PROLEGÓMENOS DE LA CONQUISTA Y LA COLONIA
He querido empezar por una pequeña introducción de lo que fue nuestro mal llamado descubrimiento, conquista y algunas precisiones sobre la colonia, sus instituciones, las relaciones con la península, como un prolegómeno necesario para empezar nuestra historia principal que no es otra que una historia de Colombia desde la disputa de sus principales hombres y caudillos, como punto de referencia, controversias que han tenido consecuencias en viadas humanas, guerras, asesinatos y la instauración de tipos de estado y gobierno que para bien o para mal han determinado la vida de los colombianos. No solo hablaremos de aquellas controversias y disputas ideológicas en torno al poder, las instituciones y la forma de gobierno, sino también de algunas alianzas que le permitieron al país llevar algunos momentos vitales en nuestra historia.
Mucho se ha escrito sobre la historia de Colombia. Algunos textos y autores son memorables. Tomaré a Ospina Vásquez con su obra Industria y Protección en Colombia, a Nieto Arteta con su ensayo sobre el café y su libro Economía y Cultura en la Historia de Colombia, los tres tomos de Manual de historia de Colombia publicada por procultura, a nuestro escritor Liévano Aguirre con sus estudios sobre Bolívar, Mosquera y Núñez y su libro Los Grandes Conflictos Sociales y Económicos de Nuestra Historia a Salomón Kalmanovitz, Tirado Mejía, Jaime Jaramillo, Jesus Bejarano entre otros.
Partó de una realidad perfectamente descrita por el doctor Melo: “Para decirlo brevemente, el país colombiano, comprendido como la unidad de un territorio y de un grupo humano, no ha logrado nunca adquirir el carácter de una verdadera sociedad si por ello entiende una comunidad de experiencia y de ideales. Lo único que de sociedad hemos tenido ha sido la presencia de una jerarquización que por ser mera forma o por no tener otro contenido que el psicológico ha encontrado su verdadera sustentación en la violencia. Significa esto que los grupos superiores, antes que conductores de una empresa civilizadora, han centrado sus mayores energías vitales en afirmar su distinción radical en relación con unas masas profundamente despreciadas, que ayer eran las castas de la tierra y hoy componen el populacho. Su predominio social ha consistido menos en una función directiva según ciertos valores que en la prueba de una diferencia humana, definida incluso muchas veces en términos raciales”.
Empezaré por un hecho puntual: “El descubrimiento de América”, se hace referencia a la primera vez que exploradores europeos llegaron a las costas del continente americano, que hasta entonces desconocían.
Este evento histórico tuvo lugar el 12 de octubre de 1492, cuando una expedición de los Reyes Católicos de España, liderada por el navegante genovés Cristóbal Colón (1451-1506), cruzó por primera vez el océano Atlántico y pisó suelo americano. La llegada de Colón y otros exploradores europeos inició un proceso de profunda transformación política, económica, social y cultural tanto en las sociedades americanas como en las europeas.
El primer grupo de europeos que navegó las costas de lo que hoy es Colombia, fue la expedición dirigida por Alonso de Ojeda en las costas de la península de La Guajira en el cabo de la Vela. Ojeda regresó a España y persuadió a los Reyes Católicos que le dieron capitulaciones que le permitieron ocupar los territorios, desde el golfo de Venezuela hasta el Cabo de la Vela fundando en este la fugaz gobernación de Coquivacoa en 1501 (que duró tres meses) y con ella también la efímera población de Santa Cruz, cerca de la laguna de Castilletes, nombrada así por los colonos, la cual abastecía de agua a los habitantes, constituyéndose la península de La Guajira en la primera gobernación hispana y la más antigua del territorio continental americano, siendo Alonso de Ojeda el primer gobernador de tierra firme. Después Martín Fernández de Enciso en 1510 llegó al golfo de Urabá, donde fundó Santa María la Antigua del Darién, villa que duró poco, ya que nunca prosperó por su panda bahía, impenetrable selva, gran pluviosidad, altas temperaturas y fuerte humedad. Estos factores climáticos desfavorables junto a la rivalidad entre españoles y la ausencia de interés en España por administrar estos territorios tan lejanos, hizo técnicamente imposible la intención de enviar colonos para poblar la zona. En ese entonces se encontraba habitada por diversos grupos indígenas chibchas, entre ellos los cunas, que poblaban los alrededores del golfo de Urabá y el bajo Atrato, los choces o citarares que habitaban el alto Atrato, los noanamaes, ubicados en la hoya del río San Juan, y los baudes que poblaban la costa del Pacífico.
Es preciso advertir que Alonso de Ojeda, que ya había hecho una expedición en 1499, en la que se embarcaron Juan de la Cosa y Américo Vespucio, decidió continuar con la obra de Enciso y formó una nueva Expedición que salió de la Española y hacia enero de 1516 fundó, a orillas del río Atrato, el segundo intento de asentamiento español en tierra firme, San Sebastián de Urabá.
