Alejandro es un constructor empirico de Medellín, exitoso, autodidacta, estudioso a la vez, con exito y con una particular manera de ver la vida y el país. Encontarse con una persona de este talante, en una conversación casual, con diferencias sustanciales conmigo, en lo ideológico y con vidas muy diferentes, es un ejercicio muy valioso para entender cómo el ciudadano de a pie, concibe este país, sobre todo, cuando esta supeditado a las decisiones de sus gobernantes, sabiendo de antemano que le cumple a su nación, da trabajo, es la cabeza de familia y en esencia tiene un sentido de pertenencia muy alto con su entorno y con los suyos.
La pregunta que abrió la coversación fue directa: Por qué, el presidente genera opiniones que de alguna manera afectan al ciudadano común sin medir sus consecuencias?. de hecho nuestro presidente, el doctor Gustavo Petro, no se ha caracterizado por su prudencia y gobierna desde las redes, cómo sí no tuviera a su cargo un departamento de comunicación con mucha responsabilidad y absolutamente necesario políticamente hablando, pues este organismo es el mediador entre el gobernante y sus gobernados, está descontado que es de suma importancia frente al cargo que ocupa y partiendo que el presidente, es el eje de la unidad nacional.
Sus opinones no solo afectan a sectores particulares, sino al ciudadano de a pie y generan certezas o incertidumbres. El filósofo y economista inglés Jeremy Bentham (1748-1832) consideraba que la mayor dificultad del legislador (En este caso del gobernante) residía en «conciliar la opinión pública, corregirla cuando fuera errónea y darle la orientación más favorable para que se obedecieran sus mandatos». Al mismo tiempo, Bentham y otros pensadores creían que la opinión pública es un freno útil a la autoridad de los gobernantes. La pregunta es cual es el freno al gobernante con sus opiniones.
Después hablamos algo de historia colombiana. La conversación al principio, se dio ccon el mismo sesgo que tiene la clase dirigente. Tomando partido sin escrutar la genealogia del sujeto, de la clase dirigente y de los políticos, ósea, nosotros que parte tomamos en las decisiones y los hechos que de ella emanan. Hablamos de la violencia en Colombía entre 1948 con la muerte de Gaitan hasta la creación del frente nacional. Conclusion. Nuestros políticos, la clase dirigente y ciertos sectores privados con intereses muy particulares, nos manejan como borregos y solo esperan usufrucctuarse del estado y el poder en todas sus instancias, sin importar los muertos que dejan sus confrontaciones, ni menos las consecuencias colaterales. Conclusión general de nuestra conversación que duró más de res horas: Debemos rumiar, pensar, analisar más las decisiones de la clase dirigente y política de este país, otear sus intereses, no tragar entero y pensar más con ánimo de país y no como sujetos manejables por lideres que, en últimas no están pensando en nosotros. Esto no quiere decir que no aceptamos liderazgos, sino que nuestra nación. Partimos desde una perspectiva clara, la relación entre el gobernante y los ciudadanos es un vínculo de interdependencia, donde el Estado garantiza derechos y beneficios a los ciudadanos a cambio de su poder y participación en asuntos públicos, como el voto. En una democracia, los gobernantes deben rendir cuentas y los ciudadanos participan activamente en la toma de decisiones para el bien común, utilizando mecanismos como consultas, referendos y el voto, promoviendo así la transparencia y la confianza. Nada de esto parece ser cierto en Colombia.
Despues hablamos del narcotrafico, del paramilitarismo, de lo sucedido en colombia a rasgos generales en los últimos 20 años. Colombia está sin norte y la consecuencia de ello reposa sobre todo, en nuestra clase dirigente y una sociedad que se dejó permear por lacorrupción, el dinero facil y la sociedad de consumo.
Alejandro terminó señalando, como él, le cumple a su familia, a su pais y dejó una pregunta pertinente; Qué debemos hacer para que nuestro país cambie?. Hablamos del consenso, de manejar las diferencia, de lo correcto, de la honrades y como formar a nuestros hijos.
Todo esto hablamos en la tienda de Karen en el barrio "Fatima" de Medellín. Se construye país desde cualquier lugar.
Siempre me ha interesado la obra de Michel Foucault, sobre todo lo que tiene que ver con la relación poder y saber, además de los procesos de subjetivación del poder. Nunca antes el ciudadano de a pie, el hombre común, había sido sometido de manera tan invasiva por este fenómeno. El poder es connatural a la sociedades, su análisis es más importante de lo que suelen creer quienes lo detentan y quienes lo padecen. La filosofía, la sociología y la politología han sido conscientes de ello y hay infinidad de trabajos muy serios que lo conforman.
Cada día el ciudadano de a pie es más vulnerable. En un momento en que la democracia está en crisis, los micropoderes de todo tipo se vuelven cada vez más invasivos y modeladores de conductas y conciencia frente a muchas variables, desde lo más mínimo, su cuerpo en todos sus matices, la manera como se valora, hasta imponer el consumo desde lo más ínfimo hasta lo más complejo. Lo mismo pasa con los procesos de ideologización y con sus posiciones políticas.
Foucault cuando se le preguntaba, sí sus trabajos estaban centrados en el poder, respondía: "Quisiera decir, antes que nada, cuál ha sido la meta de mi trabajo durante los últimos veinte años. No ha consistido en analizar los fenómenos del poder ni en elaborar los fundamentos de tal análisis. Mi objetivo, por el contrario, ha consistido en crear una historia de los diferentes modos de subjetivación del ser humano en nuestra cultura. Me he ocupado, desde este punto de vista, de tres modos de objetivación que transforman a los seres humanos en sujetos". Aclara con mucha contundencia: "Así, el tema general de mi investigación no es el poder sino el sujeto. Es verdad aclarar que, me involucré bastante en la cuestión del poder. Muy pronto me pareció que, mientras que el sujeto humano está inmerso en relaciones de producción y de significación, también se encuentra inmerso en relaciones de poder muy complejas".
Al sujeto lo deciden infinidad de poderes superpuestos, lo modelan y le crean mecanismos de valoración, los cuales son muy difíciles de resistir. Hoy más que antes se le impone todo y de manera paradójica, la gente no se inmuta e incluso está pidiendo dictaduras para sentirse más seguro, increíble.
El mundo está geopolíticamente en crisis, al portas de una recesión, en presencia de un genocidio oprobioso, sometido a unas potencias indolentes. Cómo queda el ciudadano común. Me imagino un padre palestino, si logra salir de Gaza, será un inmigrante ilegal, que hacer, todas sus decisiones no valen. Así pasa en muchas esferas de nuestra vida. Nunca antes el poder fue tan perverso, ni siquiera en el imperio romano.
Colombia esta muy cercano a unas elecciones de congreso, de presidente, ahora, que terminará el primer gobierno de izquierda (El primer semestre del 2026). El tema aquí, no es sí, el actual gobierno ha sido bueno o malo. Es otro. Cómo un sector de la sociedad que ha detentado el poder hace muchos años, dueño de la mayoría de medios de comunicación, desdibuja una realidad a su favor, para crear una conciencia de: Somos los merecedores del poder, porque sabemos de gestión y desde tiempos lejanos hemos construido este país. Es decir, son los únicos que pueden manejarlo. Hablo del poder en todas sus connotaciones. Esto sería lo de menos frente al tema de la vulnerabilidad de los ciudadanos del común, ósea todos nosotros. Es como nos crean significaciones sociales a partir de los micropoderes enquistados en una sociedad. Y peor, como nos alienan para hacernos sentir que votar diferente es estar por fuera de la realidad, de las significaciones ciertas y con sentido. Amen.
La situación internacional no se le ve solución en muchos de sus conflictos, cada vez se agravan más. Es un hecho que los estados del Golfo (Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Bahréin) quedaron conmocionados tras el ataque con misiles de Israel contra un complejo residencial en Doha, dirigido a líderes de Hamas pero que dejó también víctimas civiles cataríes. La acción, percibida como una humillación para Qatar —aliado estratégico de Estados Unidos que alberga la mayor base aérea norteamericana en la región y ha comprometido cientos de miles de millones en inversiones en ese país—, refuerza la sensación de vulnerabilidad y de que Washington no logró o no quiso frenar la operación. Mientras Netanyahu justificó el ataque como un paso para acelerar el fin de la guerra en Gaza, la desconfianza crece entre Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y otros gobiernos árabes, que ven a Israel como un factor cada vez más desestabilizador en Medio Oriente.
