene tiempo para leer, que conoce por lo tanto desde sensibilidades que están lejos de las esferas intelectuales, del liderazgo canónico de otros tiempos. Esto quiere decir que somos muy vulnerables y podemos ser manipulados fácilmente, como realmente sucede en estos tiempos de revolución tecnológica.




 

 

 




domingo, enero 03, 2021

COSAS EXTRAÑAS EN UNA EPOCA EXCEPCIONAL

 

Este año que pasó fue muy extraño. En mi país, la violencia nunca mermo y paralelo a las vicisitudes que nos deja el virus, aislamiento, incertidumbre, una tensión tenaz frente a una enfermedad letal, la violencia siguió siendo el pan de cada día, los asesinatos de líderes sociales, las masacres y la lucha de las bandas criminales por las rutas del narcotráfico no cesaron.

Vivimos acontecimientos inimaginables. Un loco en la presidencia de los Estados Unidos, la primera potencia del mundo, xenófobo, racista, todos los días se inventaba una guerra y sin tregua irrespeto todos los tratados multilaterales con sus amigos y enemigos, declaró el imperio como única verdad. El mundo, nunca antes demostró tanta fragilidad, la geopolítica debe aprender aún muchas lecciones y siempre estaremos expuestos a locos como el señor Trump.

Un virus y este extraño personaje americano demostraron cuan vulnerables somos. Este año lo iniciamos con miedo por su puesto, con la sensación de no tener el control, no hemos vencido a un enemigo muy grande, hablo del COVID, sabiendo que al final saldremos adelante, lo que desconocemos es el costo. La humanidad, unida por gracia de una extraña bacteria, se impondrá.

Muchas cosas cambiarán de hecho, reconocimos por fuerza de lo que nos pasa, que el desarrollo sostenible y nuestra relación con el planeta debe cambiar. Somos parte del planeta, no los dueños del mismo.

La política paradójicamente con sus hechos tozudos no deja de darnos lecciones, volvimos a situaciones que pensamos solo eran cosa del pasado. Los nacionalismos, la derecha llena de racismo y proteccionismo. Políticas anti-migración que rayan en la xenofobia. Nunca antes la democracia liberal estuvo tan en peligro, la crisis de los partidos en el mundo, la ausencia de colectivos y la falta de coherencia (prevalece en casi todo el mundo Rusia, por ejemplo, se siente bien manejada por un dictador como Putin) generan una reflexión sobre lo que debemos hacer para prevenir la imposición de ideologías y personajes que creíamos superadas. La disyuntiva de la humanidad es la misma: en un análisis de la obra de Conrad la encontré: “El hombre enfrentado a la disyuntiva de la eterna elección entre el bien y el mal.

El COVI produjo la peor crisis social, económica del mundo. Desprovistos de las herramientas clásicas, quedamos expuestos a una crisis inimaginable. Latinoamérica no solo recibió los embates de la caída del precio del petróleo, de una fase inercial de sus exportaciones, la caída de los commodities, acompañadas de decisiones tardía de sus gobiernos frente a la crisis que terminaron por agravarla, sino que revelo sus peores males, la corrupción entre toros.

De antemano sabemos que este año, el 2021 será impredecible. Que las relaciones con el planeta tendrán que cambiar y que aun presenciaremos muchas sorpresas en materia política. La comunidad científica asume un rol que nunca imaginó y está claro que cuando habla, sus conocimientos deben tenerse en cuenta, no podemos dejar el futuro del planeta en manos de los políticos, no hay tregua para ello, esto implica que la sociedad igual asume papeles relevantes.

En Colombia en este año habrá reforma tributaria, la segunda en el mandato de Duque. Como siempre los gobiernos elegidos traicionan sus promesas e imponen cargas en la clase trabajadora que habían prometido no hacer. El déficit de más de 20 Billones de pesos hace inevitable la reforma, debe hacerse disminuyendo preferencias y exenciones de las grandes empresas, curiosamente nunca han sido tocados y en los rendimientos del sector financiero.

Esperare con paciencia los acontecimientos previsibles por efecto de lo que debemos hacer para evitar males mayores. Las lecturas y la autodisplina será la constante.