En 1525 Rodrigo de Bastidas comenzó a explorar la zona norte de Colombia. A mediados del mismo año, funda en la Bahía de Gaira, la ciudad de Santa Marta, la primera ciudad, aún habitada, fundada en territorio colombiano por españoles. Santa Marta está ubicada en una bahía profunda, lo que la hacía perfecta como puerto, característica de la que carecían las primeras fundaciones. Además de la bahía, los alrededores de Santa Marta tenían una vegetación poco tupida y estaba muy alejada a las impenetrables selvas y pantanos de la zona de Urabá. Los nativos de las zonas aledañas a Santa Marta, de la cultura Tayrona, ya habían preparado el terreno y cultivado ciertas frutas y hortalizas con lo que solucionaron sus problemas de abastecimiento y alimentación.
Bastidas trazó el plano de la ciudad y comenzó a construirla con lo que tuvo a la mano, hasta que se encontró con los miembros de la tribu Gaira que habitaban las cercanías. Estos, sin conocer la lengua y costumbres de los españoles, intentaron relacionarse con los conquistadores y fue inútil, hasta llegar al punto en el que algunos de los españoles agredieron a los indígenas y comenzaron las hostilidades. Bastidas, no se sabe si por su voluntad u obligado, comenzó el exterminio de la cultura Tairona, una de las más desarrolladas de la actual Colombia. Tribu a tribu, Bastidas destruyó y saqueó todo lo que vio a casi 70 kilómetros a la redonda de Santa Marta, hasta que los últimos taironas escaparon a la Sierra Nevada, conformando las tribus que hoy conocemos como los kogi, ijka y sanká (wiwa y malayos). Más tarde, la zona de Santa Marta fue nombrada Gobernación de Santa Marta y se disputó el territorio guajiro con la Nueva Andalucía y de allí partieron la mayoría de las exploraciones hacia el interior y zonas al sur de la costa norte de Colombia.
En 1536 fueron enviados mil quinientos hombres, entre los cuales figuraban Jiménez de Quesada, quien se encargaría de la exploración del interior del territorio, en busca del de las tierras de “El Dorado” de enormes y legendarias riquezas; y Fernández de Lugo, para desempeñarse en Santa Marta como gobernador.
Movido por la aventura y la codicia, y acompañado de setecientos hombres, Jiménez de Quesada, partió en el mes de abril del año 1536 a hacer un reconocimiento del lugar, iniciando el recorrido del río Magdalena, por tierra y por agua, lo que hicieron con bergantines. Desde la Tora fueron enviados los enfermos hacia Santa Marta, pues la empresa resultó muy dificultosa y se cobró cientos de vidas. Sin embargo durante el trayecto encontraron indicios de la existencia de una civilización, como mantas, tejidos y panes de sal.
Comenzaba 1537 cuando el hallazgo de esmeraldas estimuló al conquistador, quien no cedió en su afán a pesar de la agresividad de los aborígenes. Pudo llegar hasta la residencia del jefe, en Tunja, donde el Zaque Quemuenchatocha lo proveyó de grandes fortunas. En el valle del Iraca halló el Templo del Sol de Sogamoso, que también tenía fabulosas riquezas y que al poco tiempo un incendio destruyó.
En el año 1538, Jiménez de Quesada fundó Santafé de Bogotá. En 1539 Jiménez de Quesada retornó a España, intentando infructuosamente que le adjudican el cargo de gobernador de la zona que él había explorado. Retornó en 1549 como gobernador de El Dorado. En 1569 para proseguir la búsqueda de “El Dorado” realizó una nueva expedición con terribles resultados, falleciendo en 1579, víctima de lepra.
El Virreinato de Nueva Granada fue instituido por Felipe V el 29 de mayo de 1717. Posteriormente, fue eliminado en 1723 y reinstaurado en 1739. Fue establecido con las Audiencias de Santa Fe, Panamá y Quito, con capital en Santa Fe de Bogotá, incluyendo bajo su intervención a los siguientes territorios: Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.virreinato-nueva-granada.
Las razones de su creación fueron varias. En primera instancia la explotación aurífera y, en segundo término, su localización estratégica: entre dos océanos y a la entrada de América del Sur la Corona podría tener un mayor control del comercialización a sus espaldas y contrarrestar el peligro de piratas, quienes interceptaron el comercio entre las colonias y España. De esta manera, la creación del Virreinato fue una necesidad de la Corona Española para mantener sus posesiones en el Nuevo Mundo bajo control.
El Virreinato de Nueva Granada no solo fue un centro administrativo, sino también un núcleo cultural y social. Durante su existencia, se promovieron diversas actividades económicas, como la agricultura, la minería y el comercio, que contribuyeron al desarrollo de la región. La sociedad colonial se caracterizaba por una marcada jerarquía social, donde los peninsulares ocupaban los cargos más altos, seguidos por los criollos, mestizos, indígenas y esclavos africanos.
Con la invasión de Napoleón en España y la destitución de Fernando VII, el movimiento independentista por parte de las colonias se hizo presente también en Nueva Granada.
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