Donald Trump declaró estar “muy descontento en todos los aspectos” con el ataque israelí dirigido a asesinar a líderes de Hamas en Qatar. El presidente prometió emitir un pronunciamiento completo el miércoles, mientras que la Casa Blanca adelantó que la ofensiva aérea “no contribuye a los objetivos ni de Israel ni de Estados Unidos”. Hamas aseguró que su dirigencia sobrevivió, aunque seis personas murieron en el ataque, entre ellas un oficial de seguridad catarí.
Polonia solicitó una consulta formal con sus aliados de la OTAN después de que drones rusos ingresaran en su espacio aéreo durante un ataque nocturno contra el oeste de Ucrania. Es la primera ocasión desde el inicio de la guerra en que un miembro de la alianza se enfrenta directamente con Rusia. El primer ministro Donald Tusk informó al parlamento que el ejército polaco derribó entre tres y cuatro de los 19 drones lanzados.
Según fuentes diplomáticas, Trump ha transmitido a funcionarios europeos que está dispuesto a imponer nuevos aranceles amplios a India y China para presionar al presidente ruso Vladimir Putin a negociar sobre Ucrania, pero solo si los países de la Unión Europea hacen lo mismo. Paralelamente, Trump y el primer ministro indio Narendra Modi acordaron reanudar las conversaciones comerciales, lo que apunta a un posible deshielo tras semanas de tensiones por los aranceles y las compras de petróleo ruso.
La crisis mexicana se profundiza en varios frentes: el “huachicol fiscal” ha destapado una red de corrupción que involucra a altos mandos navales y aduanas, con vínculos políticos que alcanzan a figuras clave del gobierno, mientras la economía muestra señales de deterioro severo: pérdida de empleos formales, caída del consumo y desplome histórico en la producción de vehículos pesados. A pesar de ello, Hacienda apuesta a un crecimiento optimista y presenta un presupuesto insostenible que recorta sectores estratégicos como agricultura, educación, salud e infraestructura, para privilegiar gasto clientelar y militar. En este contexto, el país enfrenta no solo un modelo económico exhausto, sino también el riesgo de un Estado capturado por redes criminales y políticas que erosionan la seguridad nacional.
A esto se suma la huelga de la clase trabajadora en Francia, lo que conlleva a una crisis política sin precedentes, suscita el problema que es la perdida del poder adquisitivo, el desempleo y amagues de una recesión que tiene en vilo a los franceses.
Sébastien Lecornu asumirá hoy como primer ministro de Francia en medio de protestas multitudinarias, un reflejo de la magnitud del desafío que enfrentará su gobierno minoritario para imponer recortes de gasto impopulares en un parlamento fragmentado. Exministro de Defensa y quinto jefe de gobierno en apenas dos años, Lecornu necesitará del apoyo tácito de la izquierda o la derecha para aprobar el presupuesto de 2026 y resistir una eventual moción de confianza, mientras crecen las voces en todo el espectro político que reclaman nuevas elecciones.
Por primera vez en los 26 años de la zona euro, el costo de financiamiento de Francia superó al de Italia, un giro histórico que refleja cómo la preocupación de los inversionistas se ha desplazado: durante décadas Italia fue vista como el símbolo de la indisciplina fiscal, pero ahora es la política presupuestaria del gobierno de Emmanuel Macron la que genera mayores dudas en los mercados de bonos europeos.
El mercado laboral estadounidense recibió un golpe histórico: la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) eliminó de sus registros casi un millón de empleos en su revisión preliminar anual, la mayor corrección negativa jamás registrada. Entre abril de 2024 y marzo de 2025, el crecimiento del empleo pasó de los 1.8 millones previamente reportados a solo 850,000, lo que implica que la economía estaba enfriándose mucho antes de que entraran en vigor las políticas migratorias o arancelarias de Trump. Los promedios mensuales de creación de empleos se redujeron drásticamente respecto a años anteriores, marcando el tercer año consecutivo de revisiones negativas que, en conjunto, borran más de dos millones de puestos de trabajo. Esto explica por qué los hogares percibían un mercado laboral más débil que lo que reflejaban las cifras oficiales.
La corrección llega en un momento políticamente sensible: Trump despidió en agosto al comisionado de la BLS, acusando a la agencia de manipular datos en favor de su rival, mientras su secretario del Tesoro insiste en que la Reserva Federal sofocó el crecimiento al retrasar los recortes de tasas. El ajuste también refuerza la idea de que el banco central va detrás de la curva: Powell apenas reconoció la debilidad laboral en Jackson Hole y ahora los mercados descuentan un recorte de al menos 25 puntos base en la próxima reunión del 17 de septiembre, con crecientes apuestas por una reducción de 50 puntos. Como señaló Mohamed El-Erian, más allá del ruido político, el dato confirma que la economía era más frágil de lo que se creía y que la Fed enfrenta un riesgo mayor de incumplir su mandato de empleo.
El mundo realmente tiene tensiones y problemas muy difíciles de solucionar, la palabra clave, es concertación y no se ve que las partes implicadas estén dispuestas a ello, estaremos pendientes de estos registros.
Brian Tracy decía: Toda la riqueza viene de agregar valor, de producir más, mejor, más barato, más rápido y más fácil que alguien más”. Este hombre que además de millonario, es un gran motivador, con más de 70 libros escritos, lo traje a la memoria gracias a mi amigo. Él define en toda su esencia a Brayan. Es un muchacho muy joven, de Medellín, con una habilidad para los negocios que se traduce en talento, no es ávaro, menos ventajoso, vive concentrado en las tareas del día a día y es esclavo de sus objetivos.
Los talentos, como el rio de la vida de Heráclito, el devenir, tienen una historia y una motivación, que es cómo una mecha, siempre está ahí, presente, se convierte en un motor de lo que hace, piensa, decide y focaliza. Para este muchacho fue su madre. Algún día no trabajaras más y no te mataras, ni correrás en afugias infinitas. Dame tiempo, le decía. Desde el colegio se volvió un negociante precoz con sus amigos. Hacía las tareas de los demás, por unos pesos, les vendía conocimiento y otras cosas, ahorraba religiosamente, pues sabía de antemano que lo importante para un emprendedor, es tener una base de dinero que le sirva de palanca para empezar cualquier negocio y de hecho lo fue consiguiendo con mucho esfuerzo, pero siempre con felicidad y consciente que tendría su negocio propio.
Me gustaría mucho que este muchacho leyera la biografía de George Soros. Este financista que puso en aprietos a Inglaterra en una sola jugada financiera, alumno de Karl Popper, de Harold Laski, quien descifró el capitalismo con una habilidad y conocimiento sin parangón, focalizado en resultados y con las propias reglas que los voraces financistas crearon para enriquecerse impunemente, es un buen ejemplo de un hombre con objetivos. Recuerdo que formuló la Teoría General de la Reflexividad para los mercados de capitales, que según él ofrece una imagen clara de las burbujas de activos y el valor fundamental del mercado de los valores, así como las discrepancias de valor utilizadas para vender en corto y en canjear acciones. Todo lo que hace el mercado de capitales desde los grandes centros de poder, para manejar las riquezas del mundo, le sirvió para con esas reglas, dominar a los que pretendían hacerlo con él.
Brayan es un negociante muy joven, exitoso, tranquilo. Sabe que la familia es lo primero y con una cualidad: Habla poco y escucha mucho. En los negocios saber oír es de suma importancia. La otra es tomar decisiones en el momento adecuado y anticiparse a los hechos.
Nelson Mandela decía: “El dinero no te hará exitoso. La libertad para ganarlo sí. Es cierto. El mercado y los negocios no se apagan, observar dónde están las oportunidades es una cualidad de muy pocos. Brayan la tiene.
Está es una entrevista espontánea realizada en la biblioteca EPM de Colombia a Bowen, una estudiante canadiense de maestría en salud pública. La conversación explora sus motivaciones para elegir Colombia, sus impresiones sobre Medellín y la Universidad de Antioquia y, sus percepciones sobre el sistema de salud colombiano, incluyendo la figura de Héctor Abad Gómez. También se abordan temas como los estereotipos de Colombia en Canadá y el fenómeno de los nómadas digitales. Finalmente, Bowen comparte lo que más le ha gustado de Colombia: los espacios de diálogo y conversación.
Personajes:
• CÉSAR HERNANDO BUSTAMANTE (CÉSAR): Cesar Hernando, usuario habitual de la
biblioteca EPM, escritor, y miembro del club de prensa de la biblioteca.
• BOWEN WHT (BOWEN): Entrevistada, joven canadiense haciendo una maestría en Salud Pública.
• JUAN CARLOS BETANCOURT (JUAN CARLOS): Ingeniero electrónico, amigo de César, buen
lector, y miembro del club de prensa, asiste en la entrevista.
Escenario:
Un espacio tranquilo en la biblioteca EPM en Medellín, Colombia. La entrevista tiene lugar durante la Feria de las Flores.
(ESCENA: CÉSAR, JUAN CARLOS y BOWEN están sentados, listos para la entrevista.)
CÉSAR: Okey. Esta es una entrevista hecha para el podcast y el blog de César Hernando Bustamante, Letras y Política, y alude a un encuentro espontáneo. Yo soy usuario habitual de la biblioteca EPM y como escritor soy muy pendiente de la realidad colombiana y de lo que está pasando en el país, no solamente social, económica, políticamente, sino culturalmente.
CÉSAR: En la biblioteca llegan muchas personas del extranjero y nos encontramos con una niña canadiense que está haciendo una maestría en salud pública, estudiando varios sistemas de salud en el mundo, aprovechando el hecho de estar en Colombia, y además, para el caso concreto de nuestro país, porque hay que decirlo, estamos en plena crisis de la salud, de un sistema que por muchas razones está colapsado. Está funcionando con deficiencias.
CÉSAR: Vamos a hacer una entrevista, admitiendo que en el extranjero tenemos mala prensa, primero preguntándole el nombre para que ella lo pronuncie y vamos entrando en el tema, escrutando, el por qué escogió a Colombia y qué circunstancias la trajeron, para poder auscultar qué es lo que le ha gustado el país, qué es lo que le ha impresionado, qué es lo que, qué es lo bueno, qué es lo que mejoraría. Vamos centrándonos en esa conversación. ¿Cómo es tu nombre, mujer?
BOWEN: Mi nombre es Bowen Wht y es un placer poder hablar con ustedes hoy.
CÉSAR: ¿De qué país es?
BOWEN: Yo soy de Canadá.
CÉSAR: Exactamente. ¿De qué provincia?
BOWEN: Yo soy de la provincia de Columbia Británica. E yo crecí en una isla que se llama Bowan Island, que está cerquita a Vancouver. Está 20 minutos de Vancouver.
CÉSAR: Sí, es sobre el mar Pacífico, ¿cierto?
BOWEN: Cierto, el mar Pacífico.
CÉSAR: Okay. Océano Pacífico.
BOWEN: Sí. O sea, Pacífico.
BOWEN: Bueno, como mencionó usted, ahorita estoy estudiando la maestría en salud pública, pero antes en mi pregrado estudiaba relaciones internacionales y español, por lo cual ahora me gusta mucho practicar español y seguir con mis estudios en español.
CÉSAR: Cuando escogiste la maestría, ¿por qué escogiste Colombia, que la trajo realmente aquí fuera de que ya intuimos que quería aprender español. Pero, ¿por qué Medellín Colombia?
BOWEN: La verdad es que yo llegué aquí por una conexión que tenía mi profesora en Canadá con otro profesor que estudia, que trabaja aquí en la Universidad de Antioquia. Entonces, él se fue a Canadá para estudiar su doctorado y después volvió. Él es colombiano. Entonces, por esa conexión me interese en Colombia, es un hecho, tenía cómo las ganas de conocer otro país en Latinoamérica y para trabajar y estudiar. Sí, fue por esa conexión que…
JUAN CARLOS: Te hago una pregunta. A futuro, cuando tú termines ese doctorado, ¿ cómo ejercerías la profesión tuya? Ya sea en el área de relaciones internacionales o en el tema de salud pública? ¿Cuál es tu aspiración y qué tipo de organismos, ahora, en qué país desarrollarías tus conocimientos en estos estudios?
BOWEN: Bueno, a mí me interesa mucho trabajar por una organización internacional. Me encanta poder viajar, poder conocer a gente nueva, conocer lugares nuevos, me fascina hablar español y seguir estudiándolo.
CÉSAR: Voy a seguir con la misma línea de la entrevista. Hay dos cosas curiosas cuando un extranjero en esa habilidad que nosotros pensamos que viven, o sea, como si no tuvieran problemas. Cuando tú ves un noticiero colombiano, no ves sino muertes, tragedia, paros. Cuando llegaste a Colombia, ¿qué te imaginabas qué ibas a encontrar?
BOWEN: Hm, es una buena pregunta. Es que es cierto que en Canadá hay ciertos como estereotipos, yo creo, de Colombia, pero como yo tengo unos amigos de la familia, unos amigos por la universidad que son de Colombia. Yo tenía como una idea, unas expectativas un pocas diferentes, creo. Entonces yo no sabía cómo sería el tamaño de la ciudad. Es que para mí es una ciudad muy grande. Otra cosa, uno de mis profesores el de español en Canadá. de hecho es de Medellín. me dijo que es una ciudad de muchos contrastes, que Hay mucha riqueza, pero también hay mucha pobreza y se nota mucho, es muy visible. Entonces, por eso estuve sí pensando en eso.
JUAN CARLOS: Te hago una pregunta. A futuro, cuando tú termines ese doctorado, ¿tú cómo ejercerías la profesión tuya? Ya sea en el área de relaciones internacionales o en el tema de salud pública? ¿Cuál es tu aspiración e qué tipo de organismos, en qué país desarrollarías ya tus conocimientos adquiridos en estos estudios?
CÉSAR: Te hago una pregunta? cuando estuve en Madrid, en Barcelona y en París, quedé impresionado por la ignorancia del ciudadano común, sobre Latinoamérica y más sobre Colombia. Te ha pasado lo mismo?
BOWEN: Sí.
CÉSAR: Y como la mirada menor que tenían de nosotros. Eh, la Universidad de Antioquia, para darte un contexto, es muy importante en investigación de medicina y fue la ciudad que más le aportó con el Dr. Francisco Lopera al estudio del Alzheimer. Entonces tenemos más de lo que imaginamos y no lo valoramos. Solo nos fijamos en lo que nos hace falta. Y la y la y la pregunta para que siga Juan Carlos es, cuándo llegas a Medellín y te encuentras con esta realidad, eh la impresión cambió, o las impresiones fueron diferentes. ¿Cómo fue?
BOWEN: Para mí sí, mi impresión cambió porque realmente yo no sabía qué esperar cuando llegué acá como no conocía Colombia antes. Entonces, algunas cosas que como me llamaron la atención fueron tal vez el sistema del metro que es increíble, que lo uso casi todos los días. También como es la gente, muy amable, muy abierta. Yo también vivía un tiempo en España y creo que para mí allá fue más difícil hacer amigos de España que en Colombia.
CÉSAR: Volviendo al tema de salud pública, generalmente lo asociamos a programas que tienen impacto social, no a un tratamiento individual de enfermedades. Incluso el representante insigne de esos temas de manejos de salud pública fue el doctor Héctor Abad Faciolince. Si ustedes leyeron el libro "El olvido que seremos" o vieron la película. En este texto se refleja mucha parte del fundamento que impulsa el desarrollo de esas políticas que deben impactar. Entonces, está muy relacionado a políticas públicas, no tanto a tratamiento individuales, sino al tema de prevención de enfermedades virales. en especial, por ejemplo, cómo vacunar a población vulnerable, cómo mejorar los servicios de agua potable, cómo mejorar la nutrición. Entonces, muchos esos temas enfocan más en mantener la salud de la población a través de políticas de prevención.
BOWEN: Sí, sí, por supuesto. Es que yo no sabía mucho sobre el doctor Héctor Abad Gómez cuando llegué, pero el profesor con el que estoy trabajando me avisó sobre la película, sobre el libro. Entonces, vi la película hace unos meses y me encantó y ahorita estoy leyendo el libro. Me lo compré hace unos días, me decían que el Doctor Héctor era de izquierda.
CÉSAR: Él escribió sus propias obras, fue el padre de la medicina preventiva en Colombia. Y él insistía a sus alumnos, a sus hijos, hay que lavarse las manos constantemente, a cada rato. Y trabajó el sistema de vacunas. Trajo médicos americanos, recorría los barrios pobres de Medellín para vacunar, generar medicina preventiva. Se dio cuenta que no hervían el agua y muchas cosas sobre el aseo que contribuían a crear focos de infección, fue una persona muy importante, murió trágicamente también.
CÉSAR: ¿Qué impresión le ha dado la Universidad de Antioquia?
BOWEN: A mí me gusta mucho estudiar en la Universidad de Antioquia. Actualmente estoy trabajando en la facultad de medicina. También me gusta aprovechar para conocer otros campus universitarios. Mi primera impresión, el hecho de ser muy verdes. Me encantan, todo cerca de la naturaleza, pero también me llama mucho la atención el interés social que tiene la universidad expresado en los murales, por ejemplo, se nota mucho que, es una universidad pública y tiene como mucha presencia la política, es muy importante.
CÉSAR: Abusivamente resumiré lo que quieres decir. La síntesis de todo el país está en la Universidad de Antioquia, o sea, en este campus conoces de política pública, gente izquierda, gente derecha, tensiones sociales, usted se encuentra con discusiones capuchos (estudiantes tirando piedra y protestando), la bomba estalla cuando menos piensa. Los graduamos a los hijos en esta universidad nos acostumbramos a ese mundo. Visité mucho la nacional de Bogotá. Igual, se da la síntesis del país en un solo sitio. Ahora quiero decirte la ciudad, ¿cómo la ha visto la gente de la ciudad? ¿Cómo se ha sentido en nuestra ciudad?
BOWEN: Me he sentido bien cómoda en la ciudad, sobre todo con la gente. Al principio no sabía como moverme ella, me costó un poco, pero ya la manejo muy bien.
CÉSAR: Perdón, perdón, te interrumpo. Creo que esta respuesta tiene un sesgo porque que esta entrevista la estamos realizando a mitad de la Feria de las Flores, en esta fecha todo está bien para nosotros.
JUAN CARLOS: Entonces hay una influencia de los días resientes en la respuesta, por la fiesta digo.
BOWEN: También.
CÉSAR: ¿Qué sensación has recibido de estas fiestas de las flores? O sea, de los eventos, de la gente que asiste, ¿cómo cómo has percibido ese ambiente?
BOWEN: A mí me encanta el ambiente de la Feria de Flores, estuve en unos conciertos para, había mucha gente. Para mí fue un poco Impactante, impactante ver a tanta gente. Muy cercanos, apiñados, pero al final estuve disfrutando mucho de la feria y me gusta mucho. Yo subí a Santa Elena para una finca de silleteros y nos explicaron la historia, cómo se creó la feria, me encantó la historia. Me gustó mucho aprender. La conversación por fuera de la entrevista, una de las afinidades intelectuales que tuvimos con esta hermosa mujer es que está muy pendiente de la historia. Soy un historiador frustrado. No he pasado en esta materia por la academia, pero sí la he estudiado mucho como autodidacta. Se lo importante que es la. Tengo por costumbre cuando viajo a algún país, estudiar minuciosamente su historia. cuándo comenzaste a indagar sobre Colombia en la red, ¿qué encontraste?
BOWEN: Encontré muchas cosas en lo digital. Historias de los extranjeros que vienen acá para trabajar remoto, porque eso ahorita está muy de modo. Entonces, eso fue algo que veía antes y se tiene una presencia bastante fuerte en la ciudad por lo que...
CÉSAR: Okay. ¿Hasta cuándo estás?
BOWEN: Hasta el 26 de agosto.
CÉSAR: O sea, que te nos va a ir muy rápido.
BOWEN: Sí, sí. Ya estoy en mis últimas semanas.
CÉSAR: ¿Y planeas regresar a Colombia?
BOWEN: Me encantaría, pero tengo un año más de estudios, entonces después me encantaría.
CÉSAR: Regresas a Canadá.
BOWEN: Sí, correcto.
CÉSAR: Qué bien. Eh, voy a terminar esta entrevista nos aconsejaría... Como cuando uno les dice, a mí me hizo esa pregunta en Barcelona un catalán y yo le dije que ojala fueran menos petulantes. Se parecen en su amor la ciudad, a los de Medellín, pero los la diferencia es que aquí son más amables y tolerables. Los Catalanes se sientes padres de todo lo que pasa e el mundo.
BOWEN: Claro.
CÉSAR: Entonces, pero no. ¿Qué nos aconseja para que Colombia sea mejor?
BOWEN: Yo desearía como todo lo mejor para Colombia y algo que me gusta mucho de es esta biblioteca. Yo creo que en mi país también en Estados Unidos, en muchos países del mundo, ahorita hay mucha polarización política, ¿no? Yo creo que nos hace falta estos espacios donde se puede conversar y hacer el diálogo, escuchar opiniones de otras personas, aunque no estés de acuerdo necesariamente con esta opinión. Yo creo que eso es una cosa muy muy linda que me gusta de esta biblioteca y deberá haber muchos como este.
CÉSAR: Eh, ¿fuiste a Cartagena?
BOWEN: No, no conozco Cartagena.
CÉSAR: ¿Bogotá? Tampoco.
BOWEN: No conozco Santa Marta.
CÉSAR: Ah, bueno. Palomino.
BOWEN: Y Palomino en la Guajira que es hermosa, hermosa.
CÉSAR: Hermosa. Eh, e no, para nosotros es muy agradable que nos haya visitado, que nos recuerda y vamos a tratar de mantener la comunicación para para tener esa fluidez necesaria con personas como tu. Deseo, que te vaya bien. Voy hacer la última pregunta, tú viviste en una isla muy pequeña, ¿cierto? De cuántos kilómetros que era...
BOWEN: Lo puedes, ya nos respondió con otras palabras.
CÉSAR: ¿En cuánto tiempo la recorrías tu isla? ¿En cuánto tiempo caminando?
BOWEN: Caminando. ¡Tal vez unas 8 horas, la población no pasa de 4000 habitantes, que viven en la isla.
CÉSAR: 4000.
BOWEN: Entonces es pequeña la isla.
CÉSAR: Y ya como curiosidad. Entonces, el título que te dan es en salud pública, ¿cierto?
BOWEN: Qué bien.
CÉSAR: Te invito a que en un artículo corto o en un ensayito, escriba su experiencia en esta ciudad. Siempre te recibiremos con mucho agrado.
Nunca antes un fallo judicial emitido por una juez penal del circuito había tenido tantas consecuencias sobre la realidad colombiana, más cuando vivimos momentos difíciles a nivel político, de orden público, económicos, en medio de infinidad de paros, crisis energética, creando todos estos factores una incertidumbre sobre el ciudadano de a pie, en una campaña política para las próximas elecciones que se anticipo de manera abrupta, por los anuncios de una consulta popular de parte del ejecutivo.
Los retos del país son muchos y cada vez más complejos y para nada contribuye la radicalización y polarización tan cruda en todos los niveles: Político, social, económico, en la académica, para hablar sólo de algunas variables muy visibles. Esta semana estuve en algunas reuniones de familia en la ciudad que vivo, Medellín Colombia a propósito de las fiestas de las flores, muy emblemática para la ciudad. Quedé impertérrito, en la dos familias, antes de comenzar alguna disertación, la anfitriona advirtió: Aquí, no se habla de política, ni de religión y menos de futbol. Un país que no es capaz ni siquiera en su núcleo familiar o de amigos matizar las diferencias, difícil superará las mismas en otros niveles. Esto hace parte de nuestro problema que, tiene que ver con los grados de conciencia del ciudadano común, de su capacidad para enfrentar las controversias y por supuesto, de llegar a consensos con los grandes problemas que nos aquejan.
El Fallo de la juez Sandra Heredia es una sentencia, a la que le caben recursos y que no debe despertar tantas suspicacias, cargadas de esperpentos jurídicos, sin ningún piso procesal y solo en su mayoría dichas desde el odio y un radicalismo que nos hace siempre mucho más daño, pues generan distancias irreconciliables, cuando necesitamos acuerdos sobre lo fundamental (Harold Laski). El presidente que sea elegido tiene que gobernar sobre coaliciones, sobre todo en los temas graves que nos aquejan y en los hechos de profunda crisis, como el orden público, para buscar las salidas que necesita el país, apoyado inclusive por la sociedad o sector en los problemas puntuales más álgidos.
Otros son los problemas sociales, muy delicados, como el desplazamiento, la extorsión y el sicariato. Ahora frente a los acuerdos a que llegue la paz total en este gobierno como reaccionará el presidente elegido en las elecciones del 2026. En el Putumayo estamos a las puertas de firmar un acuerdo de desmovilización de una banda criminal. El próximo gobierno tiene que cumplirlos. Con muchos temas pasa lo mismo. De igual manera, hay retos políticos complejos: Cómo van a ser los partidos y actores políticos para que la juventud vuelva a votar después del desencantamiento de estos últimos tres años con la clase dirigente, más no con la política. De este tamaño podré nombrar y analizar muchos temas, que deben ser resueltos de inmediato y no esperan más tiempo.
Lo que pasó está semana con la sentencia de la juez, es una muestra de como estamos de lejos de poder sacar al país adelante. No por el fallo sino por la reacción con absoluta falta de sindéresis de la clase política y de buena parte de la sociedad. El reto de la clase política, de los nuevos actores jóvenes, de la academia y de la sociedad en general en esta materia es muy grande. Tendremos que empezar a cambiar cada uno de los colombianos, con menos viseras y más capacidad de concertar y llegar a acuerdos sobre lo fundamental, como dijo Álvaro Gómez Hurtado sin citar al padre de la frase Harol Laski.
La historia la escriben los hombres, la padecen los congéneres, la propia naturaleza, para bien o para mal. Colombia, país de personajes y caudillos tiene como constante grandes confrontaciones, más que ideológicas solo buscan el poder, para usufructuarlo a sus anchas y con mucha tragedia como secuela y por supuesto muertos, desaparecidos y desplazados. Por la importancia del fallo en el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe, transcribo esta columna aparecida hoy en la revista cambio. No importa el resultado, el juicio y la sentencia fueron un buen comienzo para levar anclas de cambio y de justicia CESAR HERNANDO BUSTAMANTE
Lo normal es que otros paguen por los delitos que tienen como único beneficiario a Álvaro Uribe. Mientras tanto, él se presenta como víctima y gana más poder. Sucedió en el episodio conocido como la yidispolítica. Con puestos públicos, notarías y contratos, compraron los votos parlamentarios para aprobar la reforma constitucional que autorizó la reelección inmediata. El único posible favorecido con ese delito era él, pero nada le pasó.
Quienes terminaron yendo a la cárcel fueron otros: Yidis Medina, la congresista que confesó cómo la habían convencido de venderse diciéndole: “hijita, hay que hacer patria”; Teodolindo Avendaño, a quien le pagaron por no votar y terminó aplastado por las evidencias; e Iván Díaz Mateus, quien hizo trato con el gobierno para silenciar a la principal testigo.
También los ejecutores del soborno. Fue condenado a seis años de prisión el ministro del Interior Sabas Pretelt, un dirigente gremial tan feliz de haber llegado al gabinete que se saltó la ley para ayudarle al jefe. A la misma pena fue sentenciado el ministro de Protección Diego Palacio, un médico que habría podido tener una brillante carrera si Uribe no se le hubiera atravesado en el camino. Y Alberto Velásquez, el secretario general de la Presidencia, sentenciado a cinco años, también por comprar congresistas.
Otro tanto sucedió en el caso de las chuzadas del extinto Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, del que fueron víctimas los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los entonces congresistas Piedad Córdoba y Gustavo Petro, y el periodista Daniel Coronell. Por esa razón, han sido condenados el exsecretario general de la Presidencia Bernardo Moreno, la directora del DAS María del Pilar Hurtado —quien me dijo que el propio Uribe la había instruido para burlar la justicia, asilándose—, y seis funcionarios más del organismo de inteligencia. Esta semana fue imputado por estos hechos Andrés Peñate, exdirector del DAS.
Durante el gobierno de Uribe, usaron las herramientas de investigación del Estado para espiar a jueces que estaban investigando la parapolítica, es decir, la relación de los aliados políticos del entonces presidente con paramilitares, a dirigentes de la oposición y a un reportero, porque querían identificar sus fuentes de información.
Un documento de la Corte Suprema de Justicia, emitido esta semana, establece: “Los informes de inteligencia resultantes fueron compilados en documentos reservados y entregados directamente a la Presidencia de la República, sin autorización judicial, ni amparo en la seguridad nacional”.
Dice el auto con todas las letras que el resultado de los seguimientos ilegales llegaba a la “Presidencia de la República”, pero al máximo jefe de la entidad jamás le pasó nada.
Lo mismo ocurrió con el escándalo de “La Casa de Nari”. Una sentencia definitiva a 63 meses de prisión fue recientemente expedida contra el secretario de prensa de la Presidencia, César Mauricio Velásquez, quien sigue prófugo, y contra el secretario jurídico Edmundo del Castillo, quien cumple su condena cobijado con el beneficio de la detención domiciliaria. Otros involucrados en los mismos hechos como José Obdulio Gaviria y Jorge Mario Eastman, siguen tan campantes que esta semana han salido a presionar la absolución del jefe, a quien el episodio –como es costumbre– le salió completamente gratis.
Un capítulo más es el de la carta falsa de Tasmania, fabricada para desacreditar al principal investigador de la parapolítica Iván Velásquez, participaron los presos Iván Roberto Duque y Juan Carlos ‘el Tuso’ Sierra. Este último, ahora testigo a favor de Uribe, declaró bajo juramento: “Quiero contar la novela de la carta, cómo llegó, que salió el presidente a decir que por medio de un abogado, que yo no sé qué, que me la entregaron ¡Miente! La carta la mandé yo, por medio de Sergio González Mejía”.
El Tuso, quien reitero, ahora oficia de testigo a favor del expresidente, identificó también a quien daba las instrucciones para ese montaje: “El presidente manda la siguiente razón. A mí no me puede llegar una carta así, al sol de los tamarindos. Por una vía así tan folclórica. Esta carta la tienen que radicar en Presidencia. Entonces hay otra carta copia, que es la que se radica en Presidencia”.
También reveló los participantes en el plan de desprestigio: “entonces ahí aparecen José Obdulio Gaviria, Santiago Uribe Vélez, Edmundo del Castillo, Bernardo Moreno, Mario Uribe y el presidente Álvaro Uribe. María del Pilar Hurtado, Martha Inés Leal. Ellos hacen una carta, la famosa carta que lee el presidente”.
El único condenado por estos hechos fue el abogado Sergio González, que era el Diego Cadena de ese momento. A él le tocó pasar un tiempo en la cárcel, a Uribe no le costó nada.
Ahora —a través de una feroz presión de opinadores, influencers, medios uribistas y partidarios del expresidente— buscan que la juez Sandra Liliana Heredia ratifique lo que ha venido pasando a lo largo de los últimos años. La elogian, la apremian, la aconsejan: ¿para qué condenarlo si en todo caso no va ir a la cárcel? La amenazan veladamente con perseguirla, con desacreditarla, con el juicio de la historia, con la inteligencia artificial, con quitarle la visa a Estados Unidos. Le advierten sobre el terrible apocalipsis que se cierne sobre Colombia si ella se atreve a tocarlo, si toma el riesgo de ver lo que ellos quieren tapar. Y la estimulan, en cambio, para que valide la cómoda teoría que promueven.
De acuerdo con la versión de los áulicos del señor expresidente, un curioso bestiario se juntó espontáneamente para voltear testigos y ponerlos a favor de Uribe, sin que él tuviera participación alguna.
De esa conspiración para favorecerlo, hicieron parte un abogaducho —más bien un fixer carcelario—, que mezcla en proporciones similares estupidez y maldad; el elegante secuestrador del suegro del expresidente Andrés Pastrana, un pelafustán del bajo mundo de Neiva que se declara “aférrimo” uribista, el vergonzoso presidente del Consejo Nacional Electoral, el buen Tuso, tres hampones de la órbita del jefe de la Oficina de Envigado, una abogada que llama al capo “mi Cesarín” y una fiscal condenada por recibirle millonarios sobornos al mellizo Mejía Múnera. Esa muy honesta y desinteresada comparsa quería ayudarlo, por supuesto, sin que él se enterara de nada, ocupadito como vive en hacer el bien.
Para ellos, esta larga impunidad no es el resultado del poder omnímodo que ha ostentado Álvaro Uribe en el último cuarto de siglo, sino un derecho natural que solo él tiene y que todos los ciudadanos tenemos que acatar.
La diplomacia desempeña un papel fundamental en el marco de la geopolítica internacional, siendo una herramienta esencial para la gestión de las relaciones entre Estados y actores no estatales en un escenario global cada vez más complejo y multipolar. En este contexto, analizar el papel de la diplomacia y las consecuencias que surgen cuando sus canales se rompen requiere comprender su función, los mecanismos que la sustentan y las implicaciones de su deterioro. Es un hecho que el actual presidente de los Estados Unidos a roto todos los canales diplomáticos y tiene en vilo al mundo con sus resoluciones ejecutivas, usurpándole al congreso un buen número de funciones constitucionales. Este excelente artículo aparecido en la última revista de "Letras Libres" hace un análisis muy serio de este desastre. CESAR H BUSTAMANTE
La política exterior de Donald Trump fue presentada, en sus propias palabras, como una extensión natural de su supuesto genio para hacer tratos, ese “arte de la negociación” que lo elevó en el imaginario del éxito empresarial. Sin embargo, su verdadera contribución ha sido la imposición de un orden mundial puramente transaccional que desmantela el multilateralismo y debilita tanto la arquitectura internacional como las propias instituciones democráticas de Estados Unidos. Trump no solo está desmontando el andamiaje global que sostuvo el poder y la legitimidad estadounidense tras la Segunda guerra mundial y la Guerra fría; también está erosionando, desde dentro, los cimientos institucionales que han garantizado la estabilidad democrática de su país. Al sustituir la diplomacia estratégica por el beneficio inmediato y las alianzas por la imposición narcisista, olvida –o desprecia– una verdad histórica elemental: las potencias no solo caen por el asedio de sus enemigos, sino por las grietas que, silenciosas, se abren en las entrañas de sus propios imperios.
Desde su primer día en el poder, Trump se propuso redibujar las relaciones comerciales y estratégicas de Estados Unidos, convencido de que solo rompiendo con el statu quo podría restaurar el poder y la centralidad global de su país. Pero el lema “Make America Great Again” esconde una paradoja evidente: sus decisiones no han fortalecido la posición internacional de Estados Unidos, sino que han acelerado su aislamiento y debilitado su credibilidad. El reciente ataque de Israel contra Irán ilustra esta hipótesis de forma inquietante. Aunque la Casa Blanca estaba informada de los planes, no había dado luz verde definitiva; aun así, Israel decidió actuar, desafiando abiertamente la histórica disciplina estratégica que, durante décadas, había caracterizado la relación bilateral. Analistas como James M. Lindsay, del Consejo de Relaciones Exteriores, advierten que la política exterior de Trump ha vaciado de contenido las alianzas tradicionales, al punto de que los socios actúan por su cuenta, convencidos de que ya no existe una brújula clara en Washington. Ese deterioro es visible: lo que antes requería consenso, ahora se decide unilateralmente. Incluso los aliados más cercanos, conscientes de la erosión del liderazgo estadounidense, tratan con condescendencia al presidente mientras avanzan sin esperar instrucciones, ocupados en la defensa de sus propios intereses.
El conflicto entre Rusia y Ucrania es otro ejemplo del deterioro estratégico provocado por la política exterior de Trump. Durante su mandato, no solo cuestionó abiertamente la utilidad de la OTAN, sino que debilitó deliberadamente los compromisos de defensa colectiva que, durante décadas, habían sostenido la estabilidad en Europa. Sus amenazas retóricas y su ambigüedad estratégica enviaron a Moscú un mensaje peligroso: la cohesión occidental estaba fracturada y la determinación de respuesta, en entredicho. El resultado fue previsible. Con una OTAN debilitada y una Casa Blanca errática, el Kremlin encontró el terreno propicio para probar los límites y redibujar el equilibrio de poder en Europa. La consecuencia no es solo la devastación de Ucrania y el retorno de la inestabilidad continental, sino también el inicio de un proceso de rearme a gran escala, incluido el de Alemania, que durante décadas había evitado asumir un papel militar protagónico. Para colmo, con Estados Unidos y buena parte del mundo distraídos en la crisis entre Israel e Irán, Putin ha redoblado sus esfuerzos en Ucrania, consciente de que, en un escenario global fragmentado y saturado de frentes simultáneos, la capacidad de Occidente para contener sus ambiciones se diluye aún más.
La fractura en el flanco oriental no termina en Ucrania. Los estados bálticos –Estonia, Letonia y Lituania– se han convertido en el siguiente eslabón vulnerable. Aunque un asalto militar directo por parte de Rusia sigue siendo improbable en el corto plazo, la amenaza es real y latente en el largo. Moscú, debilitado pero no disuadido, mantiene intacta su ambición de recuperar lo que considera “territorio histórico ruso”, y la región lo sabe. Los tres países han incrementado su gasto militar, reforzado sus fronteras y comenzado a abandonar tratados como la prohibición de minas terrestres. El riesgo no se limita a un ataque convencional: la mayor amenaza son las operaciones híbridas –provocaciones, sabotajes o incidentes fabricados– que sirvan de pretexto para una intervención, como ya ocurrió en Crimea. Una crisis en la línea ferroviaria que conecta Rusia con Kaliningrado (enclave ruso situado entre Polonia y Lituania y aislado del resto del territorio ruso) bastaría para poner a prueba la coherencia de la OTAN. Y con las alianzas debilitadas y Washington atrapado en su propio laberinto de contradicciones, el margen de disuasión se reduce peligrosamente.
En Asia, el deterioro estratégico impulsado por Trump se manifiesta con igual claridad. Durante décadas, la ambigüedad estratégica de Estados Unidos en torno a Taiwán –suficientemente clara para disuadir a China, pero lo bastante ambigua para evitar una escalada directa– había contenido las tensiones en el estrecho. Trump dinamitó ese equilibrio con gestos improvisados, declaraciones contradictorias y una política exterior marcada por la inconstancia. Aunque reforzó la venta de armamento a Taipéi y promovió iniciativas legislativas como el TAIPEI Act, su retórica errática y su credibilidad deteriorada terminaron debilitando la posición estadounidense en la región. Para Beijing, el vacío estratégico resultante se tradujo en una oportunidad: en los últimos meses, China ha incrementado su presencia militar en el estrecho y elevado su presión diplomática, percibiendo en Washington un liderazgo inconsistente y un entorno internacional fragmentado. Desde Japón hasta Australia, pasando por Corea del Sur y Filipinas, los aliados observan con escepticismo la capacidad real de Estados Unidos para contener una crisis que, lejos de disiparse, se perfila como uno de los principales puntos de fractura del orden global.
Por ahora, el conflicto entre Israel e Irán no desatará la tercera guerra mundial. Ni China ni Rusia parecen dispuestas a intervenir directamente, e Israel, con ataques quirúrgicos tan precisos como calculados, ha logrado –al menos por el momento– contener la expansión del incendio en Medio Oriente. Pero mientras el mundo desvía la mirada hacia esa región, dos frentes mucho más delicados se consolidan en los márgenes estratégicos: Ucrania y Taiwán. Allí, donde confluyen la ambición de las potencias revisionistas y el vacío de liderazgo estadounidense, se está gestando el verdadero punto de ruptura. No será una chispa lo que encienda un conflicto global, sino un deterioro lento, previsible y, sobre todo, autoinfligido: la gradual descomposición de la hegemonía que durante décadas sostuvo el orden internacional.
¿Cuánto puede durar un imperio cuyo prestigio se ha erosionado y en el que sus propios aliados ya no creen? ¿Qué sucede cuando la arquitectura internacional de seguridad que durante décadas contuvo las ambiciones comienza a resquebrajarse? ¿Y qué futuro le espera al orden global cuando la hegemonía que lo sostenía ya no inspira respeto ni certidumbre? Como advirtió la literatura distópica que Orwell encarnó: al final, no se conquista el poder, se hereda el vacío. ~
El autor es fundador de News Sensei, un brief diario con todo lo que necesitas para empezar tu día. Engloba inteligencia geopolítica, trends bursátiles y futurología. ¡Suscríbete gratis aquí!
El moderador del grupo, Fredy Ochoa, en la reunión del pasado viernes en la biblioteca EPM de Medellín, generó como corolario del conversatorio, una premisa puntual que, parte de un interrogante como a priori: "Quién nos informa?, mis queridos interlocutores.....De ahí se desprenden, más variables: Quiénes son los dueños de los grandes medios y a partir de ahí, ¿sí es posible ser neutro? cómo se presenta una noticia y por supuesto, cómo debería leerse o, a partir de que prevención, bien sea un medio escrito, radial, en red o una revista...en fin. De ello, nace otro interrogante: ¿Existen medios alternativos y qué papel juegan en la sociedad? en este entramado inicial, el enfoque parte necesariamente de nuestro entorno especifico, Medellín y por lógica, los grandes medios de comunicación nacionales y la prensa alternativa regional de la ciudad, aprovechando la presencia del director, Oscar Villada, del periódico "Tanimara" (15 años de historia) del municipio de Bello, que hace parte del grupo.
Parto para esta síntesis del conversatorio de esta premisa como soporte para mis lectores: Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la conformación de la opinión pública, la difusión de información y la construcción de la cultura en sociedades modernas. Desde una perspectiva monopólica, se entiende por grandes medios de comunicación aquellos que dominan el mercado de la información, concentrando en pocas manos la producción y distribución de contenidos. En contraste, los medios alternativos emergen como respuestas a la concentración y monopolización, buscando ofrecer voces distintas, democratizar el acceso a la información y promover la diversidad cultural y de opinión.
Desde una óptica monopólica, los grandes medios de comunicación son aquellos que, por su tamaño, recursos y alcance, controlan la mayor parte de la producción y difusión de información en un país o incluso a nivel global. Estos medios suelen estar vinculados a grandes corporaciones, conglomerados mediáticos o grupos económicos que concentran en sus manos múltiples plataformas, como prensa escrita, televisión, radio, internet y plataformas digitales (Ejemplo en Colombia, el conglomerado alrededor del periódico "El tiempo" de la organización Luis Carlos sarmiento Angulo).
La perspectiva monopólica pone énfasis en el carácter de concentración del poder mediático. La existencia de unos pocos actores dominantes puede limitar la pluralidad de voces, reducir la diversidad informativa y facilitar la influencia de intereses económicos, políticos o ideológicos en la agenda pública. Además, estos medios suelen tener una gran capacidad de llegar a amplios segmentos de la población, influyendo en las percepciones sociales y en las decisiones políticas.
El coordinador nos dice, con la clara intención de poner el dedo en la llaga, para generar puntos de vista: Señores que leen y desde los dueños de los medios, que vislumbran en el tratamiento de la información?, hablemos de los que llegan a la biblioteca, que son, el principal medio regional, el periódico "El Colombiano" y los grandes medios nacionales, "El espectador", "El tiempo", "La republica", "Portafolio" y la revista "Semana". Como en botica, la discusión dio para todo.
Algunos enumeraron quienes son los dueños de estos medios, establecieron por qué del tratamiento sesgado de ciertas noticias desde la perspectiva ideológica y monopólica e incluso comparamos todos, el tratamiento de una misma noticia desde los titulares para ver el grado de manipulación o las perversas intenciones detrás de una entrega de primer plano.
Muchas cosas se aclararon con mucho sentido documental y práctico. Por ejemplo: Como el surgimiento de los grandes medios de comunicación está ligado a procesos históricos, tecnológicos y económicos que han favorecido la concentración de recursos en manos de unos pocos actores. Durante el siglo XIX, con la Revolución Industrial, la expansión de la prensa escrita y la aparición de la radio y la televisión facilitaron la creación de grandes corporaciones que gestionaban múltiples plataformas.
La consolidación de los medios monopólicos se aceleró en la segunda mitad del siglo XX, con la expansión de las telecomunicaciones, la publicidad masiva y la globalización. Empresas como News Corporation, Time Warner, Viacom, y más tarde, conglomerados como Disney o Google, lograron consolidar imperios mediáticos que controlan la mayor parte del contenido informativo y de entretenimiento a nivel mundial. En Colombia "El espectador" a finales del siglo XIX en Medellín, "El Tiempo", para citar sólo dos.
Este proceso fue favorecido por la inversión en tecnología, la integración vertical (control de producción, distribución y comercialización) y la adquisición de competidores más pequeños o emergentes. La regulación también jugó un papel importante, ya que en muchas ocasiones las leyes permitieron o facilitaron la concentración del poder mediático en pocas manos, justificando la idea de que los grandes medios garantizaban la eficiencia, la inversión y la innovación.
La discusión reflejó como el sesgo de estos medios, se replicó en el mismo conversatorio, por lo que cada quien del mismo leía y dejó ver su ideología, por la predilección de algunos de estos medios: Fue una radiografía en cierta forma, de como estamos manipulados y en ocasiones, ni siquiera nos percatamos de ello.
En esta discusión apareció necesariamente, el papel de los medios alternativos. Primera anticipación. Frente a la concentración y monopolización de los grandes medios, surgen los medios alternativos, que buscan democratizar la información, promover la diversidad cultural y ofrecer voces disidentes o marginadas. Los medios alternativos se caracterizan por su estructura descentralizada, su énfasis en la participación comunitaria y su orientación a la transformación social.
Desde el sentido comun se puede establecer en primera instancia: Los medios alternativos son aquellos que, en su concepción, buscan ofrecer una visión diferente a la que predominan en los medios monopólicos. Se caracterizan por promover la participación activa de comunidades, grupos sociales o individuos, con un enfoque en la justicia social, los derechos humanos, la diversidad cultural y la democratización del acceso a la información.
A mi parecer en el conversatorio se definieron algunas características:
Entre las principales se encuentran:
Descentralización: No dependen de grandes corporaciones, sino que son gestionados por comunidades, colectivos o individuos.
Participación comunitaria: Incluyen la colaboración activa de los usuarios y productores de contenido.
Enfoque en temas marginalizados: Abordan problemáticas sociales, culturales, ambientales o políticas que no suelen ser cubiertas por los grandes medios.
Uso de tecnologías accesibles: Se valen de medios digitales, radio comunitaria, publicaciones autogestionadas, entre otros.
Compromiso social: Tienen un fuerte contenido político y ético que busca promover cambios sociales.
Los retos y desafíos son evidentes para estos medios. Lo explico el doctor Oscar con absoluta lucidez: "Enfrentan obstáculos como la financiación limitada, la falta de infraestructura tecnológica, la escasa presencia en los grandes canales de distribución y la dificultad para alcanzar audiencias masivas. Sin embargo, el avance de las tecnologías digitales y las redes sociales ha facilitado su expansión y la democratización del acceso a la producción de contenidos".
En conclusión establecimos que desde la perspectiva monopólica, los grandes medios de comunicación son actores que concentran la producción y difusión de información, con raíces en procesos históricos de expansión tecnológica, económica y regulatoria. Aunque ofrecen beneficios en términos de alcance y eficiencia, su concentración genera preocupaciones sobre la diversidad y pluralidad informativa. Frente a ellos, los medios alternativos emergen como voces que buscan democratizar la comunicación, promoviendo la participación social, la diversidad cultural y la crítica a los poderes establecidos. La coexistencia y el diálogo entre ambos tipos de medios son fundamentales para una comunicación social plural, democrática y transformadora.
ADDENDA: Pese al respeto del conversatorio por el otro, el tema hizo que algunos alzáramos la voz, replicáramos con vehemencia, abriéramos los ojos como si fuéramos a echarnos gotas, uno de sus miembros replicó con sórdida y perversa intención, que es buena en estas discusiones: "Yo los he visto leer estos periódicos todos los días...Es más, en ocasiones los voy a tomar y todos están ocupados". Me pregunté entonces: Será que estamos manipulados por los grandes medios?.
He querido transcribir el prologo de este excelente texto de política que de alguna manera expresa la crisis de una idea e ideología de suma importancia para la historia del estado, la democracia y la sociedad, escrita por Helena Rosemblatt y publicada por "Editorial CRITICA" pertinente para estos momentos por la vitalidad que han adquirido ciertos populismos en el mundo y por la vulnerabilidad en que se encuentran los elementos básicos de la democracia que implica de alguna manera el surgimiento de totalitarismos que pensamos eran cosa del pasado.
CESAR HERNANDO BUSTAMANTE HUERTAS
PROLOGO
La luz del liberalismo se apaga. O eso parece. La intensidad luminosa que proyectó con las revoluciones atlánticas y su victoria en la guerra fría se ensombrece por culpa de una época que parece darle la espalda. En tres décadas ha pasado de vivir una apoteosis a tener ahora que luchar por la supervivencia. Arrinconado contra las cuerdas de la historia, afronta un futuro que le pasa factura por sus excesos de confianza. Lo hace, además, en un contexto político complejo, que recuerda lo sucedido en el período de entreguerras, cuando la revolución soviética y el fascismo marginaron sus ideas.
Las causas son diversas. Por un lado, la canibalización de su proyecto por un neoliberalismo que quiso reemplazarlo en la segunda mitad del siglo XX con su deificación del laissez faire y su ideologización economicista del mercado. Por otro, la repercusión negativa que sobre su imagen tuvieron la crisis de seguridad que produjo el 11-S, así como la dislocación social causada por las crisis financiera y económica de 2008, y cuyas desigualdades todavía repercuten sobre el bienestar de Occidente.
La fortaleza narrativa de las ideas liberales y su capacidad de seducción social se han debilitado profundamente. Lo mismo que la institucionalidad que soporta la democracia liberal en la que se inspiran. Hasta el punto de que, hoy en día, las sociedades democráticas parecen decididas a dejarse arrastrar por un populismo que va haciéndose estructural al verse como la única salida posible a las incertidumbres y angustias que plantea el horizonte del nuevo milenio. En este cambio es determinante la desconexión emocional que sienten las clases medias hacia el liberalismo. Un fenómeno de descontento generalizado al no ver cumplidas sus expectativas de prosperidad y libertad debido, entre otras causas, a que la revolución digital relativiza y margina progresivamente el valor económico del trabajo cualificado que hegemonizaban en el pasado. Esto hace que las clases medias pierdan el rol y el estatus que tenían desde la revolución industrial, precipitándolas en un riesgo de proletarización que favorece los extremismos populistas.
Estas circunstancias, sumadas a la incapacidad resolutiva de la democracia liberal ante la agenda de problemas que plantea el siglo XXI, hacen que las clases medias empiecen a dejar de ser las aliadas históricas del liberalismo para convertirse en sus enemigas. Un proceso de mutación política que debe conectarse con el auge de los populismos y, también, con un autoritarismo cesarista que gana adeptos en el seno de las democracias occidentales.
Con un panorama así, el liberalismo solo puede hacer dos cosas. O aceptar su derrota y asumir que pasó su tiempo, o refundarse y abordar una resignificación política del relato sobre sí mismo. Esto último solo será posible si revisita sus ideas y propone una evolución radical de las mismas. Para hacerlo debe asumir una actitud crítica con su pasado. Primero, para determinar cuándo empezó el invierno del descontento que, parafraseando a Thomas B. Reverdy, padecen las ideas liberales. Y segundo, proponer una nueva teoría de la emancipación humana que, adaptada a las urgencias del siglo XXI, permita hacer frente a los poderes que tratan de maniatarla y manipularla.
La historia olvidada del liberalismo de Helena Rosenblatt contribuye a estos objetivos. Especialmente porque ofrece un mapa cronológico sobre la geografía semántica de las ideas liberales. Esto puede ser de gran ayuda en la empresa de refundación conceptual que comentamos. Sobre todo porque estamos ante una obra que aborda una reconstrucción histórica de los materiales que necesitan los liberales si quieren diagnosticar críticamente su presente y proponer un nuevo relato a partir de sus ideas. En este sentido, Rosenblatt recuerda algo que se perdió en el siglo XX: que el liberalismo no nació como una ideología individualista sino como una actitud generosa. Una conducta virtuosa de liberalidad hacia los otros. Una disposición del espíritu que originariamente acompañó la tarea formativa del patriciado forma protestante hizo cristiana y, además, democratizó al extenderla más allá del perímetro inicial de los hábitos de la nobleza.
Vinculada desde entonces al calvinismo que profesaban las clases medias de su tiempo, esta conducta transformó la liberalidad aristocrática de los antiguos en el liberalismo democrático de los modernos. El dato relevante que Helena Rosenblatt destaca a la hora de explicar esto es que el liberalismo surgió dentro de un contexto moral que propició que la liberalidad se dotara de atributos semánticos que complementaban la generosidad del pasado. Así, llegó a ser el comportamiento de alguien que respetaba la alteridad. Un espíritu que proyectaba a su alrededor una conducta tolerante, abierta y desprejuiciada. Una conducta racional y libre que rechazaba el entusiasmo y el fanatismo, y que caló entre las filas de una clase media protestante que asumió la disposición liberal como un rasgo de su cultura de clase. Sobre todo cuando la Modernidad que protagonizaron las revoluciones atlánticas dio densidad política a esta conducta liberal al conectar a Locke con Constant. En este proceso de politización fue esencial la Ilustración escocesa. Relacionó la «liberalidad de espíritu» de la aristocracia con el «plan liberal» que permitió a los ciudadanos perseguir sus propios intereses siempre que lo hicieran dentro de los límites trazados por una disposición generosa y empática que se ajustaba a las coordenadas de la igualdad de oportunidades, la libertad y la justicia.
El liberalismo nació como un proyecto político de colaboración humanitaria y búsqueda del bienestar de los otros a través del propio perfeccionamiento moral. Algo que el siglo XIX bifurcó con la aparición del capitalismo de la Escuela de Manchester y el librecambismo, que introdujeron una cuña economicista y utilitaria que ensalzó el egoísmo individual y el laissez faire como elementos constitutivos del liberalismo tras la revolución industrial. Con el paso del tiempo esta bifurcación fue a más. El siglo XX agrandó la brecha y separó dos corrientes que se hicieron, incluso, contradictorias, pues, como señalaba John Dewey en los años treinta: una de ellas era «más humanitaria y abierta a la intervención y la legislación social» y otra era «defendida por la gran industria, la banca, el comercio y, por tanto, comprometida con el laissez faire».
Esta dualidad llegó a convertirse después de la segunda guerra mundial en una trinchera. Lo hizo bajo la presión totalitaria del comunismo y el estrés de la guerra fría. Ambas circunstancias transformaron la dualidad en enemistad. A ello contribuyó decisivamente Hayek, cuando en Camino de servidumbre (1944) acusó de socialista a la primera familia liberal, tesis que desde entonces fue agravándose en su beligerancia. Helena Rosenblatt evidencia de manera excepcional como el liberalismo —y el relato virtuoso asociado a la liberalidad— fue canibalizado por la revolución conservadora de los 80 y el posterior neoliberalismo.
Para ello rastrea el itinerario del liberalismo cuya huella fue perdiéndose por el estruendo neoliberal y el triunfalismo que blandió a los cuatro vientos tras la caída del muro de Berlín. Bajo el establecimiento global del imperio ideológico del laissez faire, las ideas liberales fueron sustituidas por un neoliberalismo que hegemonizó la defensa de la libertad desde una arrogancia economicista que desembocó en la crisis financiera cuyos efectos todavía arrastramos.
Hoy, cuando yace el neoliberalismo entre sus ruinas, se abre una nueva oportunidad para un liberalismo virtuoso. Un liberalismo que hable de derechos y deberes, que invoque sus orígenes morales y que defienda el humanitarismo de un reformismo social que actualice en el siglo XXI lo mejor que dio en los siglos previos. De esta posibilidad trata La historia olvidada del liberalismo. De localizar arqueológicamente dónde están los cimientos morales que subyacen en la historia de un pensamiento que, quizá, todavía esté a tiempo de reconectar con su energía original. Al menos si quiere reconstruir críticamente su ideario y propiciar una primavera que neutralice el descontento que amenaza con derruir, también, su principal obra: la democracia liberal.
La labor pedagógica hecha desde hace mucho tiempo atrás, hablo de años, con la IA, por este montañero entrañable, de Santuario Antioquia: Estadístico, experto en inteligencia de datos y administración de sistemas, es de relevar. Por lo pragmático, operativa y focalizada esencialmente a profesiones y problemas puntuales.
Expresa con contundencia: "La inteligencia artificial (IA) es ya una parte integral de nuestra vida cotidiana, aunque a menudo pasa desapercibida. Desde aplicaciones que parecen anticipar nuestras necesidades hasta asistentes virtuales que responden a nuestras preguntas, la IA está transformando el mundo tal como lo conocemos. Aunque suene como algo sacado de la ciencia ficción, no lo es; está aquí y es más accesible de lo que podrías imaginar. Este artículo desentraña qué es la IA y cómo funciona, explicado de forma sencilla para que, independientemente de tu nivel tecnológico, puedas comprenderla y sentirte como un experto". Son muchos lo mitos alrededor de esta formidable herramienta tecnológica, los miedos infundados y por su puesto las virtudes.
Es un hecho quela IA es la capacidad de las máquinas para imitar procesos propios de la inteligencia humana, como aprender, razonar y tomar decisiones. No es magia, sino una combinación de tecnologías que procesan información para resolver problemas. Su funcionamiento se basa en matemáticas y algoritmos que analizan datos, identifican patrones y generan soluciones.
José Maria ha escrito libros y cartillas, que van desde lo elemental a lo más complejo sobre IA. Sus textos son sencillos, prácticos, con ejemplos a la mano, pedagógicos por excelencia, ha sido maestro desde hace más de veinte años. Su labor es reconocida en Medellín y Colombia y ha realizado consultorías en varias ciudades de Latinoamérica. En los dos últimos años ha estado vinculado a la "Escuela superior de administración pública". Tiene estudios puntuales de las aplicaciones de la IA en la salud, la arquitectura, la educación, comunicación. En general en muchas áreas de conocimiento, la divulgación la realiza a través de talleres, con mucha receptividad y éxito.
Recodé al principio mi rechazo como escritor por esta herramienta. Después y gracias a José Maria entendí que cuando decimos inteligencia artificial, generalmente queremos decir una de dos cosas. La primera es una IA estrecha o específica que permite que una computadora resuelva problemas complejos, pero no mucho más. El otro es el tipo de inteligencia que permitiría a una computadora pensar como nosotros. Inteligencia general artificial (AGI) es lo que los investigadores consideran el "santo grial“ de la investigación de la IA. Estoy seguro que será una herramienta que ayudará a la humanidad a resolver los graves problemas sociales que la aquejan. Personas como José Maria, son un soporte valioso para comprender la importancia de esta herramienta.